La principal alarma de la depresión posparto: la dificultad para conciliar el sueño
- Una de cada diez madres puede tener depresión hasta un año después de parir
- El primer paso para salir es pedir ayuda a familiares o a profesionales
Objetivo igualdad, domingos a las 16:30h en Canal 24 horas
"No podemos dejar que una mujer en el puerperio pase uno o dos días sin descansar lo suficiente, puede ser un desencadenante de una depresión posparto. Una señal de alarma fundamental es la dificultad para conciliar el sueño, incluso cuando el bebé está descansando". La psicóloga perinatal Jazmín Mirelman alerta sobre un trastorno que se calcula afecta a una de cada diez madres tras el primer año de haber dado a luz.
Mirelman cuenta a Objetivo igualdad que la depresión posparto o perinatal es un trastorno del estado de ánimo que empieza en las primeras semanas después del parto y que puede aparecer hasta un año después. "Es el principal motivo de sufrimiento psíquico de la población femenina a nivel mundial", subraya.
"La tristeza produce gran ambivalencia y contradicción"
Según la psiquiatra y psicoterapeuta perinatal, Susanna d'Ambrosio, la depresión posparto se manifiesta "con tristeza, llanto, pocas ganas de salir, tendencia al aislamiento, a estar en casa y a no comunicarse". Sin embargo, apunta que puede darse una faceta que se conoce como la 'depresión sonriente': "Vemos a unas madres que salen un rato, pueden amamantar sin problemas, acuden a las visitas médicas con los bebés arreglados... Aparentemente, todo está bien; pero cuando profundizamos, nos damos cuenta de que no están disfrutando de su maternidad, se encuentran solas y se sienten muy desubicadas".
La psicóloga, Jazmín Mirelman, añade que para ellas es difícil encontrar sentido y disfrute con el bebé, así como presentan problemas para conciliar el sueño, con un cansancio extremo y posibles síntomas de ansiedad u obsesivos, muchas veces referidos a la salud del bebé.
Aparte, opina que "hay una imagen idealizada de la maternidad" en la que las mujeres esperamos "que sea nuestro momento más feliz, estar pletóricas, sentirnos genial". Así, con un estado de ánimo bajo o tristeza, se produce "una gran ambivalencia y contradicción".
"En los grupos, las mujeres comparten ojeras con otras madres"
La matrona, Esperanza Agraz, manifiesta que "la tristeza y la angustia están aseguradas cuando no se tienen expectativas realistas y los dos miembros de la pareja no coinciden". Esta trabajadora sanitaria afirma que cuando detecta que una mujer en consulta no se encuentra bien, lo primero que hace es que se sienta acogida y que su discurso o su silencio "será bien recibido".
Estas especialistas perinatales coinciden en que el primer paso que pueden seguir las madres que se encuentran en esta situación es pedir ayuda, ya sea a familiares o a profesionales. La psiquiatra, Susanna d'Ambrosio, aconseja buscar a alguien sensible, ya sea la médica de cabecera, el pediatra o la matrona. También considera una "herramienta muy potente" los grupos de apoyo a la maternidad presenciales o virtuales. "Estos grupos cumplen su labor, la madre va a ellos y comparte ojeras con otras madres", opina Agraz.
Por su parte, Mirelman sugiere que las parejas faciliten un acompañamiento a la madre "empático, afectuoso y tierno". También dar mensajes más positivos como "lo estás haciendo bien, qué necesitas". "Hay que facilitar todo lo que tiene que ver con la logística para que la madre pueda descansar, pueda hacerse higiene y se pueda alimentar de manera nutritiva. Ese contexto exterior va a favorecer", remata la psicóloga perinatal.
Objetivo igualdad