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Augusta D, la primera paciente de Alzheimer

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Ciencia al Cubo

El nacimiento de perritos fluorescentes, la muerte de una chimpancé calva, qué son las neuronas espejo, el origen de los ojos azules o por qué nos salen canas. De la mano de América Valenzuela, en 'Ciencia al Cubo' pueden escuchar las historias más variopintas sobre temas científicos de actualidad. Emisión en Radio 5: Lunes a viernes 10:07; Sábados 09:22 / 17:52 / 21:06; Domingos 09:22 / 17:55

Fue el médico alemán Alois Alzheimer quien describió una enfermedad que llamamos en su honor mal de Alzheimer. Es propia de la vejez y hoy en día es la primera causa de demencia en personas mayores de 65 años. En España se calcula que unas 600.000 personas padecen Alzheimer. Vamos a viajar en el tiempo y a conocer a la primera paciente de mal de Alzheimer documentada. Se llama Augusta D.

Cuando llegó al hospital estaba desorientada no supo decir su apellido

Según las notas de Alois Azheimer, cuando Augusta D llegó al Hospital de Frankfurt en 1902, tenía 51 años y presentaba un cuadro de confusión, ansiedad y agitación. Examinarla, escribía Alois, resultaba muy complicado. Una vez se calmó pudieron realizarle el pertinente examen y concluir que su memoria estaba dañada, tenía dificultades para hablar, se desorientaba y sufría paranoia y alucinaciones auditivas. No supo decir su apellido y por eso terminaron por apellidarla con la letra D.

Alois Alzheimer tomó nota de todos los síntomas que observaba de la paciente durante cuatro días. Relata que por la noche, Augusta D dormía en una habitación aislada porque no podía conciliar el sueño en la sala principal y despertaba a los demás pacientes. En la habitación privada, tras deambular de un sitio a otro finalmente se dormía.

Según escribió Alzheimer, "Augusta se cubría con la almohada en vez de con las sábanas y se acurrucaba sobre el edredón de plumas". Esta actitud evidenciaba un avanzado deterioro cognitivo, que hoy se considera propio de la enfermedad.

Cuando falleció, el cerebro de Augusta D fue examinado por Alzheimer. Observó que había cúmulos de proteínas, en forma de ovillos o filamentos en el citoplasma de las neuronas. Estos últimos fueron descritos por primera vez en la historia por Alois Alzheimer. Y hoy en día se sabe que son típicas de la enfermedad junto con otras acumulaciones en el exterior de las neuronas. Ambos depósitos van destruyendo las células del cerebro que se va atrofiando progresivamente.

Hoy en día no hay cura para el mal de Alzheimer. Se está investigando en el diseño de fármacos que frenen el avance de la patología y se espera poder conseguir en un futuro fármacos que reviertan la enfermedad. Mientras, el tratamiento consiste en ralentizar al máximo posible el avance de la dolencia y en conseguir que el paciente se encuentre tranquilo y en buen estado físico.

CIENCIA AL CUBO

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