Starmer advierte del auge de la extrema derecha en Reino Unido y apela a la clase trabajadora para mantener su apoyo
- El primer ministro británico ha señalado que lo único que le interesa al partido de Nigel Farage es "fomentar la división"
- La popularidad del Partido Laborista ha bajado hasta un 13% frente a la del Reformista, de Farage, que lidera las encuestas
El primer ministro británico, Keir Starmer, ha pedido a los votantes de la clase trabajadora que rechacen las "mentiras" del Partido Reformista de Reino Unido, liderado por el ultranacionalista Nigel Farage, y que respalden su visión de "una Gran Bretaña para todos".
Durante su discurso ante el congreso anual del Partido Laborista en Liverpool, al noroeste de Inglaterra, Starmer ha atacado a su rival Farage, fiel defensor del Brexit, y a su partido de extrema derecha, afirmando que solo les interesa fomentar la división.
"Aunque muchos me digan que no se puede, creo que Reino Unido puede unirse (...) Todos vemos que nuestro país se enfrenta a una decisión crucial. Reino Unido se encuentra en una encrucijada. Podemos elegir la decencia o la división. Renovación o decadencia", ha declarado Starmer. El primer ministro ha añadido que el país se enfrenta a "una prueba, una lucha por el alma de nuestro país, tan grande como reconstruirlo después de la guerra" y ha advertido de que "el camino de la renovación será largo y difícil".
Ataque directo a la extrema derecha
Esta segunda conferencia, a la que Starmer asiste como primer ministro, se ha convertido en una gran defensa de su cargo desde la aplastante victoria del líder británico en las elecciones del año pasado. Starmer no ha dudado en lanzar críticas a la formación de extrema derecha y ha pedido a los ciudadanos que no se dejen llevar por el declive que, en su opinión, representa el Partido Reformista de Farage, líder en las encuestas de intención de voto.
"¿Cuándo fue la última vez que oyeron a Nigel Farage decir algo positivo sobre el futuro del Reino Unido? No le gusta el Reino Unido, no cree en él", ha asegurado Starmer, en una de sus acusaciones más directas a su rival político.
El líder laborista ha señalado que el Partido Reformista es anti-Europa y antiinmigración, y que Farage "recurre al agravio" para convertir a "este país orgulloso y autosuficiente en una competición de víctimas".
Starmer apela a la clase trabajadora
Amenazado por el auge del Partido Reformista y un naciente partido de izquierdas liderado por su predecesor, Jeremy Corbyn, el primer ministro británico ha pedido a los votantes paciencia con su Gobierno, que, según él, está dando sus primeros pasos en el camino hacia la "renovación de Gran Bretaña".
"Al final de ese camino duro, habrá un nuevo país, un país más justo, una tierra de dignidad y respeto", ha afirmado Starmer, cuya popularidad en los sondeos está en mínimos, con un apoyo de solo un 13%. En una aparente alusión a las dudas sobre su liderazgo, Starmer ha expresado su determinación para salir adelante: "No importa cuántas personas me digan que no se puede hacer; creo que el Reino Unido puede unirse. Podemos perseguir un destino compartido. Podemos unirnos en torno al bien común. Esa es mi ambición, el propósito de este Gobierno".
Desde el cambio de Gobierno en Downing Street el pasado julio de 2024, el apoyo al Gobierno subió del 12% (uno de los picos más bajos en cinco años) al 29%, pero en apenas un año, la popularidad de los laboristas ha vuelto a bajar al 12%. El descontento también ha aumentado considerablemente: cuando Starmer se convirtió en el primer ministro del Reino Unido bajó del 73% al 32%, pero a día de hoy ha vuelto a aumentar hasta alcanzar el 70%.
En un guiño a las dificultades que ha enfrentado en su primer año como primer ministro, Starmer se ha comprometido una vez más a mejorar el nivel de vida y a llenar los bolsillos de los votantes: "Sobrevivieron a la austeridad, el Brexit, la COVID-19, cumplieron las normas, cumplieron con su parte del trato, pero una y otra vez, la política eludió el reto", ha afirmado, después de reconocer que "la gente está perdiendo la fe" y "no se les puede culpar por estar desmoralizados".
Starmer ha insistido en que el Partido Laborista es el que de verdad representa a la clase trabajadora pero ha avisado de que algunas de las decisiones que tendrá que tomar para enderezar la economía "serán duras".
También ha intentado convencerlos de que el Partido Laborista es un partido patriótico, con sus representantes repartiendo banderas británicas al público para que las ondearan durante varias ovaciones de pie. "Para mí, el patriotismo trata de amor y orgullo, de servir a un interés que va más allá de uno mismo, un bien común", ha asegurado Starmer.