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Roland Garros 2011 | Rafa Nadal

Nadal, Djokovic, Federer, cuestión mental

  • El español se rehace ganando su sexto Roland Garros
  • Djokovic partía como favorito para destronar a Rafa en París
  • Federer no contaba al principio y eliminó a 'Nole' en semifinales

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Nadal logra su sexto Roland Garros

Rafa Nadal es ahora mismo el hombre más feliz del planeta tenis. El español logró el pasado domingo su sexto Roland Garros venciendo en la final a Roger Federer y se mantiene como número uno del mundo. Ya es el segundo jugador más joven en la historia, después de Borg, en lograr la decena de torneos de Grand Slam. Lo ha hecho antes que Federer, Sampras, Emerson, Laver y Tilden, el famoso grupo que Nadal ha bautizado como "privilegiados".

"Pero soy muy feliz con lo que soy, y no me planteo si soy el mejor de la historia", asegura. "No hay que engañarse, lo estoy, con esos Grand Slam, estoy con esos pocos privilegiados", añadió en referencia a los Roger Federer, Pete Sampras o el propio sueco Björn Borg, con quien también comparte los seis títulos logrados Roland Garros.

Semanas atrás, muy pocos habrían apostado por esa noticia a la vista del nivel de los tres principales actores de laATP. Novak Djokovic iniciaba el Grand Slam parisino con una racha de victorias impoluta, habiendo ganado a Rafa en cuatro finales.

Y ambos, a su vez, habían ganado a Roger Federer en todas las ocasiones en que se habían enfrentado al suizo, que ostenta en su palmarés el mayor número de torneos del Grand Slam (16).

¿Qué ha pasado entonces? La batalla no ha sido solo tenística, sino mental. A pesar de llegar con el cartel de favorito, 'Nole' se sacudía la presión de encima otorgando dicha condición a Rafa.

Por su parte, Federer trataba de reivindicarse ante los medios de comunicación y su archirrival, a la vez que amigo íntimo, calificaba el hipotético duelo de semifinales entre Roger y Djokovic como un partido entre "el mejor del momento -el serbio- contra el mejor de la historia -el suizo-".

Así las cosas, el mejor del momento iniciaba el torneo sin fisuras, dando cuenta de sus rivales e, incluso, librándose de ellos con fortuna: lesión de Fognini e incomparecencia en cuartos, es decir, dos días extra de descanso para 'Nole' antes de semifinales.

El mejor de la historia, por su parte, avanzaba libre de presión, desplegando un tenis de alto nivel que recordaba al de tiempos pasados. Llegaba a semifinales contra Djokovic con la etiqueta de víctima, y se la quitó de encima endosando la primera derrota de la temporada al serbio.

Y mientras, ¿qué era del todavía pentacampeón? Nadal empezaba con muchas dudas y nervios. Cedió dos sets ante Isner en su debut y ofreció una imagen bastante alejada de su nivel habitual ante Andújar. Los croatas Veic y Ljubicic fueron un respiro, pero el resurgir de la 'bestia' llegó en cuartos y semifinales ante Soderling y Murray.

La labor de su tío Toni Nadal para recuperar mentalmente a su sobrino y pupilo dio sus frutos. Tal vez las bravatas de Soderling en la previa de cuartos también ayudaron. Pero lo cierto es que Rafa se creció en las dos pruebas más exigentes hasta ese momento; asustaba y esperaba rival.

Quedaba por ver si sería capaz de vencer a Djokovic en caso de que este pasara a la final. De hacerlo, le habría arrebatado el número uno del ránking aunque ganara el español.

Pero, mira por dónde, el regalo de cumpleaños de Nadal fue una derrota del serbio, el mismo que le había ganado en cuatro partidos cuatro finales consecutivas -dos de ellas en tierra- y le tenía comida la moral. Se las vería contra su amigo Federer, a quien la batalla mental se la tiene ganada de antemano, como quedó demostrado.

Lo que sucedió el domingo siguiente ya es historia con letras mayúsculas: sexto título en Roland Garros, décimo 'grande' de su carrera y segundo jugador más joven en alcanzar dicha cifra, tras el omnipresente Bjorn Börg.

Ahora toca Wimbledon en el calendario del Grand Slam. Nadal vuelve a defender cetro, pero esta vez lo hace con un punto menos de presión, que pasa a sus rivales, una 'patata caliente' que ya no quema en las manos de Rafa.