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Historia de nuestro cine

Pilar Miró, nueva mirada feminista en una arriesgada adaptación teatral

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'El perro del hortelano' (1996), de Pilar Miró
'El perro del hortelano' (1996), de Pilar Miró

Hace falta tener mucha tenacidad para levantar un proyecto tan arriesgado como el que propuso Pilar Miró en 1995 con el rodaje de El perro del hortelano. Una adaptación cinematográfica del clásico de Lope de Vega que la cineasta quiso llevar a la gran pantalla manteniendo las interpretaciones en verso de la obra teatral. Una apuesta compleja a la que, sin embargo, consiguió imprimir una mirada viva y fresca que ponía el foco en la potente personalidad de la condesa de Belflor, el personaje interpretado por Emma Suárez y al que Miró da una vuelta de tuerca. “Me pareció muy inteligente por su parte llevar este clásico al cine y aunque la protagonista sea una mujer de hace mucho tiempo, es muy actual. La condesa era una mujer picara, estratega y muy moderna”, contaba la actriz en una entrevista en RTVE.

Esa fue una de las claves del éxito de la cinta de Pilar Miró. Convertir a aquella dama, descrita por Lope de Vega como fría y calculadora e incapaz de mostrar sus sentimientos, en una mujer demasiado lista como para ser engañada. y todo ello bajo el telón de una comedia con la que, a pesar de conservar el verso original del Siglo de Oro, consiguió llevar a las salas a más de un millón de espectadores y arrasó en los Premios Goya de 1997 al alzarse con 7 galardones, entre ellos el de mejor dirección, guion adaptado, fotografía (Javier Aguirresarobe) y actriz protagonista (Emma Suárez).

Coloquio sobre 'El perro del hortelano' (1996), de Pilar Miró.

Con una ambientación cuidada al detalle, El perro del hortelano invita a dejarse llevar por la atmosfera de la época sin sobresaltos. Todo encaja en el universo creado por Pilar Miró gracias al trabajo de fotografía de Aguirresarobe que juega a la perfección con los colores del vestuario y la puesta en escena. Planos agiles que no caen en el pecado mortal de muchas películas de época, tan habituadas a recrearse en los planos largos. Aquí, todo se dispara, rápido y preciso, para entrelazarse en el enredo amoroso de los protagonistas.

Un cambio de perspectiva

"No dudes: naturalmente es del hortelano el perro. Ni come ni comer deja, ni está fuera ni está dentro", dice Teodoro en la obra de Lope de Vega. Un hombre que, en la obra teatral, se desarma ante los coqueteos de Diana y se desespera con sus vaivenes, pero que en la película de Miró aparece retratado con una perspectiva feminista que deja ver en también en él sus formas crueles de jugar con los sentimientos de la condesa. ¿Acaso los castigos de Diana no están justificados, no sé dirigen a toda una sociedad impositiva a la mujer?

Su directora, Pilar Miró, lo resumía así: “Una mujer dueña y señora de voluntades lucha por el hombre que le gusta y utiliza su ingenio y su posición para conseguir lo que quiere y como quiere”. Y con este argumento empoderado, la realizadora madrileña conseguiría también algo insólito en el siglo XX: ser la primera mujer en ganar un Goya a la mejor Dirección. Un camino aún muy poco transitado en el que solo figuran, además de Miró, Icíar Bollaín e Isabel Coixet.

Coloquio en Historia de Nuestro Cine

Sobre todo ello charlarán este viernes en Historia de Nuestro Cine de La 2. Un programa, dirigido y presentado por Elena Sánchez, en el que se pondrá en valor las adaptaciones teatrales en el cine, coincidiendo con el Día Mundial del Teatro, y que contará con una sesión doble, a partir de las 21.30h, en la que podrán verse las películas El perro del hortelano (1996), de Pilar Miró, y La venganza de Don Mendo (1961) de Fernando Fernán Gómez. En el coloquio participarán la actriz Emma Suárez, protagonista de la primera película; Alba Carmona Lázaro, doctora en Filología y autora del libro 'Las reestructuras fílmicas de la comedia nueva'; y Carlos F. Heredero, crítico cinematográfico y director de la revista Caimán. Cuadernos de cine.

No recomendado para menores de 12 años Historia de nuestro cine - La venganza de Don Mendo (presentación) - ver ahora
Transcripción completa

Subtitulado por Accesibilidad-TVE.

En el invierno de 1962 se estrenaba la versión cinematográfica

de "La venganza de don Mendo",

un encargo que había asumido, con ciertas prevenciones,

Fernando Fernán Gómez, sin sospechar que se convertiría

en uno de sus mayores éxitos comerciales.

Desde su estreno, en 1918, la obra teatral de Pedro Muñoz Seca,

había cosechado un éxito total en los teatros de toda España.

Fernán Gómez adoptó una mirada irónica sobre el texto original

que ya de por sí criticaba con sarcasmo

los dramas románticos del XIX.

Don Mendo. -Magdalena.

Hoy no vengo a tu lado cual otras noches, loco, apasionado,

porque hoy traigo una pena que a mi pecho destroza.

Si no sé por qué le amé,

si carece de fortuna y no es amigo del rey.

¿Y qué vais a hacer, señora? -Yo sabré librarme de él.

Pronto mi esposa os haré como ya está concertado.

Santo Dios, ¿qué escuché?, ella su esposa, su esposa.

estimo que salvándola hice el primo de una manera espantosa.

Ante todo os digo, que su muerte quiero,

que si importunome vivo no ha de importunarme muerto.

¡Qué momento, qué momento!

Juro y al jurarte ofrendo que los siglos en su atruendo

habrán de mí una enseñanza, pues dejará perduranza,

la venganza de don Mendo.

Fernando, nos vamos a echar unas risas esta noche. Bienvenido.

Bueno, yo estoy un poco huraño y un tanto escéptico,

pero en fin, si quieres que nos riamos, nos reiremos.

Vamos a reírnos.

Este encargo tengo entendido que no fue muy del gusto

de Fernán Gómez, así a priori, pero bueno, lo aceptó.

¿Cómo surge la idea?

Sí, es un proyecto de origen bastante raro,

porque en realidad eran unos productores

que intentaban una cooperativa,

que pretendían hacer una versión filmada

de una representación teatral de "La venganza de don Mendo",

en la que teóricamente Fernando Fernán Gómez

solo iba a interpretar el personaje de don Mendo, no a dirigir.

El director previsto era César Ardavín

y pretendían hacerlo en cuatro días, el rodaje en cuatro días,

uno por cada acto de la función, que tiene cuatro actos.

Pero en este proceso Ardavín se retiró del asunto

y entonces le ofrecieron a Fernán Gómez dirigirla.

A Fernán Gómez la función no le gustaba demasiado,

pero finalmente se lo pensó y aceptó,

pero claro, no rodar en cuatro días sino en cuatro semanas,

lo cual ya es muy poco

y a condición de cambiar el proyecto en blanco y negro

por una película en color. A todo color.

Muy de colorines.

Y además exigió a Pepe Aguayo como director de fotografía

porque creía que era el único que podía hacer

la idea que él tenía de la función.

Lo primero que se hizo fue un forillo de una altura de 14 m

y de grande todo lo que daba el plató,

porque allí era donde se ponían las tiendas y todas las cosas

como si fuera un escenario,

porque hasta había un plano al final, cuando empiezan a matar tanta gente,

que todo eso se llenaba de sangre y casi ahogaba al apuntador.

Al apuntador lo llenaban de sangre.

Hablemos de la obra original de Pedro Muñoz Seca.

La venganza de don Mendo realmente fue su obra más popular

y de mayor éxito y, probablemente, la más divertida.

Se estrenó en 1918

y la han representado en teatro desde 1918

actores que luego hemos visto en nuestro programa continuamente

como por ejemplo Valeriano León, o José Luis Ozores en 1953,

Edgar Neville hizo una versión en 1941.

Hasta Tricicle ha hecho una versión de Don Mendo.

Y más recientemente Tony Leblanc, Manolo Gómez Bur, Raúl Sender,

que la ha representado varias veces

y se ha llevado al cine en una versión muy libre,

por José Luis García Sánchez, producida por Frade,

que se llamaba "Don Mendo rock".

¿Cómo es la adaptación que hace Fernán Gómez de la obra?

La adaptación es añadir sarcasmo a una obra ya sarcástica

porque el astracán es precisamente eso

conseguir el humor a costa de todo y, sobre todo,

a costa de jugar con el lenguaje, jugar con los anacronismos

y Fernando Fernán Gómez da un paso más

y hace una especie de burla de la propia obra

y la clave de la adaptación está en la puesta en escena

y en la visualización del proyecto.

Decorados pintado, decorados de papel, atrezzo de papel,

fuego también de papel, etc, etc.

Y también las interpretaciones van en el mismo sentido,

el propio Fernán Gómez actúa de una manera muy caricaturesca,

dice el texto maravillosamente, un texto muy divertido, muy gracioso,

muy difícil de decir.

Ni a ti ni a nadie he de amar, déjame a solas penar,

sentado en aqueste ripio,

sin querer participar del dolor que participio.

Y tiene un reparto estupendo de actores

con mucho sentido del humor, como Antonio Garisa, Juanjo Menéndez,

Joaquín Roa, M Luisa Ponte, que está eminente como doña Ramírez,

con esa verruga fantástica... Irreconocible totalmente.

y esa nariz también irreconocible,

pero fue una de sus más celebradas interpretaciones.

Fernando me dijo: "Oye, aunque sea tu hermana,

yo quiero que la pongas terrible,

le pones una nariz postiza, ponle una verruga y tal".

Yo decía: "Dios mío, qué desgraciada soy,

siempre hago de más mayor de lo que soy o hago de fea".

Y entonces mi hermano se cebó,

para que no le llamaran la atención de si protegía a su hermana.

Hasta me puso aquí una verruga con pelos. Asquerosa sí.

Y entonces, como allí comíamos en el rodaje,

siempre aquella verruga se me caía en la sopa.

Y luego están esas dos damas jóvenes, estupendas,

Paloma Valdés, que empezaba entonces, solo había hecho dos o tres películas

y Paula Martel que hace de mora Azofaifa,

que es una de las actrices más guapas y elegantes

que han pasado por el cine español.

Ella te idolatra. -¿Qué dices?

Te adora, lo he visto en sus ojos. -Si tal fuera cierto,

¡qué hermosa venganza batalla de amores!

Todo es un proyecto,

que a pesar que lo cogiera con cierta reticencia Fernando,

lo llevó adelante estupendamente y tuvo muchísimo éxito.

¿Cómo afectó la censura a esta astracanada?

Cuenta Fernán Gómez que sobre todo a él le molestó mucho

porque desvirtuó toda una escena en que mientras hay una mora bailando

siguiendo los movimientos de la bailarina,

don Mendo aceleraba o ralentizaba el diálogo.

Nos aconsejaron que determinada escena

la montáramos de otra manera

para que no se viera el ombligo de una danzarina del vientre.

La obra fue un poco retocada por la censura,

aunque yo creo que esos retoques no desvirtúan básicamente

el sentido del trabajo de Fernán Gómez.

Vamos a reírnos, ¿no?

Si te empeñas... Claro que sí, no seas tan descreído.

Bien, vamos a ello. Gracias Fernando.

Ha llegado el momento de que se alce el telón

y comience la función,

que corriendo el riesgo de la estulticia

Fernando Fernán Gómez, con inteligencia y malicia,

convierte en pura delicia.

Lo digo con el debido respeto,

para las rimas consonantes de don Pedro Muñoz Seca,

cuyos versos de astracán crecen en las voces

de un puñado de actores magníficamente dirigidos

sobre unos decorados de papel de celofán a todo color.

Historia de nuestro cine - La venganza de Don Mendo (presentación) - ver ahora