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Crónica: viernes

Royal Blood arrasan en la primera jornada de BIME Live

  • Empieza a sonar BIME Live con el directo atronador de Royal Blood
  • Ride se presentan con un pie en el presente y otro en el pasado y siguen siendo infalibles
  • Metronomy son la propuesta perfecta para bailar pasada la medianoche
  • Sigue la jornada de sábado de BIME Live en directo a partir de las 22h. con los conciertos de Franz Ferdinand, BNQT o The Prodigy

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Estaba claro: Royal Blood han sido los triunfadores de la primera jornada de BIME Live 2017
Estaba claro: Royal Blood han sido los triunfadores de la primera jornada de BIME Live 2017

BIME lleva haciendo sonar Bilbao desde mediados de semana. Desde el corazón, en los diferentes conciertos que han conformado la programación de su vertiente City. Y en su recinto, el BEC!, con los showcases que adornaban BIME Pro, la primera feria europea dirigida a la industria musical y digital.

Pero está claro que lo gordo ha empezado hoy. Primera de las dos jornadas de BIME Live en la que, estaba cantando, el protagonismo se lo han llevado Royal Blood. Hora y cuarto de concierto a toda velocidad. Y si les das más tiempo,. siguen hasta quedarse sin repertorio. Llegaban a Bilbao para presentar 'How did we get so dark?', su último disco en el que no se salen demasiado de la linea marcada en su debut, si acaso lo aligeran y miran a los estadios.

Con un telón de luces amarillas de fondo, Mike Kerr y Ben Thatcher han aparecido en el escenario para repasar las canciones de esta segunda entrega prácticamente al completo. Se han reservado para el final los grandes hits con los que se pusieron en boca de todos con su debut: 'Figure It Out', 'Ten Tonne Skeleton' y 'Out of the Black'. Ha habido tiempo de demostrar sus correspondientes virtuosismos (¿quién dijo que los solos de batería estaban pasados de moda?), de lanzarse al público y de jugar con ellos a base de parones, saludos y cambios de luces. Royal Blood son la maquinaria del directo perfecta: todo medido, todo eficaz. Y el público, sudando.

Ride, el mejor regreso

Ojalá todas las vueltas fueran así. Con la calidad que tiene 'Weather Diaries' y con lo cohesionada que están Ride sobre el escenario. El revival noventero podría haber sido toda su razón y puede que sea solo la excusa. Porque pasen los años que pasen, la calidad permanece. Y dos décadas después de aquel álbum 'Taratula', principio de su desintegración, Ride han vuelto triunfantes e infalibles.

Con un pie en el presente y otro en ese tiempo en que debieron haberse zampado al britpop han firmado el setlist perfecto: 'Lannoy Point', 'Cali', 'Twisterella', 'All I want', 'Vapour Trail'...y bueno, todas. Detalle: Ride prefieren correr un tupido velo por su tercer y cuarto disco.

Ride han vuelto triunfantes e infalibles.

Ride han vuelto triunfantes e infalibles. Tom Hagen

Con Metronomy te pasa que si te gustan, te encantan en directo, y si te dan igual, te echas unos bailes. Las canciones que han rescatado de sus cuatro discos anteriores han sonado pasadas por el filtro dance pop que manda en el último, 'Summer 08'. Más sesión que concierto ha sido un buen aperitivo y calentamiento para Orbital.

Casi hasta las dos de la madrugada ha habido que esperar para recibir a Phil y Paul Hartnoll en su plataforma y con sus linternas. Y sobre todo sus visuales, a medio camino entre el síndrome de Stendhal y la epilépsia. Momentazos de acid y techno para ir pensando en cerrar la primera jornada.

El sello de calidad del Teatro

El tercer escenario de BIME Live de normal es una cancha de baloncesto que se cubre con telones para reconvertirse en el Teatro. Un espacio íntimo para escuchar y reposar desde las gradas al que siempre se reservan las propuestas más cuidadas. En esta primera jornada se han podido ver la actuación inaugural de Anari, y los directos del siempre cálido Mark Eitzel, presentando su nuevo disco en solitario y con la producción de Bernard Butler; Bill Callahan, ya sin sobrenombre y reencarnado en la figura de cantautor norteamericano; y Einstürzende Neubauten, que casi tres décadas después de su formación conservan su capacidad de sorprendernos.

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