El Parlamento francés incluye el consentimiento en la definición penal de violación
- El Código penal francés pasa ahora a definir las agresiones sexuales como todo acto sexual "no consentido"
- La ley ha sido aprobada por el Senado con 327 votos a favor y 15 abstenciones
El Parlamento francés ha aprobado, con el voto final favorable del Senado (la cámara alta), la inclusión del consentimiento en la definición penal de violación, que ya había sido refrendado por la Asamblea Nacional (cámara baja).
Con esta modificación, el artículo 222-22 del Código penal francés pasa a definir las agresiones sexuales como todo acto sexual "no consentido". El consentimiento, según el texto legal, es "libre e informado, específico, previo y revocable" y "no puede deducirse únicamente del silencio o de la falta de reacción de la víctima".
"Acabamos de lograr una victoria histórica", han señalado las dos parlamentarias impulsoras del proyecto de ley, Marie-Charlotte Garin (Partido Verde) y Véronique Riotton (Renaissance, centro), en una declaración conjunta. Ambas han celebrado este "gran paso adelante en la lucha contra la violencia sexual" y Riotton ha añadido que la sociedad francesa está "transitando colectivamente de una cultura de la violación a una cultura del consentimiento".
Francia se une así a la lista de países que ya han modificado su legislación en este sentido, como Canadá, Suecia, España y Noruega.
14.15 min
Transcripción completa
Puntual a la cita, todos los días,
desde el 2 de septiembre cuando empezó el juicio,
Giséle llega al tribunal de Aviñón.
Con paso firme, pero tranquilo,
y sin las gafas de sol que usaba al principio,
su mirada es serena.
A sus 72 años y, como ella dijo, totalmente en ruinas por dentro,
ha abierto de par en par las puertas
de su terrible experiencia como víctima sexual,
con un juicio público.
Tiene un objetivo,
pero quizá nunca imaginó que éste fuese el proceso del siglo
en Francia,
o convertirse para muchos en icono de la lucha
contra la violencia sexual.
"Cómo es posible que como sociedad
lleguemos a que una mujer sea violada por decenas de hombres
que no conocía
después de que la drogase su esposo".
"Creo que tendremos, efectivamente, un antes y un después
de Gisele Pelicot, por supuesto".
"Es una mujer que tiene un coraje increíble.
Todos los días debe soportar estar al lado de sus violadores
porque han estado en la misma sala durante tres meses.
Ella lo ha aceptado pero, sobre todo,
ella reivindica que la vergüenza cambie de bando".
En medio de la campiña provenzal estas mujeres asisten a terapia.
A través del contacto con los caballos
intentan recuperar la confianza en los demás y en sí mismas.
Son ejercicios para superar el miedo y la vergüenza
con la que llegan como víctimas de las agresiones de sus parejas.
"Tienen dificultades para soportar las miradas
de los demás, problemas para hablar, para expresarse,
para volver a conectar con el mundo exterior.
Después de varias semanas, Latika consigue ponerse de pie
encima del caballo.
Poco a poco se recompone de su pesadilla.
A los meses de casarse,
su marido la forzaba a tener relaciones sexuales,
incluso la drogaba para consumarlas.
Cuando lo denunció a la policía, nos dice, no la tuvieron en cuenta.
Para ella, Gisele es una figura que le da fuerza y esperanza.
"A pesar de todo lo que ha pasado mantiene la cabeza erguida,
es joven de mente, y me digo, si ella lo ha conseguido,
si ella puede, yo también lograré hacerlo algún día".
La terapia se realiza en el mismo pueblo
donde durante la pasada década, violaron a Gisele.
A Mazan, un pequeño pueblo medieval de unos cinco mil habitantes,
rodeado de viñas y a unos 40 kilómetros de Aviñon,
se mudaron los Pelicot cuando él se jubiló.
Querían algo más tranquilo, lejos del ruido de París.
Casi nadie quiere hablar, y los que lo hacen,
nos dicen que no podían imaginar siquiera que en su casa,
alejada del centro, Dominique Pelicot,
drogaba a su mujer, hasta dejarla profundamente dormida
antes de ofrecérsela a otros hombres.
"Es increíble lo que ha pasado, y es bien que la gente vea ahora
que puede pasar eso".
La propia alcaldía ha aconsejado no hablar del tema a la prensa,
aunque se cree que solo dos o tres de los acusados son de allí.
"Nos gustaría que las cosas se calmaran.
Queremos que se convierta en el caso Pelicot y que se deje de hablar
de las violaciones de Mazan;
es un poco complicado para los vecinos ahora".
En Mazan, ironías de la Historia, se conserva la mansión
donde en el siglo XVIII, el Marqués de Sade,
condenado por delitos sexuales,
se refugió tras fugarse de la cárcel.
Pero Dominique Pelicot podría superar
cualquier personaje ficticio de las novelas
del creador del sadismo.
Su cara oculta a la de buen padre y esposo,
se desveló hace cuatro años.
Dos mujeres le denuncian cuando una vigilante de seguridad
de este supermercado, les avisa de que Pelicot
les ha grabado con el móvil por debajo de la falda.
La policía encuentra el horror en su teléfono y en su ordenador:
decenas de vídeos sexuales grabados por él mismo con una misma víctima;
su esposa Gisele.
"Dominique Pelicot
desde el principio ha hablado de esos vídeos
en los que se ve que estos hombres venían a tener contacto con su mujer
que estaba inconsciente,
dormida y que no daba su consentimiento
para estos actos sexuales.
Y por eso, él ha reconocido que es un violador
y que los demás también lo eran".
El proceso es también el dolor de una familia que,
según el hijo mayor del matrimonio, está aniquilada.
"Sabemos las atrocidades que vivi ó mi madre,
es obvio que no podemos perdonar.
El 2 de noviembre de 2020 perdí a mi padre,
el 2 de septiembre de 2024 me encontré con un monstruo".
Con doble personalidad, según los sicólogos,
Pelicot explica en el juicio que era adicto al sexo
y que necesitaba someter a Gisele, porque era una mujer indómita.
Para que no sufriera,
la dormía con altas, pero calculadas dosis de somníferos.
Con el tiempo, Giséle,
no solo tiene problemas ginecológicos,
sino que decide hacerse pruebas neurológicas
porque sufre faltas de memoria.
"Vuestra madre no sabe dosificarse, ella está todo el tiempo moviéndose,
es una hiperactiva,
de esta forma ella se genera su estrés
Es lo que le dijo Pelicot a su hija Caroline Darian,
como ella refleja en su libro
"Y ya he dejado de llamarte papá".
La policía también encuentra en los archivos de Pelicot,
dos fotos de ella en ropa interior.
"¿De dónde ha salido esa braga que llevo en la foto? ¿
También me drogó?
Peor.
¿Abusó de mi, aparte de esas dos fotos?
"Por el momento sigo la lógica de la ley, es decir la instrucción
no pudo demostrar nada.
El señor Pelito me dice que no lo hizo.
No tengo ningún motivo para dudar de él".
"Sé que Dominique Pelicot nunca dirá la verdad sobre mí
hasta que no haya pruebas tangibles y fácticas"
Pelicót incrimina a los otros 50 acusados.
En su primera declaración en el juicio afirmó
que todos sabían a lo que iban.
Pelicot graba a cada uno de ellos con Gisele.
Por primera vez en la historia judicial francesa,
los vídeos con toda su crudeza se han proyectado en la sala
para que los viese público y prensa.
"Creo que lo que ha sido más difícil
es elegir qué decir y qué no.
Hemos visto imágenes extremadamente duras.
También escuchamos cosas terribles cuando el presidente del tribunal
lee el informe de los hechos de los acusados
con los detalles de cada violación, de cada agresión"
Fue Giséle quien quiso enseñar estos vídeos.
Al principio el tribunal se opuso porque le parecía indigno.
"Lo que es indigno es la violación, es la violación en si misma,
no es la representación de la violación.
¿Cómo se le puede decir a las mujeres
que no tienen que tener vergüenza de lo que se hace
cuando son víctimas de una violación,
pero al mismo tiempo, que un video de una violación
es tan indigno,
que no se puede mostrar públicamente".
Los videos grabados por Pelicot han sido además la prueba principal.
Los investigadores creen que hay unos 30 hombres más
que fueron a la casa, pero a día de hoy
no se les ha podido identificar; de los 51 procesados,
uno está huido, y los otros 50 se enfrentan a penas
de entre 4 y 17 años de prisión.
Casi todos, excepto dos condenados por delitos contra las mujeres,
llevaban una vida aparentemente normal, incluso, los 5
que también tenían pornografía infantil.
Y a la mayoría, sus mujeres los defienden como buenos maridos,
o padres.
Esa idea de que el violador no puede ser por otro lado
un buen hombre, un buen padre, un buen amigo, un buen colega,
es algo que sabemos desde hace mucho tiempo,
pero que queda muy fijado en la sociedad de hoy en día".
"El violador por desgracia, ojalá fueran agresores violentos
que tienen maneras de actuar siempre rígidas, la misma,
porque entonces se le detectarían muy rápido
y podríamos protegernos fácilmente".
La sociedad Sería mucho más fácil".
Todos los acusados tienen un nexo común,
eran grandes consumidores de pornografía.
Pelicot les contacta
por uno de estos portales de internet para
ofrecerles a Gisele de manera gratuita.
Alguno incluso va más allá, como el acusado Merechal,
apodado "el discípulo",
porque drogó y violó a su propia mujer
siguiendo los consejos directos de Pelicot.
"Como es un foro de discusión se da cuenta de que no es el único
que tiene este tipo de fantasías.
Así que el hecho de que varias personas participen en estos foros,
desdiaboliza la acción, y se dice voy a hacer
lo que hicieron ellos".
"En las páginas pornográficas existe un tipo de vídeo
que se llama Sleeping girl,
es decir chica inconsciente y dormida
que es masivamente buscada y consumida en la pornografía.
y ¿por qué me podrían preguntar?
Pues en estos vídeos,
la mujer que no puede expresar su consentimiento
la dominación es absoluta.
La posibilidad de hacer con la mujer lo que el quiera es absoluta
y al hombre le da sensación de poder, de dominación
que le excita y lo busca ¿no?
Solo uno de los acusados ha pedido perdón.
Para el resto no hubo violación por diferentes razones,
la mas escuchada; Pelicot les manipuló, y les engaño,
les dijo que Giséle estaba de acuerdo
y que era el juego de una pareja libertina,
a pesar de que la veían inerte, e incluso, roncando.
"El problema es la impunidad.
Es el hecho de que los hombres sabían que no arriesgaban nada,
o casi nada, de lo contrario no lo habrían hecho.
Y por cierto todos lo dicen:
Oh mi vida ha cambiado desde que me atraparon.
No, el problema para ellos no es la violación,
sino el hecho de que les hayan atrapado".
Gisele se ha referido al juicio
como el de la cobardía de los acusados,
y ha dicho sentirse cuestionada en la sala
por algunos abogados defensores.
La abogada que se grabó este vídeo en las redes
con la canción titulada "Despietame ante de irte"
y que causó gran polémica, le preguntó también
si había tenido tendencias exhibicionistas,
o si seguía manipulada por Dominique Pelicot.
"Que ella Fue víctima de violaciones reiteradas,
eso no es discutible",
"pero Gisele se ha convertido en un icono, lo que significa
que no podemos trabajar de manera concreta
porque desde el momento en que le hablas,
cuando discutes con ella,
es como cuestionar a este personaje irónico,
y esto es algo que no es posible en un juicio penal".
Un juicio que también ha puesto sobre la mesa este debate social,
¿qué es la cultura de la violación
y si está mas arraigada de lo que se cree?
"Creo que este caso es probablemente
en gran parte el resultado de lo que se le puede llamar
una cultura de la violación,
y que entiendo como una cierta visión de la mujer, de su cuerpo,
de las relaciones entre los hombres y las mujeres".
"En el mito de la violación lo que se hace creer
es que el agresor no es agresor, no es responsable
de esta violencia sexual y que a la víctima en realidad
le gusta esta violencia sexual, espera la violencia sexual".
Todavía es pronto para saber el impacto del caso Pelicot
en la sociedad francesa.
Si habrá cambios en la ley para introducir expresamente
el consentimiento, algo que en Francia
divide a juristas, magistrados y asociaciones de mujeres.
De momento a Gisele, como explicó en la sala del juicio,
le sigue moviendo, la voluntad de ayudar
a cualquier víctima sexual a no encerrarse en el silencio,
a hablar y a señalar sin vergüenza
a los que son los verdaderos culpables,
los que a diferencia de ella, esconden su rostro.
El Senado aprueba la ley con 327 votos a favor y 15 abstenciones
La votación final del Senado, con 327 votos a favor y 15 abstenciones, era un último trámite necesario después de que la Asamblea Nacional, al estudiar el texto este mes, hubiera introducido modificaciones, sobre todo en cuanto a la manera en la que el juez debe determinar la existencia o ausencia del consentimiento.
En la versión que salió del Senado, que ya se había expresado a favor en junio, se hablaba de una valoración del "contexto", mientras que en la que votaron los diputados franceses se usó el concepto de circunstancias del entorno. Por ello, se convocó una comisión conjunta, que tras reunirse, ha llegado a una formulación común que debía ser de nuevo votada por los legisladores.
Anteriormente, las leyes francesas solo contemplaban la violencia, coacción, amenaza y sorpresa como supuestos para probar una violación, pero casos como el juicio por las violaciones a Gisèle Pelicot avivaron el debate sobre la necesidad de incluir la noción de consentimiento, tal y como ya hacen otros países.
La extrema derecha se opone a la ley
El partido de la ultraderechista Marine Le Pen, Agrupación Nacional (RN), ha sido la única formación política que se ha opuesto al texto y ha señalado que la decisión del Parlamento es una "deriva moral y jurídica sin precedentes".
"Los abogados ahora tendrán que analizar no la violencia del perpetrador, sino los gestos, las palabras y el silencio de la persona que se declara víctima", ha señalado la diputada de RN, Sophie Blanc.
Además, entre los senadores que se han abstenido, está la socialista Laurence Rossignol, que ha lamentado la elección de la palabra "consentimiento". En su opinión, refleja una "visión arcaica de la sexualidad en la que las mujeres o bien ceden o bien se niegan". "Consentir no es lo mismo que desear", ha advertido Rossignol en su cuenta de X.
Divisiones entre las organizaciones feministas
A pesar del acuerdo que suscitó en estos meses la propuesta en el seno del Poder Legislativo, la inclusión del consentimiento en la ley generaba no obstante divisiones en el seno del feminismo francés.
Varias organizaciones han considerado que la noción de consentimiento ya estaba implícita en la ley actual y que la nueva redacción es mucho más interpretativa.
Las principales preocupaciones eran el riesgo de una inversión de la carga de la prueba, que obligaría a las víctimas a demostrar que no dieron su consentimiento, y la posibilidad de que el texto equiparara las relaciones sexuales con contratos. El futuro código penal, por tanto, definirá claramente el consentimiento como "libre, informado, específico, previo y revocable".
Organizaciones como la Federación Nacional de Centros de información sobre los derechos de las mujeres y las familias (CIDFF), que se dedica a favorecer el derecho al acceso a los derechos, se han posicionado a favor por considerar que contribuye a condenar mejor el delito de violación. Especialmente porque en Francia, según los datos que manejan las entidades feministas, el 90% de las mujeres violadas no denuncian y, en los casos que sí lo hacen, el 90% de las querellas se archivan y solo el 1% de los violadores acusados por sus víctimas son finalmente condenados.