El Nobel de Literatura lleva 15 años sin hablar español ¿tocará este año?
- El dramaturgo José Echegaray fue el primer autor español que lo ganó, en 1904
- El último Nobel en castellano ha sido el peruano Mario Vargas Llosa en 2010
El Nobel de Literatura se desvela este jueves en Estocolmo. A lo largo de sus más de cien años de historia, el premio ha hablado en español en once ocasiones. Diez firmas masculinas han sido reconocidas y solo una mujer, la poeta chilena Gabriela Mistral, que fue galardonada en 1945, coincidiendo con el final de la Segunda Guerra Mundial.
El último Nobel de Literatura que hablaba la lengua de Cervantes, fue el peruano Mario Vargas Llosa, que obtuvo la distinción en 2010, hace ya quince años.
La estadística dice que los académicos suecos nunca han dejado pasar más de un cuarto de siglo sin mirar a las letras hispanas y la media está en menos de diez años, así que podría ser en esta edición.
En las candidaturas para lograr el Premio Nobel de Literatura y sus 10 millones de coronas suecas (unos 900.000 euros al cambio) se cuelan habituales de las quinielas como el japonés Haruki Murakami, el rumano Mircea Cărtărescu o el húngaro László Krasznahorkai.
Entre los nombres femeninos, la poeta canadiense Anne Carson, Princesa de Asturias de las Letras, o la escritora china Can Xue figuran también en los primeros puestos de las apuestas.
Cristina Rivera Garza
Con respecto a las plumas que escriben en español, aparecen destacados los nombres de los argentinos César Aira y Samanta Schweblin, el del español Enrique Vila-Matas y la deslumbrante novelista mexicana, Cristina Rivera Garza.
La ganadora del Premio Pulitzer 2024 por El invencible verano de Liliana, un relato conmovedor del asesinato de su hermana, Liliana Rivera Garza, por la violencia de género, disecciona el contexto que hizo posible el feminicidio y la impunidad que sigue amparando a los criminales machistas en México.
En contra de Cristina Rivera Garza juega su relativa juventud, 60 años, para lo acostumbrado en la Academia Sueca, aunque Han Kang, la ganadora de 2024, abrió camino al ser distinguida con solo 53 años.
Dentro del nuevo boom de la literatura iberoamericana protagonizado por mujeres encontramos a la argentina Samanta Schweblin, cuyas obras han sido traducidas a 40 idiomas. Su último libro de relatos es El buen mal y también se perfila como candidata al Nobel.
Su compatriota, César Aira, escritor prolífico cuyas narraciones suelen ser breves, se caracteriza por su imaginación y buen humor. Muy influyente en su Argentina natal, en España ha obtenido el Premio Formentor.
Cierra el cuarteto de novelistas nobelables, Enrique Vila Matas, que estaría en el top ten de las listas en algunas casas de apuestas. El escritor barcelonés que coquetea con la autoficción cree que "la literatura es una enfermedad incurable. Cuanto más se lee, más enfermo se está", veremos si los académicos suecos le dan la razón.
Cinco españoles y pico
De momento, España cuenta con cinco escritores reconocidos con el Nobel de Literatura: dos dramaturgos, José Echegaray (premiado en 1904) y Jacinto Benavente (en 1922); dos poetas, Juan Ramón Jiménez (1956) y Vicente Aleixandre (1977) y un novelista, Camilo José Cela (1989).
Chile encabeza el ranking de países iberoamericanos con autores distinguidos por la Academia Sueca con dos poetas: Gabriela Mistral (femenina estrella solitaria) y Pablo Neruda, ganador en 1971. En español, los poetas son legión, con el guatemalteco Miguel Ángel Asturias (1967) y el mexicano Octavio Paz (1990) cerrando el sexteto.
Completan la nómina dos novelistas indiscutibles, el colombiano Gabriel García Márquez, premiado en 1982, y el peruano (también nacionalizado español), Mario Vargas Llosa, que hasta ahora es el último Nobel que ha escrito en lengua castellana.
¿Cómo se elige el Nobel de Literatura?
El primer paso es que 18 académicos suecos proponen y recogen propuestas de otros ganadores y otras academias.
Tras un primer corte, profesores ilustres y otros escritores reducen a 20 la lista y, a finales de mayo, solo a cinco nombres.
Durante el verano, los académicos elaboran un informe de los candidatos para luego debatirlo. La discreción se mantiene y la lista de nominados no se publica hasta 50 años después.
Las casas de apuestas dejan que sean los propios apostantes los que determinen la ratio de lo que se paga por un Nobel. Es decir, el orden solo es un reflejo de lo que creen los jugadores.
Así, el japonés Haruki Murakami lleva tantos años como número uno de las apuestas que ya parece una broma.