Trump dice que ha terminado con siete guerras, ¿un mensaje engañoso para optar al Nobel de la Paz?
El Gobierno de los Estados Unidos ha publicado un mensaje en redes sociales con una lista de las siete guerras que supuestamente ha "terminado" Donald Trump en siete meses. Es engañoso, el presidente de Estados Unidos no ha puesto fin a esos siete conflictos. El mensaje se difunde mientras el mandatario norteamericano se postula para el Premio Nobel de la Paz.
"Presidente Trump: el presidente de la paz. El presidente Trump ha terminado siete guerras en siete meses: Camboya-Tailandia, Kosovo-Serbia, República Democrática del Congo-Ruanda, Pakistán-India, Israel- Irán, Egipto-Etiopía, Armenia-Azerbaiyán", dice en inglés el mensaje publicado esta semana en distintas redes sociales por el Departamento de Estado.
El pasado 31 de julio, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aseguró en rueda de prensa que Trump había mediado para poner fin al conflicto entre Tailandia y Camboya y añadió que había terminado también con otras cinco guerras. "Una al mes" desde que regresó a la presidencia de EE.UU. este año, dijo. Son los mismos conflictos difundidos en la lista de esta semana, a la que se ha añadido Armenia-Azerbaiyán. El propio Trump insistió en agosto, durante su encuentro con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, que él ha terminado con seis guerras, un relato que busca que el presidente estadounidense sea reconocido por el Premio Nobel de la Paz.
"Utiliza el término guerra para conflictos de otra naturaleza"
El director del Instituto Franklin de la Universidad de Alcalá, José Antonio Gurpegui, asegura a VerificaRTVE que una de las estrategias de Donald Trump es elegir el lenguaje en su favor: "Utiliza el término guerra para calificar conflictos de otra naturaleza, fronterizos, diplomáticos o que han sido guerras en el pasado, pero no lo son ahora". Cita los enfrentamientos entre Israel e Irán, Tailandia y Camboya, Kosovo y Serbia o India y Pakistán.
Este experto añade que el presidente de EE.UU. transmite la idea de que son guerras recientes a las que él pone fin, cuando se trata de "conflictos históricos que vienen repitiéndose en determinados momentos" y que la intervención de la Administración Trump no cierra definitivamente. "El más grave a mi juicio es el de India y Pakistán porque se trata de dos potencias nucleares. Se ha podido calificar de guerra en el pasado, pero actualmente creo que no se puede denominar así, aunque no banalizo con ello un conflicto que estalla de forma recurrente", explica.
María José Pérez del Pozo, profesora de relaciones internacionales de la Universidad Complutense, explica a VerificaRTVE que la intervención de Trump "se limita a pacificar temporalmente conflictos de muy larga duración y en clave económica, utiliza la presión económica sobre algunos países, como Camboya y Tailandia, para llegar a un entendimiento a corto plazo". "Lejos de pacificarse, en algunas de estas áreas se está congelando los conflictos", advierte.
Conflictos que se frenan o llegan a un alto el fuego, no acuerdos de paz
El Telediario de RTVE ha explicado en este reportaje la situación de los seis casos en los que Donald Trump se presenta como responsable del final de una guerra. Contamos también con la aportación de Gurpegui para analizar el papel de Estados Unidos en algunos de estos conflictos.
- Armenia y Azerbaiyán: Se trata de dos países enfrentados desde hace más de un siglo, pero el conflicto reciente se remonta a hace tres décadas por el enclave de Nagorno-Karabaj, que actualmente forma parte de Azerbaiyán. Los líderes de ambos países suscribieron en agosto de este año en Washington una declaración conjunta con el objetivo de encontrar una salida al conflicto, pero no fue un acuerdo definitivo de paz. Azerbaiyán sigue reclamando a Armenia que reforme su constitución para que no mencione la citada región. María José Pérez del Pozo advierte de que es un conflicto "que muy difícilmente llegará a pacificarse a corto plazo y que se puede enquistar".
- Israel e Irán: El enfrentamiento recurrente entre estos dos países reapareció el pasado junio, cuando Israel atacó Irán en el marco de su masacre en Gaza. Estados Unidos irrumpió entonces con el bombardeo de las tres principales instalaciones nucleares iraníes. Tras frenarse el intercambio de ataques, Trump anunció un alto el fuego, pero no se habla de una paz duradera. Se trata de un enfrentamiento desde hace 50 años entre dos países que fueron aliados desde la creación del Estado de Israel y que la revolución iraní de 1979 separó.
- India y Pakistán: El pasado mayo, y tras provocar un centenar de muertes, se anunció un alto el fuego en un conflicto que se mantiene desde la creación de los dos estados tras la independencia del Reino Unido. Sin embargo, las dos partes no coinciden en cuál ha sido el papel de Trump en un acuerdo que se considera una tregua, no el fin de una guerra. El comodoro Raghu R. Nair, de la Armada india, aseguró en rueda de prensa que su país sigue vigilante y que dará una respuesta contundente si lo considera necesario en el futuro. Pakistán sí ha reconocido y agradecido la mediación de Estados Unidos.
- República Democrática del Congo y Ruanda: El pasado mes de junio, ambas partes firmaron en Washington un acuerdo de paz tras recrudecerse el conflicto y provocar en tres meses 9.000 muertes y 1,2 millones de personas desplazadas. El grupo rebelde M23 se ha retirado sin embargo de las conversaciones con el gobierno de la República Democrática del Congo y, en declaraciones a la BBC, ha acusado a la parte congoleña de no querer la paz, por lo que la tensión continúa. Según Human Rights Watch, el M23 ha ejecutado a más de 300 personas desde julio. Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias como el M-23 que, según la ONU, está sustentado por Ruanda. En el escenario está el control de zonas ricas en minerales. "La paz no es firmar un documento. Necesita mecanismos que impidan que se reanude el conflicto, desplegar justicia internacional, un reconocimiento de crímenes por parte de la RDC en Ruanda", explica la profesora de la Universidad Complutense.
- Camboya y Tailandia: José Antonio Gurpegui explica que se trata de un "conflicto fronterizo" histórico el que existe entre estos dos países, "que se arrastra desde la retirada de Francia de la zona", la descolonización llevada a cabo a principios de la década de 1950. Desde su punto de vista, el intercambio de ataques el pasado verano no puede calificarse de guerra y tampoco este experto tiene claro "que Estados Unidos haya intervenido en la paz". La intervención de países vecinos, la ONU y la Asociación de Naciones Sudoriental llevó a la firma del acuerdo de paz en Malasia. La BBC informó el pasado julio de la amenaza de Donald Trump a ambos países de no alcanzar acuerdos comerciales hasta que "cesaran la guerra".
Obras en febrero de 2022 de construcción de la Gran Presa del Renacimiento Etíope. Getty
- Egipto y Etiopía: José Antonio Gurpegui asegura respecto a este conflicto que se trata de "una disputa no resuelta por las aguas del Nilo, la guerra del agua". La construcción de la Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD, por sus siglas en inglés), en Etiopía, puede reducir el caudal del gran río africano. Egipto ha reconocido en público que Trump busca reducir las tensiones con Etiopía, según esta información de la agencia EFE, pero las tensiones no se han resuelto y alcanzan a otros países de la región como Sudán. Si embargo, no han provocado de momento un enfrentamiento militar entre países, como subraya María José Pérez del Pozo. "No se va a solucionar fácilmente. Egipto no asume la pérdida de liderazgo en el control del agua que lleva ejerciendo toda la vida. No sabemos si llegará a un conflicto armado, pero no se va a pacificar de la noche a la mañana", asegura la experta.
Kosovo y Serbia, la séptima "guerra resuelta" por Trump
El séptimo conflicto, y de momento último, que Trump se atribuye haber resuelto es el de Serbia y Kosovo. En junio de 2025, Trump dijo durante una comparecencia que "Serbia y Kosovo iban a empezar una gran guerra" pero que él la evitó al amenazarlos con que no comerciarían con Estados Unidos. Kosovo y Serbia no han estado en un conflicto armado activo recientemente, aunque las tensiones se arrastran desde la guerra de los Balcanes en los años 90.
La guerra entre Yugoslavia (entonces formada por Serbia y Montenegro) y el Ejército de Liberación de Kosovo finalizó en 1999 con la intervención de la OTAN, que forzó la retirada de las fuerzas serbias. La antigua provincia yugoslava de Kosovo declaró su independencia de forma unilateral en 2008. Sin embargo, el Gobierno serbio no reconoce a Kosovo como país independiente.
En 2020, durante el primer mandato de Trump, Serbia y Kosovo firmaron un acuerdo en el Despacho Oval de la Casa Blanca para normalizar sus relaciones económicas. Sin embargo, ni entonces ni tras el regreso de Trump al poder estos dos países han estado en guerra. En 2022, aumentó la tensión en la frontera porque Kosovo se negó a reconocer los documentos de identidad y las matrículas emitidas por Serbia. La disputa se resolvió con la mediación de la Unión Europea. Unos meses después, la OTAN tuvo que reforzar su presencia tras varios episodios de violencia (1 y 2).
¿Un candidato al Nobel de la Paz?
Tras los bombardeos de Estados Unidos a Irán del pasado mes de junio, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, le anunció a principios de julio a Donald Trump en la Casa Blanca que había enviado una carta proponiendo la candidatura del dirigente norteamericano al Nobel de la Paz. Tanto Trump como su equipo muestran en público su convencimiento de que el presidente de Estados Unidos lo merece y él mismo insistió en ello este martes en su intervención ante la ONU, en la que volvió a reivindicar que ha terminado con estas guerras.
José Antonio Gurpegui cree que conceder esta distinción a Trump "supondría un desprestigio para el premio. "No creo en absoluto que ocurra. Es un hombre que dice literalmente que odia a sus adversarios. Y no es un pacifista, como estamos viendo en Gaza", concluye.
María José del Pozo lo interpreta como “uno más de los impulsos” del presidente estadounidense e ironiza con que pida también el Nobel de la Paz por sus afirmaciones sobre el paracetamol y el autismo. “Algunas de sus iniciativas han contribuido a agudizar conflictos y no han permitido pacificar conflictos, como Israel y Gaza”, afirma. “En cualquier caso, esto tiene un componente político, hay que estar vigilantes a qué hay detrás”, concluye.