"El Mayo" Zambada, líder del cartel de Sinaloa, se declara culpable de dos delitos por narcotráfico en EE.UU.
- Ismael "el Mayo" Zambada se ha declarado culpable de dos cargos por narcotráfico, lavado de dinero y uso de armas
- Se consagró como una figura clave para el narcotráfico a nivel mundial desde la clandestinidad
Ismael "el Mayo" Zambada, cofundador y líder histórico del cartel de Sinaloa, se ha declarado culpable de dos cargos por narcotráfico, lavado de dinero y uso de armas tras más de cinco décadas de actividad criminal.
Zambada, que estaba acusado de un total de 17 cargos, ha reconocido así finalmente ante un tribunal federal de Nueva York haber liderado una organización criminal, el cartel de Sinaloa, de forma continuada desde enero de 1989 hasta enero de 2024.
Asimismo, también ha reconocido haber conspirado, según lo establecido por la ley Rico (Ley estadounidense de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por el Crimen Organizado), dada su participación en blanqueo de capitales, asesinatos y secuestros relacionados con el narcotráfico.
EE.UU. valora en 15.000 millones de dólares su fortuna generada
Con esta declaración de culpabilidad, El Mayo ha evitado ser procesado en un juicio público, pero también ha perdido su derecho a revocar la sentencia que le impondrá el juez encargado, Brian M. Cogan, y que será probablemente de cadena perpetua.
Y es que, aunque la fecha oficial para la misma ha quedado fijado para el 13 de enero del próximo año, el magistrado ha recalcado que cada uno de los delitos de los que Zambada se ha declarado culpable conllevan esta pena.
Además, el juez Cogan ha detallado que el Gobierno de EE.UU. valora en 15.000 millones de dólares los bienes y activos que Zambada había generado durante su medio siglo dedicado a actividades ilícitas, y que ahora tendría que aportar a la Justicia estadounidense.
"Reconozco el gran daño que las drogas han provocado a Estados Unidos, México y otros lugares. Asumo la responsabilidad y pido perdón a aquellas personas que se hayan visto afectadas por mis acciones", ha afirmado el propio Zambada en una extensa declaración de culpabilidad, donde también ha reconocido haber "promovido la corrupción de policías, militares y políticos" en México.
El capo ha pedido también a la facción de su hijo, y a la de sus rivales, que detengan la violencia en Sinaloa. Tras la entrega de El Mayo a las autoridades estadounidenses en julio del año pasado, se desató una guerra a sangre y fuego en su estado natal. Los enfrentamientos los protagonizan la facción de los Mayitos —liderada por su hijo Ismael Zambada Sicairos— y la de los Chapitos —comandada por Iván Archivaldo Guzmán y Jesús Alfredo Guzmán, vástagos de Joaquín "El Chapo" Guzmán—.
La audiencia en la corte neoyorquina se ha prolongado durante unos 45 minutos con una treintena de periodistas desplazados y decenas de agentes de la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA) y funcionarios de los tribunales.
Para muchos, el verdadero líder del cartel
Zambada (El Álamo, 75 años) nació y se crio en el estado de Sinaloa que, junto a Durango y Chihuahua, integra el conocido como Triángulo Dorado, cuyas escarpadas y fértiles tierras llevan más de medio siglo siendo el epicentro de la producción de amapola y marihuana en México
El Mayo se consagró como una figura clave para el narcotráfico a nivel mundial desde la clandestinidad de sus diversas guaridas en las sierras del noroeste mexicano.
"El monte es mi casa, mi familia, mi protección, mi tierra, el agua que bebo", dijo el que para muchos investigadores fue el verdadero líder del cartel de Sinaloa en una entrevista con la revista Proceso en 2010.
Procedente de una familia de agricultores y cuyo padre falleció a los 12 años, Zambada empezó a trabajar desde pequeño en el campo o como lavacoches cuando, entre 1960 y 1970, la industria minera ya comenzaba a flaquear en Sinaloa. En 1969 dio el salto al narcotráfico, el negocio que vertebraría el resto su vida durante 56 años.
Aunque, si otras figuras como el Chapo Guzmán se regodeaban con sus fincas de lujo, coches de alta gama, o conectando incluso con estrellas de Hollywood, Zambada siempre prefirió permanecer en el anonimato.
Su apellido figuró por primera vez en expedientes judiciales estadounidenses en 1977, con la detención de su cuñado, el cubano Antonio Cruz, quien le introdujo en el mundo del narcotráfico y con el que comenzó a colaborar trasladando cocaína entre Miami o Los Ángeles y los estados fronterizos en suelo mexicano.
Su trayectoria criminal terminó cuando fue entregado a las autoridades estadounidenses en 2024 tras llegar en una avioneta a una pista de aterrizaje cercana a Texas, en lo que a todas luces fue un engaño de Joaquín Guzmán López, hijo de El Chapo, que también viajaba en la aeronave.