Los fármacos betabloqueantes no aportan beneficios en pacientes con función cardíaca normal tras un infarto
- Es la conclusión de un análisis a gran escala liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares
- Los betabloqueantes, aunque con un perfil de seguridad muy alto, no están exentos de posibles efectos adversos
Los pacientes que tras un infarto presentan una función cardíaca normal no se benefician de los tratamientos con fármacos betabloqueantes, según acaba de confirmar un análisis a gran escala liderado por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC).
El metaanálisis, publicado en The New England Journal of Medicine, ha incluido a 17.801 pacientes con infarto agudo de miocardio de cinco ensayos mundiales y se ha presentado en el Congreso de la Asociación de Cardiología Americana (AHA, por sus siglas en inglés) en Nueva Orleans, Estados Unidos.
Estos resultados confirman, a gran escala, lo que ya apuntó el ensayo clínico REBOOT en España e Italia el pasado agosto: estos fármacos que desde hace 40 años se prescriben tras un infarto de miocardio no aportan beneficio alguno a los pacientes que recuperan la función cardíaca normal (más del 70% del total).
El investigador principal del estudio y director científico del CNIC, Borja Ibáñez, ha explicado que este trabajo ha analizado los datos individuales de todos los ensayos clínicos contemporáneos —REBOOT en España e Italia; REDUCE-AMI, en Suecia; BETAMI, en Noruega; DANBLOCK, en Dinamarca y CAPITAL-RCT, en Japón— realizados en pacientes que habían sufrido un infarto, pero mantenían una función cardiaca normal, lo que indica que su corazón sigue funcionando adecuadamente.
En el análisis, la mitad de los participantes recibió betabloqueantes mientras que la otra mitad no. Después de un seguimiento de casi cuatro años, alrededor del 8% de los pacientes sufrió algún evento cardiovascular importante (como muerte, nuevo infarto o insuficiencia cardíaca). Este porcentaje fue similar en ambos grupos, sin importar la edad, el sexo o el tipo de betabloqueante que usaban.
"Esto muestra que no hay ningún subgrupo de pacientes post-infarto con función cardiaca normal que se beneficie de betabloqueantes", ha dicho el científico del CNIC y cardiólogo en el Hospital Son Espases de Mallorca Xavier Rosselló, co-primer firmante del trabajo.
Los betabloqueantes son fármacos "muy seguros"
No obstante, los investigadores han subrayado que los betabloqueantes son fármacos "muy seguros" con una experiencia de su uso enorme y que nadie debe de dejar de tomarlos sin consultar con su médico cuando tenga revisión.
“No deben suspenderse los betabloqueantes en todos los pacientes sin consultar al especialista. Hay que confirmar el estado del paciente y, además, hay que tener en cuenta que estos fármacos pueden tomarse por otras indicaciones como la hipertensión arterial o las arritmias”, ha explicado a Efe el presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), Ignacio Fernández, quien ha colaborado con el ensayo español.
A diferencia de REBOOT, que advirtió de que el uso de betabloqueantes podría ser incluso perjudicial para las mujeres que superan un infarto con una función cardíaca normal, este posible efecto adverso no parece consistente cuando se han analizado todos los ensayos en conjunto.
"Este año 2025 hemos modificado un paradigma en el tratamiento del infarto que parecía incuestionable. Desde ahora, los pacientes que sean dados de alta tras un infarto con función cardiaca normal ya no van a recibir betabloqueantes, y esto es uno de los cambios más importantes en la cardiología de las últimas décadas. Hacía años que lo sospechábamos pero hasta estos estudios no hemos podido dar un mensaje incontestable como el que damos ahora”, ha destacado otro de los autores, el director general del CNIC, Valentín Fuster.
Los betabloqueantes, aunque con un perfil de seguridad muy alto, no están exentos de posibles efectos adversos que, aunque no se consideran graves, pueden limitar en cierta manera la calidad de vida de los pacientes. Síntomas como cansancio, fatiga o disfunción sexual pueden aparecer en algunos pacientes en tratamiento con betabloqueante.