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Cesc Gay estrena 'Mi amiga Eva': "Escribo para personajes que podrían ser cualquiera de nosotros"

  • El director Cesc Gay regresa a la gran pantalla con Mi amiga Eva, que presenta en El último tren de RNE
  • La película, que cuenta con la participación de RTVE, explora el redescubrimiento del amor de una mujer a punto de cumplir 50 años
Primer plano de Cesc Gay, director de cine, mirando a cámara. Lleva chaqueta oscura y camisa azul. Fondo con multitud y alfombra roja.
Cesc Gay regresa a los cines con 'Mi amiga Eva', una película que cuenta con la participación de RTVE, y tarta sobre el redescubrimiento del amor. EFE / JAVIER ETXEZARRETA

En las carteleras, Mi amiga Eva aparece bajo las etiquetas "comedia", "romance" y "drama". Y sí, lo es. La nueva película de Cesc Gay (Barcelona, 1967) podría definirse como comedia romántica.

Pero también podría figurar en la categoría de ciencia ficción. ¿Cómo, si no, atreverse a imaginar otra vida cuando la actual parece perfecta? Quizá, incluso, encajaría en la de cine de aventuras o de acción —porque dejarlo todo y empezar de cero, más todavía siendo una mujer que roza los 50, es una expedición arriesgada— o hasta en la de superhéroes: el poder de la protagonista es atreverse a hacer lo que muchos piensan, pero callan. Y eso exige más coraje que detener un tren en marcha o enfrentarse al villano más feroz.

"Todos estamos siempre proyectando cambios en nuestra vida. Son emociones que tenemos dentro y que son muy difíciles. Hay que ser valiente para cumplirlas, especialmente en cuestiones complejas como terminar una relación con hijos", explica Gay en El último tren, con Isabel Gemio.

El último tren - Cesc Gay, el cirujano de la intimidad

"Lo divertido, lo trágico y lo curioso es que Eva se encuentra —por sus mentiras y su manera de transitar su día a día—, con que sus deseos se hacen realidad", añade el cineasta. De ahí, resume, que "su personaje también resulte cómico". "Ella sufre sus propias contradicciones. No es alguien decidido con las ideas claras, que en el fondo nadie lo es".

Eva (Nora Navas) es una mujer de mediana edad a quien no le va nada mal en general. Al menos, sobre el papel. Su rutina es plácida y agradable. Tranquila y cómoda a partes iguales.

Trabaja como editora en una empresa de Barcelona y lleva dos décadas casada con un marido atento y comprensivo (Juan Diego Botto) —"cuando le propuse a Nora que Juan fuera su pareja me dijo: 'no, por favor, que va a ser muy difícil abandonarlo', pero es que de eso va la película", avisa Gay—. Además, Eva es madre de dos adolescentes y disfruta de una agenda social en la que alterna planes de cenas con amigos y visitas al teatro. Lo tiene todo, y a la vez no. Le falto algo.

Somos Cine - Tráiler de 'Mi amiga Eva'

Un viaje de negocios a Roma, donde accidentalmente se cruza con un guionista argentino alojado en la habitación contigua (Rodrigo de la Serna) de su hotel, se lo recuerda. Y le anima a dar el paso. Sabe que quiere volver a enamorarse antes de que sea "demasiado tarde".

Por eso, de regreso a casa, Eva abre la puerta a esa otra nueva vida: soltera, vulnerable y dispuesta al juego de la seducción y del romance.

Aunque quien dice Eva; habla de María. O de Luis. O de Rebeca. O de Hugo. O de Ana. O de Pedro. O de Claudia… Sirve cualquier nombre. "Escribo para personajes que podrían ser cualquiera de nosotros", confiesa el ganador de los premios Goya a mejor dirección y mejor guion adaptado en 2016 por Truman. Se nota. Hay dudas y seguridad, risas y lloros, alegría y tristeza. También decepción, miedo, perplejidad, incomprensión, ternura… Se aprecian mentiras y verdades. Sin embargo, por encima de todo, abunda la verdad.

Un cine en el que no pasa nada mientras sucede de todo

"Todas mis películas son así. Cuando empezaba, me costaba conseguir realizar mis cintas porque los productores me decían que no pasaba nada en ellas, pero ¿cómo qué no?", se pregunta el catalán. Lo que pasa es justamente la vida.

"Me gusta reflejar la cotidianidad y la intimidad. Luego procuro ensayar y encontrarle algo muy cercano y muy real". Literalmente. Cualquier conversación o anécdota, por insignificante que pueda parecer, es susceptible de ser llevada a la gran pantalla por él.

"Ir a cenar conmigo tiene peligro", advierte Gay riendo. "Me quedo con las cosas. Antes las apuntaba en una libreta y ahora las grabo en el móvil, pero intento que nadie salga salpicado después. Desde taxistas a camareros, cualquier persona te puede dar contenido interesante", alega.

Una película contra el estigma de la menopausia

En esta ocasión, las musas de su obra estaban en su círculo. Mi amiga Eva nace de "mujeres cercanas que decidieron romper con todo a esas edades", cuenta Gay. Conocer tal realidad, señala, le sorprendió. En todos los aspectos posibles. "Pensé: '¡qué atrevidas, qué valientes y qué irresponsables también!'", admite. Porque él, al igual que buena parte de la sociedad, todavía no había sido capaz de desprenderse del todo de los prejuicios.

"Vi cómo el entorno las señalaba y les juzgaba", lamenta. Incluso en "una ciudad moderna como Barcelona", aquellas mujeres eran observadas con recelo. "Había esa mirada de '¿de verdad vas a hacer eso? ¿Y a tu edad?' Porque luego está ese estigma con el que parece que con la menopausia ya no se puede comenzar algo, ni vivir como una quiere", denuncia. Y nada más lejos de la realidad. No hay límites de edad para vivir. Nunca.

Por eso, "me pareció tan interesante recordar que sí que existe otra vida", comenta Gay. "Por suerte, la mujer se ha ido liberando, siendo jefa de sus decisiones y sin tener que pedir permiso. Ese drama que han vivido, a la sombra y esclavizadas por una forma de existencia donde el hombre mandaba, ahora es cada vez menor. Ellas se han ganado esa libertad de poder irse sin que haya un gran drama, porque la vida cambia mucho", sentencia Cesc Gay.