Los primeros neandertales ya eran capaces de crear fuego hace 400.000 años, según un estudio británico
- El hallazgo se basa en las evidencias descubiertas por un equipo multidisciplinar en el yacimiento inglés de Barnham
- Adelanta en 350.000 años la fecha más antigua conocida hasta ahora de fabricación intencional de fuego
Los antiguos humanos ya eran capaces de generar fuego de manera intencional hace aproximadamente 400.000 años, según un estudio que acaba de publicar en la revista Nature un equipo dirigido por el Museo Británico, basándose en las evidencias descubiertas en el yacimiento arqueológico de Barnham, en el Reino Unido.
La institución, que atribuye los restos hallados "probablemente a grupos muy antiguos de neandertales", explica que adelantan en 350.000 años la fecha más antigua conocida hasta ahora de fabricación de fuego por humanos —hace 50.000 años en Francia, donde se han hallado hachas de mano usadas para golpear pirita y generar chispas—.
El descubrimiento de sedimentos cocidos, hachas de sílex fracturadas por el calor y piezas de pirita —una piedra utilizada para crear chispas y encender yesca— en una antigua cantera de arcilla en el este de Inglaterra sugiere que los humanos que habitaban este lugar eran capaces de crear y mantener fuegos. Para el equipo científico, estas evidencias indican un cambio en el comportamiento humano que pudo contribuir a un aumento del tamaño de su cerebro y de las capacidades cognitivas, ya que el fuego proporcionaba calor y protección frente a depredadores, además de permitir cocinar, lo que amplió la variedad de alimentos que podían consumirse.
"Las implicaciones son enormes. La capacidad de crear y controlar el fuego es uno de los puntos de inflexión más importantes en la historia humana, con beneficios prácticos y sociales que cambiaron la evolución humana. Este descubrimiento extraordinario adelanta ese punto de inflexión en unos 350.000 años", mantiene el doctor Rob Davis, conservador del proyecto Pathways to Ancient Britain, del British Museum.
Aunque en Barnham no se han hallado restos humanos directos, los investigadores pueden inferir quiénes vivían allí comparando el contexto cronológico con otros yacimientos europeos del mismo periodo. Esta comparación permite situar a sus habitantes dentro de las primeras poblaciones de neandertales. "Las personas que hicieron fuego en Barnham hace 400.000 años probablemente eran neandertales tempranos, basándonos en la morfología de los fósiles de la misma época encontrados en Swanscombe (Kent) y Atapuerca (España), que incluso conservan ADN neandertal temprano", argumenta el profesor Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres.
Excavación de sedimentos de estanque de 400.000 años en Barnham, Suffolk. Jordan Mansfield
Producción deliberada de fuego
En todo el mundo, existen restos de fuego en yacimientos habitados por humanos desde hace más de un millón de años. Sin embargo, determinar cuándo aprendieron a crearlo es una tarea complicada. En yacimientos como Wonderwerk, en Sudáfrica, aparecen cenizas vegetales y huesos quemados de hace alrededor de un millón de años, lo que sugiere que Homo erectus ya manipulaba el fuego. Pero esta evidencia solo demuestra uso o mantenimiento del fuego, no necesariamente su producción deliberada. Es muy probable que estas primeras poblaciones obtuvieran las brasas a partir de incendios naturales —provocados por rayos o combustiones espontáneas— y que, una vez encendido, intentaran conservarlo durante días o semanas.
Durante cientos de miles de años, las diferentes especies humanas probablemente se limitaron a aprovechar de forma oportunista el fuego natural. El desafío arqueológico es que los restos de un fuego mantenido y los de un fuego creado son prácticamente indistinguibles: ambos dejan sedimentos quemados, material fracturado por calor y acumulaciones de cenizas. Por eso, aunque existen evidencias tempranas de fuego en contextos humanos, cuesta más saber si quienes vivían allí poseían ya el conocimiento tecnológico para producir chispas, fricción o técnicas controladas de ignición, como golpear pirita contra sílex.
Los restos hallados en Barnham apenas dejan espacio para la duda: un parche de arcilla calentada a más de 700 °C, hachas de mano de sílex fracturadas por calor y dos piezas de pirita, mineral que se usa para producir chispas. Después de cuatro años de análisis, los investigadores han descartado que se tratase de incendios naturales. La presencia repetida de fuego en el mismo punto indica claramente un hogar o fogata reutilizado, por lo que estos humanos antiguos no solo sabían usar el fuego cuando aparecía por causas naturales, sino también generarlo por medio de los materiales necesarios. "Es increíble que algunos de los grupos más antiguos de neandertales ya tuvieran conocimiento de las propiedades del sílex, la pirita y la yesca en una fecha tan temprana", asegura Nick Ashton, conservador de Colecciones Paleolíticas en el British Museum.
Descubrimiento del primer fragmento de pirita de hierro en 2017 en Barnham, Suffolk. Jordan Mansfield
El "inicio de la socialización del fuego"
Para el codirector del proyecto Atapuerca Andreu Ollé Cañellas, "la principal novedad que aporta el artículo es la propuesta de que esos fragmentos de pirita encontrados en Barnham estén relacionados con la producción intencional de fuego. Esto no había sido observado en el resto de yacimientos con evidencias de presencia de fuego". "Es muy probable, pues, tal y como propone el artículo, que el descubrimiento de Barnham nos esté mostrando el inicio de la socialización del fuego, de su uso controlado y generalizado", valora para Science Media Centre España el también investigador del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA), y profesor asociado de la Universitat Rovira i Virgili.
Este especialista matiza que, a pesar de que "las evidencias presentadas en el artículo son sólidas y deben ser tenidas en cuenta", los antiguos humanos podrían haber controlado el fuego incluso antes. "A nivel personal, por lo aprendido de la arqueología experimental y de las observaciones etnográficas, creo que la producción de fuego por fricción de elementos vegetales es más fácil que la que implica la interacción con óxido de hierro", declara.
Cuando se trata de técnicas basadas en materiales vegetales, como la fricción de maderas, el registro arqueológico es prácticamente inexistente, ya que estos restos orgánicos se degradan y no dejan huellas directas que permitan identificar de forma concluyente cómo se produjo el fuego. Una ausencia de evidencias materiales que contrasta con métodos que sí dejan rastros duraderos, como el uso de minerales ricos en hierro.
El trabajo arqueológico forma parte del programa Pathways to Ancient Britain, financiado por The Calleva Foundation y desarrollado, entre otras instituciones, por el British Museum, el Museo de Historia Natural de Londres, la Universidad Queen Mary o la UCL.