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Por qué deberíamos comer más verduras

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Por qué deberíamos comer más verduras

Como hemos explicado muchas veces en el programa, los vegetales deben formar la base de nuestra alimentación: de acuerdo a lo que plantea el esquema del plato de Harvard, la mitad de la comida que consumimos debe corresponder a estos alimentos. Todos tenemos claro que son muy sanos, no es nada nuevo, ¿pero sabemos exactamente qué es lo que nos aportan? La tecnóloga alimentaria y dietista nutricionista Beatriz Robles nos va a explicar por qué deberíamos comer más verduras, centrándose en las de temporada de color verde y blanco. ¡Sigue leyendo!

El secreto que esconden los pigmentos de los vegetales

Su gran aporte en fitonutrientes es uno de los motivos por los que deberíamos comer más verduras: Les aportan aroma, sabor y protección frente a plagas y microorganismos, y nosotros, cuando las ingerimos, obtenemos parte de esos beneficios. Pero es que también son los responsables de esa bonita gama de colores que nos dan una pista precisamente de que la cantidad de algunos fitonutrientes destaca por encima de otros.

Por ejemplo, los de color verde intenso contienen más clorofila, un pigmento antioxidante y absolutamente fundamental para la vida, ya que es el responsable de la fotosíntesis. Pero también contienen otros antioxidantes como la luteína, la zeaxantina o incluso vitamina C. Por otra parte, las verduras de un color verde más claro, como la lechuga, también nos aportan, además de clorofila, vitamina Cvitamina K y ácido fólico.

Entonces, ¿las verduras son los alimentos más nutritivos?

Todos los alimentos vegetales, independientemente de su color, nos aportan una gran cantidad de nutrientes por cada kilocaloría, es decir, tienen una elevada densidad nutricional. ¡Una razón más por la que deberíamos comer más verduras! Y si las consumimos crudas, como hacemos con la lechuga, mejor todavía.

Porque cuando cocinamos la verdura se pierden parte de esos nutrientes, pero podemos seguir ciertas pautas para evitarlo en la medida de lo posible. Lo ideal es prepararlas al vapor o salteadas, pero si las vamos a cocer lo mejor es hacerlo con poca cantidad de agua, una temperatura alta para que la cocción sea más corta y utilizando una tapa, para acelerar todavía más ese proceso. Y además, siempre que podamos, en trozos grandes mejor que pequeños.

La fibra, uno de sus mayores beneficios

Los alimentos vegetales son una gran fuente de fibra, tanto soluble como insoluble, que tiene muchos beneficios para nuestra salud. Por ejemplo alimenta nuestra microbiota intestinal, es muy saciante, buena para la digestión, nos ayuda a regular el colesterol y además cuida nuestro corazón y nuestras arterias. Una razón más que explica por qué deberíamos comer más verduras.

No nos olvidamos de vegetales como las acelgas, con colores verdes y blancos, y que también contienen antioxidantes como la luteína, vitaminas como la C o la A y minerales: magnesio, potasio, selenio… Por otra parte, las verduras de color blanco como la cebolla o los nabos nos aportan flavonoides como la quercetina pero también otros antioxidantes como la alicina, un fitonutriente que se está estudiando por sus posibles efectos beneficiosos en la salud cardiovascular.