Cáritas alerta de que la exclusión social severa afecta a 4,3 millones de personas y un tercio son menores
- Cáritas Española advierte sobre un "proceso inédito de fragmentación social" en España
- Un informe apunta a que la "clase media se erosiona" y que la precariedad laboral es la "nueva normalidad"
El IX Informe FOESSA, presentado este miércoles por Cáritas Española, ha advertido sobre un "proceso inédito de fragmentación social" en España, con una "aparente bonanza" que convive con una de las tasas de desigualdad más altas de Europa que lleva a "una sociedad del desasosiego" en la que 4,3 millones de personas viven en una situación de exclusión severa, un tercio menores de edad
Todo ello sumado a que buena parte de los 2,5 millones de jóvenes están afectados por una precariedad estructural generada por empleos temporales y salarios bajos.
"La clase media se erosiona"
Son datos de un informe que alerta sobre un proceso en el que se contrae la clase media desplazando a muchas familias hacia estratos inferiores.
"La clase media se erosiona, llevando a muchas familias hacia estratos inferiores. Tras dos décadas de crisis encadenadas, las fases de recuperación no han cerrado la brecha. La integración social se ha reducido y la exclusión más grave se sitúa en 2024 un 52% por encima del año 2007. Estamos hablando de 4,3 millones de personas que viven la exclusión social severa", ha advertido el secretario técnico de la Fundación FOESSA y coordinador del informe, Raúl Flores, este miércoles en una rueda de prensa en Madrid.
"Vivimos en una sociedad ecológicamente vulnerable, anímicamente desasosegada y socialmente desgarrada", ha explicado Flores, sobre un informe realizado por un equipo de 140 investigadores procedentes de 51 universidades, centros de investigación y entidades del Tercer Sector, basado en una encuesta a 12.289 hogares en todo el país.
La precariedad laboral, nueva normalidad
Foessa advierte de que la precariedad laboral se ha convertido en la nueva normalidad, afectando a casi la mitad (47,5%) de la población activa.
Son 11,5 millones de personas atrapadas en diversas formas de inseguridad laboral; más de un tercio de la población excluida moderada o severa trabaja.
La juventud accede a su primer empleo en peores condiciones y con salarios entre un 15% y un 30% inferiores a las generaciones anteriores.
"Esta no es una crisis juvenil, es una crisis de sociedad que nos hipoteca a todos: fractura la cohesión social, amenaza la sostenibilidad del Estado de Bienestar (pensiones, natalidad) y deteriora nuestra salud democrática", ha señalado el secretario técnico de la Fundación Foessa.
Vivienda y empleo precario, motores de exclusión
En cuanto a los principales motores de la exclusión social, el estudio señala la vivienda y el empleo. Apunta a que el 45% de la población que vive en régimen de alquiler se encuentra en riesgo de pobreza y exclusión social, la cifra más alta de la UE.
"La vivienda está expulsando a uno de cada cuatro hogares de una vida digna y triturando el difícil equilibrio de las clases medias. Los datos son claros y también son demoledores: uno de cada cuatro hogares en España sufre rasgos de exclusión residencial", ha subrayado Flores, que define la vivienda como un "derecho fake". El dato del hacinamiento ha aumentado del 5,1% en 2018 al 7% en 2024.
El informe constata que "el empleo ha perdido gran parte de su capacidad protectora e integradora". La educación, el origen familiar, la salud y las relaciones sociales son otros de los factores multiplicadores de la exclusión.
La ESO ya no protege
El informe muestra que la ESO ya no protege y que el "cortafuegos" contra la pobreza y la exclusión se ha desplazado al Bachillerato y a la FP. En concreto, puntualiza que, si una persona no consigue completar estudios superiores a la ESO, su riesgo de caer en exclusión severa se multiplica por 2,7.
Además, en cuanto al origen familiar, señala que los hijos de personas con bajo nivel educativo tienen más del doble de probabilidades de caer en situaciones de pobreza que los de progenitores altamente formados.
El deterioro de la salud, asociado a la malnutrición
El 6% de las familias más vulnerables que tenían una enfermedad grave no recibió atención médica el año pasado, el doble que en el conjunto de la sociedad. Los diagnósticos de depresión, ansiedad o trastorno adaptativo alcanzan al 6% de la sociedad, pero superan el 12% entre quienes viven en exclusión severa.
El informe alerta del aumento del aislamiento entre personas en exclusión severa: se ha quintuplicado, pasando del 3,2% en 2018 al 16,6% en 2024.
Además, la exclusión penaliza a los hogares encabezados por mujeres, pasando del 17% de exclusión en 2007 al 21% en 2024, y especialmente en las familias monoparentales que han pasado del 12% en 2007 al 29% en 2024. Del total de hogares excluidos graves, casi la mitad están encabezados por mujeres (el 42%, más de 15 puntos porcentuales desde 2007).
El 69%, la gran mayoría de las personas en exclusión, son españolas. “Lo que vemos no es un problema inherente al origen, sino el resultado de barreras estructurales y políticas fallidas”, apostilla Flores.