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El Papa viajará como peregrino a Santiago y consagrará la Sagrada Familia en Barcelona

  • Benedicto XVI llevará a cabo las mismas tradiciones que los caminantes
  • En Barcelona, oficiará la ceremonia de la dedicación del templo
  • Tras su visita, la Sagrada Familia recibirá el título de basílica

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El Papa invita a los fieles a que le acompañen en su visita a España

La presencia de Benedicto XVI en la catedral de Santiago de Compostela y la Sagrada Familia de Barcelona se ceñirá a dos ritos con siglos de historia: el del peregrino en la capital gallega y el de la dedicación en el caso del templo barcelonés.

En el primer caso, el Papa viaja a Compostela como 'peregrino de la fe' y llevará a cabo las mismas tradiciones que los caminantes a su llegada a la catedral.

Por este motivo, tras recorrer en 'papamóvil' los diez kilómetros que separan el aeropuerto de la ciudad de Santiago, el Pontífice accederá a la catedral desde la plaza de la Inmaculada -por la que llegaban tradicionalmente los peregrinos del camino francés- y a través de la puerta de la Azabachería.

Saludo en la Plaza del Obradoiro

Allí le recibirán miembros del Cabildo Catedralicio. Tras entrar en el templo, Ratzinger rezará en la capilla de la Comunión, del siglo XV, para después dirigirse al pórtico de la Gloria.

Éste es el lugar por el que tradicionalmente los peregrinos abandonan la catedral y final de trayecto del Camino.

Ratzinger atravesará el pórtico de la Gloria y saldrá a la puerta del Obradoiro para saludar al público congregado en la plaza del mismo nombre, aunque volverá a entrar en el templo por el mismo punto.

El Papa subirá hasta el presbiterio por la nave central y saldrá por la puerta Real -llamada así porque antiguamente era el acceso de los reyes- hacia la plaza de la Quintana.

Desde allí, volverá a entrar en la catedral, aunque en esta ocasión por la Puerta Santa, desde donde bajará a la cripta para rezar ante los restos del Apóstol para después abrazar la imagen de Santiago, como es tradición.

Luego se llevará a cabo la ceremonia del botafumeiro, tras la cual Ratzinger saldrá de la catedral por la puerta de la Azabachería camino del palacio Arzobispal, donde comerá y descansará antes de oficiar por la tarde la Eucaristía con motivo del Año Santo en un gran altar instalado en la plaza del Obradoiro.

Primera celebración en la Sagrada Familia

También su visita a la Sagrada Familia de Barcelona está cargada de simbolismo. En esta ocasión, Benedicto XVI llevará  cabo la ceremonia de la dedicación, que es "la primera celebración que se realiza en un templo cuando se acaba de construir", según señala a RTVE.es Josep Urdeix, delegado de Liturgia del Arzobispado de Barcelona.

Es cierto que, en el caso de la Sagrada Familia, la iglesia no está finalizada "pero sí suficientemente para que haya culto en su interior", puntualiza Urdeix.

La actual ceremonia de la dedicación es una simplificación de la que se realizaba en la época medieval cuando -especialmente desde la época de Carlomagno- se fue cargando de simbolismo.

Desde el Concilio Vaticano II, en los años 60, el rito se fue simplificando. El actual es de 1969 y normalmente lo realiza un obispo en cualquier templo en el que se celebra culto por vez primera, aunque en esta ocasión se ha aprovechado la presencia del Papa en España ¿que es también obispo de Roma- para dar mayor solemnidad al acto.

Por razones de seguridad, todos los asistentes a la misa de dedicación estarán dentro del templo a la llegada de Benedicto XVI, quien a su llegada hará una señal que simboliza la apertura de puertas del recinto.

Tras el saludo del arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, el Papa recibirá las llaves del recinto y unas explicaciones a cargo del arquitecto responsable.

La ceremonia se iniciará con la bendición del agua, con la que el Papa a su vez bendecirá a los asistentes, los muros de la iglesia y el altar.

Mención a los santos de Barcelona

Al llegar al momento de las lecturas, al ser la vez que se oiga en el templo de la palabra de Dios, Benedicto XVI dirá esta frase: "Resuene siempre en esta casa la palabra de Dios para que conozcáis el misterio de Cristo y se realice vuestra salvación dentro de la Iglesia".

Antes del ofertorio es cuando tiene lugar momento central de la dedicación que, según cuenta Jospe Urdeix, se comienza con las letanías a los santos, una ceremonia que también se lleva a cabo en celebraciones solemnes como la ordenación de obispos, y que simboliza la comunión de los santos del cielo con los fieles de la tierra. El Papa hará una mención especial a los santos de la diócesis de Barcelona.

Después se lleva a cabo la oración de dedicación, por la cual se consagra la iglesia a Dios, para después realizar tres ritos repletos de simbolismo: la unción con óleo perfumado del altar y las paredes del templo; la incensación que representa a la oración que, como una nube de incienso, sube desde los fieles hasta Dios; y, finalmente, la iluminación y el adorno del altar y el presbiterio,  un momento significativo en el que la Sagrada Familia lucirá en todo su esplendor.

Tras la comunión, el Papa dará el título de basílica a la Sagrada Familia, con una lectura en alto para que quede constancia de ello, para después salir a la fachada del Nacimiento, desde donde rezará el Angelus, como hace cada domingo en el Vaticano.

Luego, como en el caso de Santiago, el Papa regresará al Arzobispado de Barcelona para comer y descansar antes de continuar con las actividades de la tarde, que incluyen la bendición de la primera piedra de la nueva residencia de la obra benéfico-social Nen Deu y su vuelo a Roma con el que concluirá la visita a España.