Enlaces accesibilidad

Las arañas castradas son mejores guerreras

  • Tienen dos apéndices sexuales que los pierden durante el apareamiento
  • Tapan el órgano sexual de la hembra y evitan la reproducción de otros machos

Por
Las arañas castradas, sin futuro reproductivo, no tienen nada que perder y son más agresivas
Las arañas castradas, sin futuro reproductivo, no tienen nada que perder y son más agresivas

En muchas especies de arañas los machos tienen dos apéndices conocidos como pedipalpos. Forman parte de su aparato sexual, pero suelen perderlos durante el apareamiento y se quedan estériles.

Esta amputación genital, es voluntaria. Con ella consiguen taponar el órgano sexual de la hembra y evitan que el resto de machos puedan aparearse. Pero además, se convierten en mejores combatientes, según recoge un estudio publicado en la revista Animal Behaviour.

Los científicos examinaron las conductas de apareamiento de una población de arañas (Nephilengys malabarensis) del sudeste asiático. Observaron que los machos 'castrados' eran mucho más agresivos y activos en la vigilancia de las hembras.

Es decir, los machos eran más guerreros que los individuos que no habían perdido ninguno de sus pedipalpos.

Feroces y temibles

Según los investigadores, cuando un macho pierde sus medios para procrear, protege su 'inversión' de la mejor manera posible.

Así, descubrieron que los genitales amputados 'taparon' efizcamente a las hembras en el 75% de los casos, además de convertirles en machos mucho más propensos a atacar, perseguir y derrotar a cualquier rival.

"Creemos, aunque no es seguro, que los cambios en su comportamiento pueden deberse a los niveles hormonales cambiantes" por la pérdida de los pedipalpos, señala Matjaz Kuntner, coautor del estudio y experto en arañas de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes de Ljubljana.

Los eunucos, sin futuro reproductivo, arriesgan más en los combates

"Pero la razón principal de esta conducata es que, los eunucos, sin futuro reproductivo, no tienen nada que perder y arriesgan más en los combates", añade Kuntner, en declaraciones recogidas por National Geographic.

En muchas ocasiones, las hembras de esta especie devoraban a los machos después de copular, por lo que "podrían desprenderse de sus genitales para asegurar la reproducción incluso muertos", concluye Kuntner.