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El mundo en 2026, a imagen y semejanza de Trump: geopolítica "brutal", intervencionismo militar y negocios

  • El CIDOB alerta de que la UE está "desubicada" en el nuevo orden internacional
  • China o los países del Golfo pueden estar entre los ganadores
El mundo en 2016
Trump, en una imagen en Washington del día 13 de diciembre. REUTERS/Aaron Schwartz
Miguel Charte
Miguel Charte

Más inestable en lo político y en lo económico; con una competencia geopolítica "brutal" impulsada por el intervencionismo militar y la impunidad; con mayor protagonismo de la Inteligencia Artificial y con una Unión Europea "desubicada". Estas serán algunas de las características del mundo en 2026, el año que se avecina, según las previsiones del CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs), el centro de análisis presidido por el exjefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell.

"Se revalorizan el lenguaje y los recursos del poder duro, como son la seguridad y la defensa", ha resumido Pol Morillas, director del centro, en rueda de prensa este miércoles. "Donald Trump tiene un protagonismo destacado. Fomenta esta lectura del orden internacional que se aleja de la cooperación; el comercio como suma positiva y refuerzo de intereses compartidos; las instituciones internacionales y su papel en la gobernanza en asuntos transnacionales... Todas esas cuestiones pasan a un segundo plano".

El mundo de Trump: "impunidad del intervencionismo"

"Trump simboliza la creciente ola de estados que se sitúan al margen de la ley", se lee en la Nota Internacional 2026 del CIDOB. Carme Colomina, coordinadora de este trabajo de prospectiva, ha descrito un cambio global en el que "la impunidad del intervencionismo militar se refuerza, la violencia política crece, los ataques aéreos y con drones han llegado a máximos históricos".

Un ejemplo de este intervencionismo sin tapujos es la política de la Administración Trump respecto a América Latina, con ataques contra supuestas 'narcolanchas' en el Caribe y el Pacífico, amenazas a Venezuela y Colombia e injerencias en las elecciones de Argentina y Honduras a favor de los candidatos de ultraderecha.

"En Venezuela se aplica al completo esta nueva doctrina Monroe, la imposición de la hegemonía sobre un hemisferio calificado como un espacio de seguridad nacional", ha expuesto Anna Ayuso, investigadora del CIDOB para la región. "Vemos directamente el uso de la fuerza y todos los mecanismos de presión para hacer caer un régimen violando todas las normas del derecho internacional".

Varios conflictos fronterizos pueden ir a más o reanudarse en 2026, como el que enfrenta a Camboya con Tailandia y a Etiopía con Eritrea, mientras continúa la violencia en Gaza, Cisjordania y Líbano.

Cuando las armas callan, aunque sea temporalmente, llega la 'monetarización de la paz'. "La diplomacia tradicional ha sido sustituida por acuerdos entre magnates al servicio de lucros particulares", según el CIDOB.

Empresas estadounidenses se han beneficiado de la extracción de minerales raros tras la tregua entre Ruanda y la República Democrática del Congo; han firmado contratos con Armenia a raíz del acuerdo de paz con Azerbaiyán; y esperan hacerse con la parte del león de la reconstrucción de la Franja de Gaza tras la masacre israelí (la ONU prevé que se necesitarán 59.500 millones de euros).

No solo EE.UU., también China, las monarquías del Golfo y potencias de peso medio como Turquía esperan ser "ganadores" en este nuevo escenario.

Mientras tanto, el sistema multilateral, personificado por la ONU, hace aguas. "Es incapaz de dar respuesta a las necesidades y el Consejo de Seguridad no funciona", según Anna Ayuso, que observa la misma tendencia en los acuerdos globales sobre el clima, tras los magros resultados de la COP30 en Brasil, o en la Agenda 2030, rechazada por gobiernos de ultraderecha.

Auge y burbuja de la IA

La IA será otra de las protagonistas del año. Cada vez se aplica más a las armas y las operaciones militares, hasta el punto de que empiezan a confundirse los intereses de las empresas tecnológicas, los Estados y los ejércitos. El gasto militar en IA podría superar en 2026 los 25.500 millones de euros, con EE.UU. y China a la cabeza.

Según los cálculos económicos, la inversión en IA ha salvado este año a EE.UU. de entrar en recesión. Sin embargo, una de las dudas de 2026 será si la burbuja económica, alimentada por inversiones cruzadas entre las grandes empresas tecnológicas, estallará.

"Si los beneficios no son los esperados, puede haber un freno en las inversiones y un frenazo en el crecimiento en EE.UU. y el resto del mundo", ha advertido Colominas.

Posible efecto de los aranceles en la economía

La economía mundial puede verse afectada también por el efecto de los aranceles de Trump, que en 2025 ha sido menor del esperado. La Organización Mundial del Comercio (OMC) prevé que el intercambio global solo crecerá un 0,5%.

La suma de inflación y deuda y el aumento de la desigualdad pondrán a prueba la resistencia de sociedades y gobiernos, en especial en el llamado Sur Global, donde la deuda externa es mayor. "Las prioridades geopolíticas van por derroteros distintos a las de las personas", afirma Víctor Burguete, investigador del área de Geopolítica Global y Seguridad del CIDOB. "En Europa ha habido un aumento del más del 30% en la cesta de la compra, con la deuda pública en máximos, un debate sobre cómo financiar la defensa... Todo ello va por una línea distinta a las preocupaciones de la gente, como la vivienda".

También el modelo económico de China será puesto a prueba. "Tiene sobrecapacidad, con una competencia interna salvaje, caída de los precios, desempleo juvenil del 20 % y un entorno internacional desfavorable a las exportaciones", resume Burguete.

La UE, desubicada

Ante este panorama, hay actores internacionales que no encuentran su lugar, que están "desubicados", y el mejor ejemplo es la Unión Europea.

"La UE, que está pensada para aglutinar soberanía y cooperación, ve que este mundo geopolítico deja fuera de sitio su razón de ser, y se le plantean dilemas existenciales", subraya Pol Morillas. Uno de ellos es qué hacer respecto a las negociaciones sobre la guerra de Ucrania y con los activos rusos congelados por las sanciones.

En medio de esta "desorientación estratégica" de la UE, Trump ha cargado contra el modelo europeo en su Estrategia de Seguridad Nacional.

Según Pol Morillas, la Casa Blanca, "por primera vez en 80 años", ha tomado partido por las fuerzas que "defienden la Europa que devuelve poder a las capitales nacionales y desintegra paulatinamente la UE", frente a las fuerzas europeístas partidarias de la reforma y los avances en seguridad, defensa, unión bancaria, agenda climática o regulación tecnológica.

Trump además multiplica sus exigencias a Bruselas, desde el aumento de los presupuestos militares a la eliminación de la regulación de las empresas tecnológicas (como ha ocurrido con X) o la legislación 'verde'. En algún momento, consideran los expertos del CIDOB, la UE, y en especial Alemania, tendrán que plantearse si hay un límite a la hora de acomodar estas peticiones.

La agenda de la UE en 2026 estará marcada además por las elecciones locales en Francia en marzo, en varios estados federados en Alemania también en marzo y las legislativas en Hungría en abril; las negociaciones de los presupuestos europeos para 2028-2034; la puesta en marcha de la Iniciativa Europea de Defensa contra Drones (EDDI, por sus siglas en inglés) y el proyecto de Vigilancia del Flanco Este.

Los "resistentes" de la 'generación Z'

El nuevo orden internacional tiene ganadores, perdedores y "oportunistas", pero también "resistentes", y muchos de ellos no han cumplido aún 30 años.

La llamada 'generación Z' ha encabezado las protestas que acabaron con los gobiernos de Bangladés, Nepal y Madagascar. También han salido a la calle en Marruecos o México.

"La 'generación Z' considera que vive en violencia constante, con falta de recursos y degradación medioambiental", ha declarado Inés Arco, investigadora para Asia Oriental y China del centro barcelonés. "Habrá que ver si hay nuevos estallidos de caos o si serán capaces de crear alternativas políticas —ha añadido—, si más jóvenes en el mundo usan estas tácticas de acción directa acompañada de alternativas electorales para intentar cambiar el statu quo".

Precisamente Bangladés celebrará elecciones en febrero y le seguirán Nepal, Marruecos y Perú. También habrá presidenciales en Colombia en mayo y elecciones legislativas en Israel en octubre. Todas estas convocatorias pueden ser un termómetro para medir el descontento social.

"Entre las generaciones más jóvenes van surgiendo movimientos de protesta contra los poderes establecidos", concluye Pol Morillas. "Hasta ahora han tenido un protagonismo reducido, pero eventualmente pueden sembrar la semilla del descontento que se transforme en una acción política concertada que cambie la manera de entender la gobernanza nacional o internacional".