Estados Unidos alerta del "borrado" de la civilización europea por sus políticas migratorias y la baja natalidad
- Washington teme que la falta de mecanismos sólidos de integración en Europa pueda generar tensiones internas
- El Gobierno alemán ha respondido diciendo que "su país no necesita que nadie le dé consejos"
La nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos incluye una advertencia poco habitual sobre Europa. En la página 25 del documento, la Casa Blanca sostiene que el continente podría enfrentarse a un proceso de "borrado civilizacional" si persisten determinadas tendencias demográficas y migratorias. El término, inusual en informes de este tipo, ha provocado reacciones dispares en capitales europeas y entre expertos en seguridad.
El texto sitúa tres elementos como factores de riesgo: baja natalidad, envejecimiento acelerado y flujos migratorios constantes. Según Washington, la combinación de estos elementos está modificando el equilibrio interno de algunos países europeos más rápido de lo previsto. El informe señala que parte de estas transformaciones coinciden con políticas migratorias "insuficientemente coordinadas", lo que, a juicio de sus autores, complica la capacidad de integración y la estabilidad institucional.
"Queremos que Europa siga siendo europea, que recupere su confianza en sí misma como civilización y que abandone su fallido enfoque en la asfixia regulatoria", añade el documento norteamericano, donde se asegura que el objetivo de Estados Unidos "debería ser ayudar a Europa a corregir su trayectoria actual".
Fuentes diplomáticas consultadas por medios locales europeos indican que la formulación estadounidense ha generado sorpresa, aunque reconocen que el debate sobre el impacto demográfico lleva tiempo presente en Bruselas. La Unión Europea discute actualmente reformas en materia de asilo, controles fronterizos y reparto de competencias entre Estados miembros, un debate que la advertencia estadounidense podría intensificar.
Un mensaje que aumenta la presión sobre las políticas migratorias
El informe no propone medidas específicas, pero sí establece que la evolución demográfica europea tiene implicaciones directas para la seguridad del bloque occidental. Esa lectura ha sido recogida por varias redacciones europeas, que han destacado el tono más severo del documento respecto a versiones anteriores de la estrategia estadounidense.
Según apuntan algunos medios estadounidenses, Washington teme que la falta de mecanismos sólidos de integración pueda generar tensiones internas en algunos Estados, con efectos sobre la cohesión social y la estabilidad política. En ese contexto, el documento plantea que la UE debe reforzar su capacidad para gestionar los movimientos migratorios de forma sostenible, sin perder de vista sus compromisos humanitarios.
Además, recogiendo discursos de movimientos de extrema derecha europeos, el informe cita como principales problemas de Europa las "actividades de la UE y otros organismos que socavan la libertad política y la soberanía; las políticas migratorias que están transformando el continente y creando conflictos; la censura de la libertad de expresión y la supresión de la oposición política; el desplome de las tasas de natalidad y la pérdida de identidades nacionales y de confianza en sí mismos".
La prensa europea interpreta la advertencia como un intento de colocar la cuestión demográfica en la agenda estratégica del continente, más allá del marco social o económico en el que suele enmarcarse.
Impacto en la agenda comunitaria
La publicación del documento coincide con varios procesos abiertos en Bruselas: reformas en el Pacto de Migración y Asilo, debates sobre la mano de obra necesaria para sostener los sistemas de bienestar y discusiones internas sobre cómo afrontar el envejecimiento estructural. La advertencia estadounidense se suma a esos debates, aunque desde una perspectiva más directamente vinculada a la seguridad.
Analistas citados por agencias europeas consideran que la formulación del documento podría reforzar a los gobiernos partidarios de políticas de control más estrictas, mientras que otros Estados miembros insisten en priorizar vías legales de migración y programas de integración laboral.
En cualquier caso, la advertencia ha colocado el debate en un plano más amplio. Fuentes comunitarias señalan que la UE deberá calibrar una respuesta que combine la gestión de fronteras con medidas estructurales —desde incentivos demográficos hasta nuevos marcos de inclusión—, sin desatender sus obligaciones internacionales.
Imagen del exterior de la Comisión Europea. GETTY IMAGES
Europa responde
El ministro de Exteriores alemán, Johann Wadephul, ha afirmado este viernes que su país no necesita que nadie le dé consejos después de la publicación del documento. En una rueda de prensa en Berlín con su homóloga islandesa, Wadephul ha dicho que se disponía a evaluar de forma intensiva con sus expertos el nuevo informe de la estrategia de Seguridad Nacional de EE.UU. y ha recalcado que ese país es el aliado más importante de Alemania en el marco de la OTAN.
Tras indicar que esta alianza tiene un carácter eminentemente defensivo, ha subrayado que también es una alianza de valores, por lo que se pueden discutir otras cuestiones más allá de temas de defensa o seguridad. "No obstante, creo que las cuestiones de la libertad de opinión y expresión, o de cómo están organizadas nuestras sociedades liberales aquí, o al menos en Alemania, no forma parte de ello", ha remarcado. "Tampoco creemos que nadie nos deba dar consejos sobre ello, sino que es algo que se organiza a través de nuestro orden constitucional", ha añadido.
El ministro ha enfatizado que, más allá de los tres poderes del Estado, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, también son esenciales los medios libres, a los que en Alemania se da "un gran valor". "Estamos contentos y agradecidos porque en Alemania hasta ahora hayamos podido debatir todas estas cuestiones internamente y también en el futuro nos vemos capaces de hablarlo y discutirlo solos", ha subrayado Wadephul.