Liberan bajo fianza y tras pasar varios meses en prisión al migrante deportado por error por la Administración Trump
- Kilmar Abrego fue enviado a El Salvador el 15 de marzo a pesar de una orden judicial que impedía su deportación
- Su expulsión fue calificada como un "error administrativo", pese a que la repatriación se demoró durante días
El migrante que fue deportado erróneamente en marzo a El Salvador, Kilmar Abrego, ha sido liberado este viernes en Tennessee tras pasar varios meses bajo custodia penal, según ha confirmado su abogado.
Abrego, de 30 años, fue enviado a El Salvador el 15 de marzo a pesar de una resolución de 2019 que impedía su deportación por riesgo de persecución de pandillas. Su expulsión fue calificada como un "error administrativo" por funcionarios del Gobierno de Donald Trump, que demoraron su repatriación a pesar de la existencia de una orden judicial federal para facilitar su regreso.
En junio volvió finalmente a Estados Unidos para enfrentar cargos por transportar migrantes indocumentados, del cual Abrego se ha declarado no culpable. Su equipo legal ha solicitado al juez Waverly Crenshaw que desestime los cargos, argumentando que son una represalia por haber demandado al Gobierno estadounidense por su expulsión ilegal.
La defensa pide aplazar la liberación por temor a nuevas detenciones
Aunque Crenshaw ha ratificado la decisión de la jueza magistrada Barbara Holmeso para su liberación bajo fianza al considerar que no representaba ni un peligro para la comunidad ni riesgo de fuga, su defensa ha pedido aplazarla por temor a que fuera nuevamente detenido por autoridades migratorias y enviado a un tercer país.
Si bien Abrego no puede ser enviado nuevamente a El Salvador, las autoridades han dejado entrever que podrían deportarlo a México o incluso Sudán del Sur, países con los que no tiene vínculo alguno.
Para evitar una expulsión arbitraria, la jueza federal Paula Xinis, encargada de su demanda civil, ha ordenado que el Gobierno notifique con tres días de antelación a sus abogados cualquier intento de deportación a otro país.
Antes de su expulsión, Abrego residía en Maryland con su esposa y tres hijos. Ante el riesgo de una nueva detención, sus abogados han contratado una empresa privada de seguridad para garantizar su traslado seguro de regreso a su hogar, donde deberá cumplir medidas de supervisión previa al juicio.
El caso de Abrego ha reabierto el debate en EE.UU. sobre las consecuencias humanas del sistema migratorio y judicial, particularmente bajo el mandato de Trump. A pesar de múltiples sentencias y advertencias judiciales, su deportación se ejecutó sin garantías mínimas, y su posterior retorno se gestionó solo tras la presión legal; no como una restitución de sus derechos, sino para ser procesado penalmente.