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Nadie desea la paz más que los ucranianos después de casi cuatro años de guerra, pero no parecen dispuestos a conseguirla a cualquier precio. Un equipo de RTVE está en Kiev.

Violeta lleva a su marido Yevyeni unas espigas de trigo, que en Ucrania recuerda el Holodomor la gran hambruna a la que los soviéticos sometieron Ucrania en los años 30. Estuvieron 10 años casados y quiere creer que su muerte no ha sido en vano. Violeta confiesa que se sentiría traicionada si se acepta un plan de paz como ese que no garantiza que Rusia no vuelva a atacarlos. Como la mayoría de los que han perdido a alguien no ven con agrado las cesiones territoriales a Putin o la amnistía para quienes hayan cometido crímenes de guerra.

Otros no están tan seguros y creen que Ucrania no tiene fuerza para mantener la guerra.

Ceder el Donbás no solo significaría perder más del 20% de su territorio, dejaría a Ucrania expuesta a la invasión total del país al perder el cinturón defensivo levantado desde el inicio de la guerra.

Dejaría a Ucrania sin todas las fortificaciones, sin toda la zona industrial, que le ha permitido aguantar el empuje ruso durante estos cuatro años. El plan le exige además limitar el tamaño de su Ejército y renunciar para siempre a entrar en la OTAN. Rusia se comprometería a no invadir otros países, a cambio de que la OTAN no se expanda más.

Los expertos señalan que el plan atenta gravemente contra la soberanía de Ucrania. Le imponen celebrar elecciones en 100 días, un momento de debilidad que opinan, Putin podría aprovechar para librarse de Zelenski y colocar un gobierno títere.

Washington gestionaría las garantías de seguridad y la reconstrucción a cambio de beneficios económicos. A Europa le tocaría pagar 100.000 millones de ayudas. Misma cuantía que al agresor, que podría reincorporarse como si nada al G8 y la economía global.

Obedece a los intereses de quienes han redactado este acuerdo, es decir, de Estados Unidos y de la propia Rusia. Las partes recibirían amnistía total por sus actos durante la guerra. tanto los crímenes de la invasión como los casos de corrupción quedarían para siempre impunes.

Foto: Andriy Andriyenko / Fuerzas Armadas de Ucrania

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, está consiguiendo armas en el extranjero, pero en el frente ucraniano sigue faltando algo: soldados. Un millón de ucranianos ya han sido movilizados y siguen sin ser suficientes. Ahora, el Gobierno quiere hacer atractivo el reclutamiento estableciendo un tiempo máximo de servicio de dos años, pero poniendo a cero el contador de los soldados que llevan guerreando desde 2022.

Foto: SERGEY KOZLOV / EFE