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China insiste en que está dispuesta a echar una mano para estabilizar el euro

  • Un portavoz de su Gobierno ratifica su disposición a comprar deuda soberana
  • El gigante asiático dispone de reservas en líquido de 2,65 billones de dólares

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La posibilidad de que la zona euro sucumba a la presión de los inversores no sólo es una preocupación para los países europeos, sino para todo el mundo, como demuestra que China ha vuelto a insistir en la posibilidad de echar una mano comprando deuda soberana de los países en dificultades.

Así lo ha dejado ver un portavoz del Ministerio de Exteriores chino, una semana después de que Financial Times publicara que China se ofreció a apoyar a la estabilización de la UE mediante "acciones concertadas", después de una reunión de funcionarios europeos con el vicepresidente chino Wang Qishan.

Asimismo, la prensa portuguesa informaba ayer de que el Gobierno chino estaba dispuesto a invertir entre 4.000 y 5.000 millones de euros en deuda de Portugal para ayudar al país a superar sus dificultades.

Las mayores reservas de divisas del mundo

Numerosos inversores han vuelto sus miradas hacia China con la esperanza de que el gigante asiático, poseedor de las mayores reservas mundiales de divisas gracias a su política económica centrada en la exportación, utilice parte de los 2,65 billones de dólares en su poder en la adquisición de bonos de Grecia, Irlanda, Portugal o España.

"Respecto a los bonos de qué países compra China no es nuestro ámbito de decisión", ha señalado el portavoz de Exteriores, quien, sin embargo, ha asegurado que "China respalda el paquete de estabilización financiera de la UE y el FMI para hacer frente a la crisis de deuda".

Deseamos apoyar a los países de la zona euro a superar la crisis

"Deseamos apoyar a los países de la zona euro a superar la crisis y alcanzar la recuperación económica y el saneamiento fiscal", ha añadido la misma fuente.

Una compra de deuda concertada por parte de China, que ya posee una considerable cantidad de bonos estadounidenses, aliviaría la presión sobre los países periféricos, de un modo similar a como lo está haciendo la adquisición por parte del Banco Central Europeo.