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El cambio climático amenaza las costas mediterráneas

  • Ciudades costeras podrían sufrir intensas olas de calor por el cambio climático
  • Se multiplicarán los días de verano por encima de los 40 grados centígrados
  • En 2003, una ola de calor provocó la muerte de 40.000 personas en Europa

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Jóvenes refrescándose en una fuente tras un día de calor agobiante
Jóvenes refrescándose en una fuente tras un día de calor agobiante

Los ciudadanos que viven en ciudades costeras del mar Mediterráneo, como Barcelona, Roma, Marsella o Atenas, podrían ser los que más sufran las olas de calor provocadas por el cambio climático en toda Europa.

Estas olas se irán intensificando a medida que avence el presente siglo, según un artículo de científicos suizos y estadounidenses publicado en la revista 'Nature Geoscience'.

En el último tercio de este siglo, entre 2071 y 2100, se registrarán al menos tres olas de calor cada verano. El triple de las registradas entre 1961 y 1990, cuando sólo se producía una, como apuntan los autores del artículo, después del estudio coordinado por el científico Erich Fisher para el Instituto de Ciencia Atmosférica y Clima de ETH en Zúrich.

La cantidad de días de verano con temperaturas por encima de los 40,6 grados centígrados, el límite de Estados Unidos para emitir alarmas de salud pública, llegaría a los 16 anuales en las zonas costeras del Mediterráneo. Entre 1961 y 1990 sólo se registraron esas temperaturas menos de dos días al año.

Los problemas coronarios relacionados con el calor afectarán más a las personas que vivan cerca de la costa o en valles situados junto a ríos bajos. "Algunas de las regiones europeas más densamente pobladas, como las zonas urbanas de Atenas, Bucarest, Marsella, Milán, Roma y Nápoles, experimentarán los cambios más severos en indicadores de salud", ha declarado el coordinador del estudio, Erich Fisher.

Además, "la contaminación del aire, unida a las altas temperaturas, podría agravar los riesgos para la salud de las peronas con problemas respiratorios o coronarios", señaló Fisher.

Por último, el coordinador del estudio, quiso precisar que no se pueden estimar los daños mortales que podrán ocasionar los futuros aumentos de las temperaturas, pero recordó que en 2003, una ola de calor provocó la muerte de unas 40.000 personas en toda Europa.