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El Ministerio de Cultura iniciaba ayer los trámites necesarios para la extinción de la Fundación Nacional Francisco Franco, en cumplimiento de lo establecido en la Ley de Memoria Democrática. Cultura abre así ahora un periodo de recopilación de informaciones en el que participarán también las asociaciones de memoria. Para conocer cómo será todo este proceso hablamos con Eduardo Ranz, abogado y profesor de la Universidad Carlos III, experto en memoria democrática: "Primero hay que recabar informes, previsiblemente de la Secretaría de Estado de Memoria democrática, que será favorable a la extinción de la Fundación; después hay un trámite de audiencias, donde la Fundación se opondrá; y será un órgano judicial el que determine finalmente su extinción o no". Y no admite marcha atrás: "Ya ha arrancado el expediente, con lo que ya se divisa un final". 

Reconoce Ranz que la decisión de Cultura es muy acertada, ya que una fundación como ésta no tiene cabida en democracia: "En Europa estas cosas o ocurren: no existe la Fundación Adolf Hitler, no existe la Fundación Benito Mussolini, y en España todavía tenemos un colectivo dedicado a una persona que ordenó asesinar a más de 114.000 víctimas, por tanto es totalmente incompatible con cualquier visión del siglo XXI". Y añade que el Ministerio del Interior debe "evitar que el colectivo renazca como una asociación a través del registro".

Durante la Segunda Guerra Mundial, miles de refugiados cruzaron los Pirineos huyendo del nazismo. La península ibérica era su única posibilidad para escapar del horror nazi. A lo largo de estos años, entre 1939 y 1945, el gobierno franquista fue cambiando su política y hubo una etapa en la que devolvía a las personas que llegaban a España, lo que significaba, prácticamente, una condena a muerte. El historiador Josep Calvet hablará de esta etapa en su conferencia ''La España oscura. Refugiados entregados a la Alemania nazi' en Centro Sefarad Israel.

Se cumplen 50 años del mayor atentado de ETA contra la dictadura de Franco.  Carrero Blanco, presidente del Gobierno, fue asesinado en Madrid. Los terroristas hicieron explotar una bomba al paso de su coche. El atentado marcó la política española.

Foto: EUROPA PRESS / AFP

"Ha sido un triunfo para el movimiento memorialista", ha indicado en el informativo 24 Horas de RNE Julio Pacheco, el primer represaliado del franquismo que ha podido declarar ante un juez las torturas sufridas en 1975. 48 años después, cuenta cómo le sacaron de su casa a punta de pistola para encerrarle en la Dirección General de Seguridad donde le tuvieron siete días metido, tres de ellos sin tener siquiera una ficha policial: “estaba secuestrado”, recuerda. Tras ello fue trasladado a la cárcel de Carabanchel donde, primero, le enjuiciaron por lo militar acusado de terrorismo para, después, ser acusado de asociación ilícita y propaganda ilegal ya por el Tribunal de Orden Público. Entre sus torturadores ha podido reconocer al excomisario Villarejo, dice, gracias a que “la prensa mostró su rostro”, como ya ocurrió anteriormente con otros como Billy el Niño o Roberto Conesa. Ahora, solo espera que para próximas querellas, que está seguro de que llegarán, los jueces "den un tratamiento distinto a como han hecho hasta ahora", ya que ellos han tenido que presentar 100 querellas hasta que han sido escuchados.