Trump escenifica con los líderes de Congo y Ruanda su acuerdo de paz en la Casa Blanca
- El pacto fue firmado a nivel técnico y ministerial en junio y ya entró en vigor, pero faltaba su oficialización
- El conflicto ha dejado miles de muertos tras la ofensiva liderada por el grupo armado M23
Donald Trump ha recibido este jueves en Washington a los líderes de la República Democrática del Congo y Ruanda para firmar nuevos acuerdos destinados a estabilizar una región devastada por la guerra y atraer inversión minera occidental.
Pero mientras el estadounidense ha hecho de anfitrión en su más reciente intento por lograr la paz, los enfrentamientos al este del Congo continúan en un conflicto que ha lastrado durante décadas a la región africana.
El presidente ruandés, Paul Kagame, y el presidente congoleño, Félix Tshisekedi, tienen previsto reafirmar su compromiso con un pacto de integración económica ya aprobado el mes pasado, así como con un acuerdo de paz mediado por EE.UU., alcanzado en junio, pero aún sin implementar. Sus países firmarán pactos sobre minerales críticos, seguridad y asociaciones económicas, según un funcionario de la Casa Blanca.
La Administración Trump ha discutido cómo facilitar inversiones occidentales por miles de millones de dólares en una región rica en tántalo, estaño, tungsteno, oro, cobalto, cobre, litio y otros minerales. Washington se apresura a garantizar el acceso a minerales críticos controlados por su rival, China.
Según el trato respaldado por Trump, Congo debería tomar medidas contra un grupo armado opuesto al M23, las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR). Ruanda, por su parte, debería retirar sus tropas del Congo. Desde junio se ha avanzado poco en esos compromisos. “Esperamos que, después de la firma, veamos mejoras sobre el terreno”, dijo el miércoles a Reuters el ministro de Asuntos Exteriores ruandés, Olivier Nduhungirehe.
Analistas señalan que la diplomacia estadounidense ha logrado frenar la escalada de los combates en el este del Congo, pero no ha conseguido resolver los problemas de fondo. El grupo rebelde M23, respaldado por Ruanda, tomó este año las dos ciudades más importantes del este congoleño en un avance relámpago que aumentó el temor a una guerra más amplia.
Continúan los combates en el Congo
El presidente republicano ha mostrado interés por reforzar su imagen diplomática. Desde que Trump regresó al poder en enero, su Administración ha intervenido en conflictos desde Oriente Medio hasta Ucrania y otros lugares. Estos esfuerzos han dado resultados dispares: un acuerdo para Gaza, pero también críticas de que debería centrarse más en los problemas internos y el coste de la vida. Los votantes le otorgan bajas calificaciones en su gestión de la economía.
Antes de la reunión del jueves, el nombre del presidente ha sido añadido a un cartel frente al Instituto de la Paz de Estados Unidos, un organismo sin ánimo de lucro creado por el gobierno y que su Administración intentó controlar a principios de este año. Se prevé que en ese instituto se firme el acuerdo de paz entre Congo y Ruanda. Sin embargo, el acuerdo podría no cambiar la crisis humanitaria sobre el terreno. Este jueves han continuado los combates, con choques entre los rebeldes y el ejército congoleño en varias zonas de la provincia de Kivu del Sur. Un portavoz del M23 ha acusado a las tropas gubernamentales de bombardear varias áreas civiles.
El ejército congoleño y los rebeldes del M23 se acusan mutuamente de violar los acuerdos de alto el fuego renovados el mes pasado. En una rueda de prensa en Washington el miércoles, el funcionario congoleño Patrick Muyaya culpó al M23 de los combates recientes y afirmó que era “la prueba de que Ruanda no quiere la paz”.
El M23 no participa en la reunión en Washington ni está vinculado a los términos de ningún acuerdo entre Congo y Ruanda. Un funcionario de la Casa Blanca ha dicho que la firma "vuelve a comprometer a las partes con el proceso de paz" y refleja "meses de intensa diplomacia liderada por el presidente Trump, quien dejó claro tanto a la RDC como a Ruanda que el statu quo era inaceptable”.
Denis Mukwege, premio Nobel de la Paz en 2018 por su labor frente a la violencia sexual en Congo, ha afirmado que los acuerdos están impulsados más por la competencia por los minerales estratégicos que por un esfuerzo genuino para frenar el derramamiento de sangre. Además, ha dicho que el acuerdo de paz hará poco por apoyar a las víctimas. "Para mí, está claro que esto no es un acuerdo de paz", ha dicho a Reuters en una entrevista en París. "La prueba: esta mañana, en mi pueblo natal, la gente estaba enterrando a sus muertos mientras se firmaba un acuerdo de paz. El M23 sigue tomando territorio".
Ruanda niega a respaldar al M23. Kigali ha dicho que sus fuerzas han actuado en defensa propia frente a milicianos hutus vinculados al genocidio ruandés de 1994, en el que más de un millón de personas fueron asesinadas. Un grupo de expertos de la ONU afirmó en un informe de julio que Ruanda ejerce mando y control sobre los rebeldes.
El M23 asegura que lucha para proteger a las comunidades tutsis del este del Congo. El avance del grupo rebelde marca el último episodio de rivalidades étnicas en las zonas fronterizas del este del país con Ruanda, fuente de conflicto desde hace tres décadas.
Dos guerras devastadoras en la región de los Grandes Lagos africanos entre 1996 y 2003 costaron millones de vidas. El ciclo actual de violencia ha dejado miles de muertos y cientos de miles de desplazados.
Reuniones de junio
En junio y también en Washington, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, presidió la firma a nivel ministerial tras el acuerdo que ya había entrado en vigor. Aquella ceremonia en el Departamento de Estado contó con los ministros de Exteriores de ambos países, el ruandés Olivier Nduhungirehe y la congoleña Thérèse Kayikwamba Wagner, que posteriormente se reunieron con Trump. En aquel momento, el presidente estadounidense consideró que la firma del acuerdo abría "un nuevo capítulo de esperanza en la región".
"Hoy, la violencia y la destrucción terminan, y toda la región comienza un nuevo capítulo de esperanza y oportunidades, armonía, prosperidad y paz", dijo entonces junto a los ministros de Exteriores.
Días antes se había sellado el acuerdo a nivel técnico en base a los compromisos alcanzados el 25 de abril. En estas negociaciones, cuyo resultado ha sido bautizado como el Acuerdo de Washington, también ha mediado Catar. El pacto contempla la creación en un plazo de 30 días de un "mecanismo conjunto de coordinación en seguridad" para promover la estabilidad y el desarrollo regionales.
El documento subraya el compromiso a promover el pleno respeto de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario y su determinación para fomentar activamente la paz duradera, la estabilidad y el desarrollo económico integrado en toda la zona y para prevenir la reanudación de las hostilidades que puedan perjudicar el proceso de paz.