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En Eurovisión siempre se dice que lo importante es que la canción levante al público. Pero puede haber algo más. "Los festivales de Eurovisión son festivales geopolíticos. Es una manera de vender la narrativa de un país ante una audiencia de más de 160 millones de personas", explica el profesor de Relaciones Internacionales de la UCM, Miguel Ángel Benedicto. Este año, de nuevo, la guerra de Ucrania está presente. Ha impedido que el festival se celebre allí. Los ucranianos ganaron el festival en 2022 arrasando en el televoto.

"Claramente, el año pasado, gana Ucrania por la guerra. El jurado profesional no puso a la canción entre las favoritas", destaca Benedicto. La organización prohíbe hacer cualquier tipo de discurso político. Pero la situación geopolítica se cuela a veces a través de las canciones. Por ejemplo, este año, con la propuesta croata y su: 'Mamá, me voy a la guerra'. Muchos apuntan que es una crítica a Putin. Las razones culturales como la cercanía entre países, la migración o el idioma, 18 diferentes este año, pueden decantar el voto popular.

El episodio violento se ha hecho viral en redes sociales. Ocurrió en la Asamblea Parlamentaria de la Cooperación Económica del Mar Negro. La delegada rusa Olga Timofeeva se encontraba frente al ‘photocall’, dando una entrevista. Entonces, detrás de ella, el diputado ucraniano Oleksandr Marikovski despliega la bandera de su país, otro miembro del equipo ruso se la arrebata y entonces se produce la agresión.

Turquía, como anfitrión del evento, ha condenado lo ocurrido y ha exigido a la delegación ucraniana retirarse del recinto “por violar las reglas del evento”. Ucrania y Rusia han tenido varios encontronazos durante la cumbre: también han intentado impedir la intervención de la delegada rusa. Una prueba más de lo alejadas que están las posturas entre los dos países cuando la invasión va camino de cumplir los 16 meses.

Por tercer día, el ejercito chino continúa sus maniobras militares entorno a Taiwan. Estados Unidos ha enviado un destructor lanzamisiles a aguas reclamadas por Pekín en el mar de China Meridional, coincidiendo con las maniobras chinas frente a Taiwán. Según un comunicado divulgado este lunes por la Séptima Flota de la Marina de EE.UU., el destructor clase Arleigh Burke USS Milius ha navegado "cerca" de las islas Spratly, que China se disputa con Filipinas, Taiwán, Malasia, Vietnam y Brunéi, en un ejercicio en defensa de la "libertad de navegación consistente con el derecho internacional". Pekín ha condenado la incursión del destructor.

FOTO:  Imagen del destructor USS Milius, desplegado con la Séptima Flota en el Mar de China Meridional. MARINA DE EE.UU., VÍA REUTERS

Segunda jornada de maniobras militares del Ejército chino alrededor de la isla de Taiwán. El objetivo es demostrar la fuerza necesaria para disuadir cualquier gesto hacia la independencia. Las Fuerzas Armadas chinas han rodeado la isla y simulado ataques de precisión. Es la respuesta de Pekín a la visita de la presidena taiwanesa a Estados Unidos.

Foto: Un Mirage 2000 de la Fuerza Aérea taiwanesa (Jameson WU/AFP)

El presidente de China, Xi Jinping, aterriza este lunes en Moscú, invitado por el presidente de Rusia, Vladímir Putin. Será una visita de tres días, la primera del mandatario chino desde que empezó la guerra en Ucrania. China ha intentado mantener una postura equidistante ante la invasión rusa y ahora busca un papel de mediador.

Foto: El presidente ruso, Vladímir Putin, conversa con su homólogo chino, Xi Jinping (Sputnik/Sergey Bobylev/Pool via REUTERS)