La pintura inquieta de Matisse resuena en el arte contemporáneo
- La exposición Chez Matisse. El legado de una nueva pintura puede verse hasta el 22 de febrero
- CaixaForum Madrid muestra un centenar de obras en colaboración con el Centro Pompidou
"El arte moderno es un arrebato del corazón". Así definía Henri Matisse (1869-1954) la esencia de su pintura articulada sobre la emoción. Alejado del genio, proveniente de una familia de tejedores, valoraba el trabajo y podría considerarse que era "un antivirtuoso", según Aurélie Verdier, comisaria de la exposición que se ha inaugurado en Madrid.
Nacido en Picardia, en el Norte de Francia, se mudó a Niza en busca de la luz del Mediterráneo y construyó su carrera paso a paso. La muestra que le dedica CaixaForum Madrid, en colaboración con el Centro Pompidou, selecciona obras de todas sus épocas, que se pueden contemplar junto a grandes figuras del siglo XX. Se pueden comparar tres bodegones en los que Françoise Gilot comparte la empatía de Matisse hacia los objetos, mientras que Picasso impone su personalidad.
Chez Matisse. El legado de una nueva pintura despliega 46 obras del pintor francés y 49 de otros artistas, en un juego de referencias cruzadas y se puede visitar en CaixaForum Madrid desde este martes 28 octubre al 22 de febrero.
'Figura decorativa sobre fondo ornamental', invierno de 1925-1926. © Succession H. Matisse/ VEGAP/ 2025
La muestra también incluye cuatro esculturas de bronce del artista que al final de su vida "pintaba con tijeras" y se pasó a las obras de gran formato al perder precisión en el pulso.
“No pinto cosas, sino sólo las relaciones que las conectan”.
Díscipulo de Gustave Moureau, hacia 1900, Matisse revolucionó la pintura europea con una idea explosiva del color. En los años cincuenta, sus collages transformaron la idea del espacio pictórico. Más de cinco decenios de experimentación plástica que convierten a Matisse en un punto de encuentro. De ahí el título, Chez Matisse, que pone el acento en la hospitalidad y las interrelaciones entre los artistas de distintas generaciones.
La exposición se ordena en ocho apartados cronológicos y presenta obras de Pierre Bonnard, Georges Braque, Daniel Buren, Robert Delaunay, André Derain, Ernst Ludwig Kirchner, František Kupka, Mijaíl F. Lariónov, Le Corbusier, Jacques Lipchitz, Albert Marquet, Barnett Newman, Emil Nolde, Picasso, Kees van Dongen o Maurice de Vlaminck.
Margarita, su hija
La comisaria de la exposición destaca a RTVE.es la relevancia del óleo sobre lienzo en el que Matisse retrata a su hija mayor Margarita, con 16 años. Un cuadro que salió de Francia en una época temprana y tuvo un gran impacto en los fauvistas alemanes y los primitivistas rusos, pero que durante años permaneció en manos de la familia.
'Marguerite con gato negro', principios de 1910. © Succession H. Matisse/ VEGAP/ 2025
En 1910, fecha de la tela, el pintor francés viaja a Italia, descubre los mosaicos de Rávena y asimila la fuerza plástica de los iconos ortodoxos.
En Margarita con gato negro la posición frontal y la intensidad decorativa transmiten el "sentimiento en cierta forma religioso" que Matisse proyecta sobre la figura.
"La esencia del arte moderno es formar parte de nuestra vida"
La Gran Guerra
En los años de la Primera Guerra Mundial, su paleta se oscurece. Matisse define un espacio íntimo e incorpora el motivo de la puerta y la ventana, umbral de un mundo inquietante, que encuentra un eco en la obra de la misma época de Kees Van Dongen y František Kupka.
En agosto de 1914, mientras reside en Colliure, crea Puerta-ventana en Colliure, una obra clave que, aunque inacabada, marca su primer acercamiento al concepto de "negro luz" utilizando planos cromáticos intensos que anticipan nuevos caminos en su pintura. Verdier ha explicado que el lienzo no está firmado, pero que el artista lo conservó toda su vida.
'Puerta-ventana en Collioure', septiembre-octubre de 1914. © Succession H. Matisse/ VEGAP/ 2025
Este enfoque influyó tanto en la evolución formal de Kupka, con sus composiciones de bandas verticales y aspiraciones abstractas, como en su propia obra, ejemplificada en otro retrato de su hija Marguerite, donde la estructura ortogonal cubista se funde con un aura de misterio estilístico.
Mirada femenina
La exposición introduce la mirada femenina a través de los cuadros de Sonia Delaunay, Françoise Gilot, Natalia Goncharova, Baya [Fatma Haddad],Anna-Eva Bergman y Zoulikha Bouabdellah, que reflexionan sobre los límites de la pintura, el lugar de lo femenino y el valor de lo decorativo. Matisse defendía en una entrevista en 1945 que un cuadro "propaga a su alrededor, a través de los colores, una alegría que nos aligera".
A propósito de Goncharova, la gran poeta rusa Marina Tsvetáyeva zanjó el debate: "¿La pintura decorativa? La poesía poética. La música musical. Es absurdo. Toda pintura es decorativa, dado que decora, que colorea, que embellece. Y respecto a las cosas que son solo decorativas, la verdad es que no conozco ninguna".
'Naturaleza muerta con bogavante', 1909-1910, Centro Pompidou. © Natalia Goncharova, VEGAP, Barcelona, 2025
La obra de Matisse es hija de su tiempo: desde la angustia y la introspección de los años de guerra, hasta la explosión de sensualidad de sus pinturas y collages de madurez, pasando por el descubrimiento del arte africano o ciertos devaneos con el puntillismo o el fauvismo.
Desde 1936, Matisse utiliza papeles pintados con gouache en portadas de revistas. En el libro Jazz, de 1947, esta técnica adquiere una autonomía propia. Matisse supera el conflicto entre línea y color. Recorta el color y consigue una forma esencial. En 1951 colabora con Le Corbusier en la Capilla del Rosario de Vence, en la Costa Azul.
Nueva modernidad
Chez Matisse. El legado de una nueva pintura se cierra con una mirada sobre su obra como inspiración de la nueva modernidad, el arte pop y las formas poscoloniales en la pintura, el vídeo y el cine. En este sala destaca una pieza de la videoartista rusa de origen argelino Zoulikha Bouabdellah.
En los últimos años de su vida, Matisse se vio obligado a abandonar los pinceles. Esta contrariedad estimuló su instinto artístico. Algunas de sus creaciones del último periodo, elaboradas con papeles pintados y recortados, son obras clásicas del arte del siglo XX.
'El sueño', 1935, Henri Matisse, Centro Pompidou. © Succesion H. Matisse VEGAP 2025
La obra de Matisse desencadena una sensación óptica de múltiples posibilidades expresivas y conceptuales, en la que el color siempre es clave.
"Un metro cuadrado de azul es más azul que un centímetro cuadrado del mismo azul", Henri Matisse, 1907.