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Los republicanos dan su brazo a torcer y permiten iniciar el debate sobre la reforma financiera

  • Comienza este jueves tras superar tres bloqueos republicanos
  • Obama dice que no será "redactada para beneficio de Wall Street"

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El Senado de EE.UU. ha aprobado por "consenso unánime" iniciar el debate sobre la mayor reforma del sistema financiero desde la Gran Depresión de la década de los treinta, tras superar tres bloqueos de la oposición republicana.

El debate arrancará formalmente este jueves, aunque demócratas y republicanos continúan negociando a puerta cerrada para acercar posiciones sobre varios puntos de discordia en el proyecto de ley.

Durante tres días consecutivos, los republicanos bloquearon una moción para proceder al debate formal de la medida, pero los demócratas aprovecharon eso para acusar a la oposición de ponerse de lado de los grandes bancos.

No más rescates bancarios

La estrategia de los republicanos a lo largo del debate será modificar el proyecto de ley mediante enmiendas, después de que lograran esa concesión de los demócratas.

Los republicanos quieren asegurar que no habrá más rescates bancarios a expensas de los contribuyentes y también se oponen a la creación de una agencia que regule las hipotecas, tarjetas de crédito y demás préstamos al consumidor, porque creen que eso sería la mayor "intrusión" del Gobierno jamás vista en la economía del país.

El presidente de EE.UU., Barack Obama, se ha mostrado satisfecho por el aparente fin del punto muerto en el Senado para avanzar en la reforma del sistema que regula a Wall Street.

En un discurso este miércoles ante los votantes en Quincy (Illinois), Obama ha asegurado que está "dispuesto a colaborar con cualquiera de buena fe" y ha admitido que puede haber "diferencias legítimas".

Pero, ha indicado, quiere una reforma "que beneficie a los estadounidenses, escrita con ustedes en mente" y no "redactada para beneficio de Wall Street".

Entre otros elementos, la propuesta demócrata, ya aprobada por el Comité de la Banca del Senado, busca regular los mercados de derivados; establece un consejo financiero de nuevos miembros que supervisará las actividades de los mercados para conjurar más riesgos a la economía, y permite desmantelar instituciones cuyas dificultades supongan una amenaza al resto de la economía.

La reforma financiera que salga del Senado tendrá que ser armonizada con la que aprobó en diciembre pasado la Cámara de Representantes, y posteriormente el texto final sería sometido a votación definitiva en ambas cámaras del Congreso.