Paula se adelantó a las secuelas del cáncer: congeló sus óvulos antes de la quimioterapia
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Dar el paso de ser madre no siempre es sencillo. Son múltiples los factores externos que pueden interferir en esta elección. A esta decisión se suma, en ocasiones, un golpe inesperado: la aparición del cáncer. Ese fue el caso de Paula Valverde, diagnosticada a los 28 años de un cáncer de mama genético. Ante la incertidumbre, Paula tomó rápidamente, junto a su pareja, la decisión de congelar sus óvulos para poder ser madre en un futuro y no renunciar a uno de sus sueños.
Paula Valverde y su pareja posan junto a su futura vivienda, ahora en construcción
“Un cáncer de mama no implica no poder tener hijos“
“Nos dijeron que una vez pasado el proceso de la quimioterapia y la radioterapia, el tema de la fertilidad se iba a reducir”, explica John, la pareja de Paula Valverde en el programa De Seda y Hierro. Fue en ese momento cuando los médicos les ofrecieron la posibilidad de congelar los óvulos de Paula. La joven paciente no lo pensó dos veces: “Un cáncer de mama no implica no poder tener hijos, y encima poder tenerlos sin esa alteración genética, tener la certeza de que tu hijo no va a tener que pasar por el cáncer que a ti te ha tocado pasar”.
El deporte como aliado
Superar un diagnóstico de este tipo requiere algo más que tratamientos médicos. Paula encontró en el programa de ejercicio de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) un aliado inesperado para sobrellevar los meses de quimioterapia y radioterapia.
“La posibilidad de curarme existía y era real“
“La posibilidad de curarme existía y era real, así que puse todo lo que estuvo en mi mano para que, sumado al tratamiento, pudiera llevarlo lo mejor posible y curarme cuanto antes”, recuerda. Gracias al deporte, logró minimizar los efectos secundarios de la quimioterapia. Paula asegura que, incluso, algunos días se sentía con más energía de lo esperado. No olvida tampoco el papel crucial de su familia y del equipo de profesionales y compañeros de la AECC, a quienes define como sus “ángeles de la guarda”.
““
Entre las disciplinas que practica destaca el “barco dragón”, un ancestral deporte de remo de origen asiático que resulta especialmente beneficioso para las pacientes con cáncer de mama. El movimiento repetitivo y de fuerza favorece el drenaje linfático y previene el linfedema, además de reforzar el bienestar psicológico gracias al trabajo en equipo.
El altavoz de las redes sociales
Paula quiere que su historia sirva de inspiración para otras mujeres que también pasan por la misma situación que ella y por eso ha contado su enfermedad a través de su cuenta de Instagram. Experta en marketing digital, Paula ha dejado la puerta abierta de su vida durante su enfermedad con el objetivo de ayudar a más personas en este duro proceso.
A través de fotografías, vídeos y textos, relató momentos tan íntimos como las sesiones de quimioterapia y radioterapia, la caída del cabello o los instantes previos a entrar al quirófano. Lo que podría haber quedado en lo privado se convirtió en un relato colectivo de resiliencia, que ayuda a crear comunidad, compartir experiencias y, sobre todo, recordar que la enfermedad no borra los sueños de futuro.
De Seda y Hierro