El auge de los currículums falsos dispara las alarmas: "Se ha perdido el pudor a mentir"
- Varios políticos han dimitido tras mentir en sus currículums: el fraude formativo vuelve al centro del debate
- "Detectar fraudes es fácil si se pregunta bien, la veracidad siempre se nota", aseguran los expertos
Los casos de políticos que han inflado —o directamente falsificado— sus currículums no son aislados. Lo último: dimisiones en cadena en varios partidos, desde el PSOE a Vox, pasando por el PP por datos académicos inexistentes. Pero no pasa solo en política. La mentira en los currículums ha traspasado fronteras y sectores, y según los expertos, el problema no es nuevo, aunque va en aumento.
"Se ha perdido el pudor", dice Julio García, experto en gestión del talento de la Fundación Casa Verde. García, con años de experiencia en selección de personal, asegura que mentir en un currículum tiene consecuencias "legales, laborales, reputacionales... y personales". Según él, los reclutadores tienen herramientas para detectar fraudes: desde preguntas clave en la entrevista hasta análisis de expresión no verbal.
Y ahora, con inteligencia artificial, falsificar títulos o inflar méritos puede parecer aún más fácil. Pero no es infalible. "La IA no sirve ante un título compulsado o una certificación oficial", aclara García. Su receta es clara: autenticidad, claridad… y estrategia. Porque, recuerda, "un buen currículum no miente, vende bien la verdad".
Del maquillaje al engaño
Muchos candidatos creen que 'adornar' un poco su currículum es parte del juego. Pero no es lo mismo resaltar logros que inventarlos. Para García, la línea es muy clara: "Hay que poner en valor lo que uno ha hecho, pero sin maquillar ni mentir". La clave está en saber contar bien la propia historia profesional, sin recurrir a falsedades que, tarde o temprano, acaban saliendo a la luz.
"Mentir sobre un título, un curso o un idioma que no se domina no solo tiene consecuencias legales o laborales. También daña la reputación y el propio desarrollo profesional", advierte. Y apunta que hay formas sencillas de detectar un currículum inflado: preguntas específicas durante la entrevista, analizar cómo se responde sobre contenidos concretos, e incluso la forma de mirar o expresarse. "La entrevista de trabajo lo revela casi todo".
En tiempos de inteligencia artificial, falsificar un currículum puede parecer más fácil que nunca. Pero, según García, eso no garantiza impunidad. "La IA puede simular documentos, sí, pero si se pide una certificación compulsada o verificada ante notario —como debería hacerse en altos cargos—, no hay falsificación que valga".
El experto insiste en que la responsabilidad también recae en las organizaciones: deben extremar el control y exigir documentos oficiales. "No puede ser que se acceda a un puesto —ya sea político o empresarial— sin haber verificado de forma rigurosa las titulaciones o la experiencia que se declara".
Mentiras con efecto retardado
Una mentira profesional puede tardar en descubrirse, pero suele salir a la luz, y a veces con consecuencias graves. ¿Se puede despedir a alguien por haber mentido en su currículum años atrás? "Depende del caso, pero sí", afirma García. Especialmente en sectores como la medicina, el derecho o la educación, donde no estar cualificado es motivo de cese inmediato.
Y más allá de lo legal, hay un problema de fondo: "Las personas que mienten sobre su formación o experiencia suelen verse limitadas en su desarrollo a medio plazo. Porque tarde o temprano, no podrán demostrar lo que dijeron que sabían hacer".
Ante la pregunta de cómo destacar en un proceso sin caer en la trampa de la mentira, García lo resume en tres puntos: claridad, estrategia y diseño. Recomienda currículums de una sola página, con los datos personales al inicio, seguidos de la experiencia profesional —que debe ir por delante incluso de la formación académica— y finalizando con los objetivos del candidato.
Un consejo que da es pensar el currículum como la portada de un periódico. "Tiene que entrar por los ojos: logos de instituciones, diseño limpio y mensajes claros. Y si hace falta, se puede adjuntar un anexo con más detalles". La entrevista, eso sí, seguirá siendo el terreno clave para convencer al reclutador.
¿Un registro oficial para acabar con el fraude?
Finalmente, García plantea la necesidad de un sistema estatal de verificación de titulaciones y experiencias laborales. Algo que ya existe en otros países y que, según él, podría ayudar a reducir este tipo de fraudes. "Bastaría con un organismo especializado que permitiera contrastar la formación y la experiencia profesional de forma rápida y segura".
Una herramienta así, combinada con una mayor exigencia ética por parte de los aspirantes, podría ayudar a recuperar la confianza en los procesos de selección. "Porque un buen profesional no necesita mentir. Solo necesita saber presentarse".