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La Fiscalía ucraniana asegura tener identificados 5.600 casos constitutivos de crímenes de guerra y a 500 altos cargos políticos y militares rusos como supuestos responsables. Este domingo, el representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, tiene previsto reunirse con la fiscalía de la Corte Penal Internacional para investigar estos crímenes de guerra.

Mientras tanto, Leópolis continúa siendo refugido para los miles de desplazados que huyen de los bombardeos en el este del país. Allí, nuestros enviados especiales, Carmen Julia Hernández y Luis Montero, han podido comprobar que los ciudadanos se sienten hoy algo más tranquilos. Las sirenas de la ciudad han dejado de sonar durante 48 horas, lo que les permite continuar con sus vidas con algo de normalidad. "La población está adaptada a las alarmas, la gente ya no presta atención, en mi edificio solo baja un departamento a los refugios cuando suenan las sirenas", explican sus habitantes. Irina y Anatoli, que huyen de Lugansk, se refugian en Leópolis: "Llegamos del este del país, donde hay batallas constantes, no teníamos ni gas ni agua ni electricidad", cuentan.

Rusia sigue adaptando su estrategia y según la BBC, Putin habría reorganizado su cúpula militar con Alexander Dvornikov al frente de sus operaciones, un militar con experiencia en la guerra de Siria. La retirada de las tropas rusas de zonas como Kiev está dejando a la vista del mundo la tragedia colectiva a la que se han enfrentado los ucranianos. Personas con rostro, nombre y apellidos que han perdido todo. Es el caso de Oleksa, una mujer ucraniana que vivía cerca de Kiev antes de que la guerra estallara y trabajaba en un negocio de gestión inmobiliaria. Cuando comenzó la invasión decidió huir a Leópolis: "Salimos el 1 de marzo y el 2 de marzo empezaron a bombardear mi pueblo. Mi casa fue la primera que sufrió el bombardeo. Yo pensaba, ¿por qué han empezado por la mía?", nos cuenta. Aunque Oleksa podría mantenerse en Leópolis un tiempo, no deja de pensar en regresar a su hogar. "Mis vecinos no me dejan volver, me dicen que están recogiendo y limpiando la casa, entiendo que me están cuidando, eso quiere decir que la situación con mi casa está mal", explica. Aún así, asegura que mientras parte de su casa esté habitable, volverá.

Informan Carmen Julia Hernandez y Luis Montero, enviados especiales

La masacre que ha causado el bombardeo a la estación de tren de Kramatorsk ha acelerado la decisión de muchos habitantes del este de Ucrania de abandonar el Donbás para intentar salvar sus vidas. Zelensky ha asegurado que las fuerzas ucranianas están listas para hacer frentes a la nueva ofensiva rusa, que lleva días acumulando tropas y armamento en el este y sur del país. El presidente ucraniano ha vuelto a calificar esta masacre como "crimen de guerra" y ha recibido visitas de líderes europeos como el primer ministro británico, Boris Johnson, que ha prometido incrementar la ayuda militar al país.

Las evacuación se había ralentizado después del bombardeo, pero ahora se está reactivando y llegan a Kiev oleadas de desplazados, especialmente mujeres y niños.

Informa Fran Sevilla, enviado especial

Tras el bombardeo de la estación de Kramatorsk, el ritmo de evacuación de civiles se ha ralentizado. Kramatorsk se trataba de un importante nudo ferroviario, por lo que las autoridades buscan ahora alternativas para continuar con las evacuaciones. En la estación central de Kiev, donde se encuentra nuestro enviado especial, Fran Sevilla, llegan desplazados especialmente de la región del Donbás. Mientras, continúa la conmoción por la mayor masacre de la guerra.

Un ataque con cohetes ha alcanzado la estación de tren de Kramatorsk, en la región de Donetsk (este de Ucrania), y ha causado más de 30 muertos y 100 heridos, según informa la empresa estatal de ferrocarriles. Las imágenes muestran cadáveres esparcidos a la entrada de la estación junto a los equipajes.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha condenado el ataque, ha asegurado que no había soldados en la estación, solo civiles, y ha acusado a Rusia de "exterminar" a los ucranianos.

Por su parte, las milicias prorrusas de Donetsk han responsabilizado a las fuerzas ucranianas del ataque, que según su versión se ha producido con un misil táctico Tochka-U. El Ministerio de Defensa ruso asegura que no tiene este tipo de misiles y que sus fuerzas no tenían objetivos asignados cerca de Kramatorsk este viernes.

La estación de Kramatorsk es la situada más al este del país que aún permanece operativa, y un punto desde los civiles salen hacia el oeste para huir de los combates. Este jueves, tres trenes con refugiados estaban bloqueados en la misma zona tras un ataque aéreo sobre la vía.

Foto: FADEL SENNA / AFP

La situación en Borodianka, una pequeña localidad al noroeste de Kiev y evacuada recientemente por las tropas rusas, es "mucho más horrible" que en Bucha, según ha dicho el presidente de UcraniaVolodivir Zelenski, a través de un vídeo.

"Hay más víctimas" que en Bucha, ha afirmado Zelenski en una alocución en un vídeo difundido esta noche en el que daba cuenta de los hechos bélicos de esta última jornada.

Las redes sociales han comenzado esta noche a denunciar que en esa pequeña ciudad cercana a Kiev la situación dejada tras la salida de los soldados rusos era caótica y que a diferencia de Bucha, otra localidad ucraniana azotada por los militares, había muchos desaparecidos y no se encontraban los cadáveres, pese a los destrozos materiales causados en edificios.

Foto: REUTERS/MARKO DJURICA

Este 8 de abril se cumplen casi dos décadas del asesinato de José Couso, el cámara y reportero al que mató el ejército estadounidense con un proyectil dirigido al hotel donde se alojaba en Irak, durante la guerra, en 2003. En Por tres razones hablamos de la obra El fuego amigo que se estrena en Teatro del Barrio y que busca las explicaciones que nunca se dieron sobre la muerte del reportero. 

La obra está representada por la compañía Vuelta de Tuerca y su director y guionista, Juanma Romero, nos habla de cómo han desarrollado la escenografía. Asimismo, David Couso, hermano del que fuera reportero gráfico, nos habla de las campañas que han desarrollado durante los últimos casi 20 años para pedir justicia por el asesinato del cámara.

Las autoridades ucranianas temen que lo ocurrido en Bucha, localidad al norte de Kiev donde se han encontrado cadáveres de civiles supuestamente torturados y ejecutados, se haya repetido en otras zonas tomadas por los rusos desde el comienzo de la invasión, hace ya 41 días.

"Esta no es la única ciudad - ha asegurado el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en un vídeo - Es una de las muchas comunidades ucranianas que los rusos pudieron capturar. Ahora, hay información de que en Borodyanka y otras ciudades liberadas, el número de muertos por los ocupantes puede ser mucho mayor".

Rusia insiste en que es falso que sus tropas hayan cometido crímenes de guerra y acusa a Occidente y a Kiev de orquestar un "montaje" y una provocación.

Foto: REUTERS/Vladyslav Musiienko

Las autoridades ucranianas temen que lo ocurrido en Bucha, localidad al norte de Kiev donde se han encontrado cadáveres de civiles supuestamente torturados y ejecutados, se haya repetido en otras zonas tomadas por los rusos desde el comienzo de la invasión, hace ya 41 días.

"Esta no es la única ciudad - ha asegurado el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en un vídeo - Es una de las muchas comunidades ucranianas que los rusos pudieron capturar. Ahora, hay información de que en Borodyanka y otras ciudades liberadas, el número de muertos por los ocupantes puede ser mucho mayor".

Foto: REUTERS/Vladyslav Musiienko

Luis Moreno Ocampo, ex fiscal de la Corte Penal Internacional cree que lo que está pasando en Ucrania es un desafío al sistema básico de la humanidad y una oportunidad para que el mundo se organice bien y aprenda a proteger realmente a sus ciudadanos, cosa que aún no ocurre: “Mandela dijo una cosa que no debemos olvidar: Yo nunca pierdo, o gano o aprendo. El conflicto de Ucrania nos muestra que el mundo aun no está organizado. Tenemos tecnología para comunicarnos y matarnos, pero no para protegernos”. Reconoce problemas para llegar al fondo de las cosas porque, por ejemplo, la ONU no mandará pruebas porque Rusia lo vetará. Aún así, pone en valor la existencia de la CPI, algo que no ocurría tras la invasión de los nazis, y recuerda que hay responsables de los crímenes de Darfur o Libia que siguen en prisión. Por eso, aunque el proceso sea lento, confía en que de resultados. En concreto, para poder encarcelar a Putin, cree que se podrían entregar pruebas relacionadas con el desplazamiento forzoso de millones de ucranianos, porque de eso él es el máximo responsable. Sobre actos como los que se han visto en Bucha, señala a responsables militares: “El fiscal tiene ahora esa enorme responsabilidad de decidir hacia dónde va. Los periodistas pueden mandar fotos. La gente puede ayudar a entender cómo está la cadena de mando”.

Cada vez son más los países que se unen a la petición de investigar a Rusia por crímenes de guerra y lesa humanidad. Aunque, como ha explicado en Las Mañanas de RNE Félix Arteaga, investigador principal de Seguridad y Defensa del Real Instituto Elcano, la Oficina de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional viene investigando lo que ocurre en Ucrania desde 2014 y cuenta ya con pruebas suficientes como para asegurar que se han cometido estos delitos.

Arteaga considera, sin embargo, que “Rusia no va a cooperar con la justicia internacional ni va a entregar a Putin o a los responsables si se les declara tras la investigación”. Y señala que solamente un cambio de régimen podría hacer que la Federación Rusa consintiera que la investigación condujera a un juicio: “La investigación se demorará en el tiempo sin que los responsables tengan que afrontar las consecuencias”, señala el investigador.

¿Qué son los crímenes de guerra? ¿Se están produciendo en Ucrania? ¿Cómo se investigan y castigan? Se lo preguntamos a Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España. 

Hoy conocemos a Alper, que vivía en Ucrania hasta que estalló la guerra. Dos días después salió a Turquía con su mujer y su hijo. Ellos son ucranianos y pueden refugiarse en la Unión Europea. Él, turco, espera de alguna manera reunirse con ellos.

La foto la hace hoy nuestra enviada especial Raquel González en una playa en guerra.

La retirada del Ejército ruso de los alrededores de Kiev ha permitido el acceso de la prensa a Bucha. Allí se han contabilizado más de 400 cadáveres de civiles, la mayoría enterrados en fosas comunes. Zelenski ha visitado Bucha para ver la masacre que las tropas rusas han cometido en la ciudad y desde allí, acusa a Rusia de genocidio: "Estos son crímenes de guerra, sabemos que hay miles de personas asesinadas y torturadas, esto es un genocidio".

Informa Fran Sevilla, enviado especial de RNE en Ucrania
 

Ucrania y los países occidentales acusan a Rusia de cometer crímenes de guerra en la localidad de Bucha, cerca de Kiev. El gobierno ruso, por su parte, habla de "montaje" y reclama una investigación. Hablamos con nuestro enviado especial a Bucha, Fran Sevilla. Nos fijamos en las elecciones de Hungría y entrevistamos al politólogo Daniel Gil. También nos acercamos a Serbia, a Ecuador y a Sri Lanka.

Ucrania denuncia que entre las muchas barbaridades cometidas por Rusia está también la colocación de minas antipersona que impiden que los civiles puedan desplazarse o que llegue la ayuda humanitaria. Según el Ministerio de Exteriores, unos 80.000 kilómetros cuadrados están sembrados de estos artefactos y cerca de 500 especialistas están trabajando en desminarlo, un proceso que puede llevar años.

Es imposible volver de forma masiva a las ciudades liberadas porque es un peligro por la forma en la que el ejército ruso ha dejado las minas, asegura Volodymyr Demchuk, director del Servicio de Emergencias ucraniano.  Y explica que, al entrar en las ciudades que han sido liberadas, comprueban que han utilizado materiales explosivos que determinan crímenes de guerra como las minas antipersona que están prohibidas por las convenciones internacionales o bombas racimo.

Informan Carmen Julia Hernández y Luis Montero,  enviados especiales a Leópolis.