Ana María Matute (1925 - 2014): cronología de una vida de cuento
- Este 26 de julio la escritora barcelonesa habría cumplido 100 años
- Se reeditan sus obras, como la versión íntegra de Los niños tontos
Ana María Matute (1925-2014) decidió quedarse a vivir en la infancia y seguir siendo una niña de doce años. Lectora precoz, aprendió a leer y a escribir cuando tenía tres años y se conservan cuentos manuscritos que inventó con cinco años.
La infancia siempre fue su patria, pero su familia burguesa seguía una dinámica atípica. Vivían seis meses al año en su ciudad natal, en Barcelona, y otros seis en Madrid, lo que condenaba a Ana María y a sus hermanos a ser catalanes en Madrid y madrileños en la ciudad condal.
Veraneaba en Mansilla de la Sierra, le gustaba perderse en el bosque y ese fue el asunto sobre el que disertó en su discurso de ingreso en la Real Academia de la Lengua, la tercera mujer en lograrlo en 300 años de historia, precisamente en este 2025 se cumple el centenario de su nacimiento.
La naranja del cuento
Novelista brillante, ganadora del Premio Cervantes, el Nadal y el Planeta, fue una cuentista excepcional y dejó una certera definición del género del relato corto: “El cuento es como una naranja: redonda y llena de jugo”.
Formó parte de la generación literaria de los “jóvenes asombrados”, nombre que acuñó para los autores con la infancia interrumpida por la Guerra Civil. Tuvo encontronazos con la censura e incluso en las postrimerías del franquismo se le impidió salir de España para recoger un premio en Niza.
Su libro de cabecera era Peter Pan, la obra de teatro de James M. Barrie, un autor que también consideraba a los niños "alegres, inocentes y despiadados".
La autora vivió en varios lugares, disfrutó de la luz de Mallorca o el Mediterráneo en Sitges y de las sombras sugerentes de los hayedos riojanos, pero el círculo de su existencia empezó a trazarse y concluyó en Barcelona, desde el 26 de julio de 1925 al 25 de junio de 2014.
El 26 de julio nace Ana María Matute Ausejo en Barcelona. Es la segunda de cinco hermanos de una familia pequeño burguesa, conservadora y religiosa. Su padre, Facundo, es propietario de la empresa de paraguas Matute S.A. y su madre es María Ausejo Matute. El matrimonio esperaba un niño y la ropa de bebé que llevaba la pequeña tenía bordadas las iniciales J.A.M. (José Antonio Matute).
Su niñera Anastasia Arrizabalaga Zubía le lee a Andersen, le enseña palabras en euskera y se inventa cuentos terroríficos. Con tres años, la pequeña Ana María ya sabe leer y escribir.
Su padre le trae un regalo al volver de uno de sus viajes de trabajo a Londres. Es un muñeco negro, un golliwogg. La niña lo llama Gorogó y será su compañero de por vida.
Ana María Matute está gravemente enferma y sus padres deciden mandarla con sus abuelos a Mansilla de la Sierra, un pueblo riojano que cuenta con una plaza en su honor.
Con cinco años, la futura autora escribe e ilustra sus primeros cuentos. En El duende y el niño se aprecia su caligrafía infantil y algunas faltas de ortografía.
Estudia en el colegio Saint Joseph de Cluny, administrado por unas monjas conocidas como Las Damas Negras, la mitad del año en Madrid y la otra mitad en Barcelona.
El 18 de julio estalla la Guerra Civil, pocos días después Ana María cumple 11 años.
Con 17 años escribe a mano su primera novela, Pequeño teatro, en un cuaderno escolar, que sería publicada 11 años más tarde.
El semanario Destino publica en sus páginas El chico de al lado, escrito dos años antes, es la primera vez que su nombre aparece en letras de imprenta. Ese mismo año queda semifinalista del Premio Nadal con la novela Los Abel.
Presenta Luciérnagas al Premio Nadal y es eliminada en una de las rondas finales. La censura impide publicar la novela, ambientada en Barcelona entre 1935 y 1939, en la que los protagonistas son adolescentes que ven cómo su mundo se desmorona por la Guerra Civil.
Gana el primer galardón literario de su carrera, el Premio Café Gijón, por Fiesta al Noroeste.
El 17 de noviembre, Ana María Matute se casa con el escritor Ramón Eugenio de Goicoechea.
Recibe el Premio Planeta por Pequeño teatro.
Nace su único hijo, Juan Pablo, al que dedica gran parte de sus obras infantiles.
Se publica Luciérnagas con el título En esta tierra, tras sufrir drásticos recortes en el texto por la censura franquista.
Ediciones Arión saca en diciembre Los niños tontos. Constaba de 22 relatos, pero la censura tacha entero 'El ahogadito'. El libro ve la luz con 21 cuentos. La edición íntegra tendrá que esperar hasta 2025 con 23 microrrelatos y la inclusión de 'El otro niño tonto'. Publica su primera obra infantil, El país de la pizarra.
La novela Los hijos muertos logra dos galardones: el premio de la Crítica y el Nacional de Literatura.
Obtiene el Premio Nadal con Primera memoria, la primera novela de su trilogía Los Mercaderes, uno de los personajes es su muñeco Gorogó.
Se publica Paulina, una novela sobre una niña de diez años que va a vivir a las montañas con sus abuelos, una narración influenciada por Heidi y también por su propia infancia.
Es nombrada miembro de la Hispanic Society of America.
Un conjunto de 22 relatos de niños o adolescentes que se resisten a entrar en el mundo de los adultos se publica bajo el título Historias de la Artámila.
La familia al completo se muda a Porto Pi, Mallorca, a un apartamento de alquiler sobre las rocas del mar y rodeado de flores. Sufren dificultades económicas y su marido vende la máquina de escribir, con la que Matute se gana la vida.
Se separa de su esposo. Las leyes franquistas otorgan la tutela al padre, que se lleva el niño a Barcelona y Matute no tenía derecho a verlo después de la separación. Su suegra y su cuñada le dejaban al pequeño a escondidas. La autora se refiere a su hijo como "mi niñito de los sábados".
A finales de año conoce al empresario Julio Brocard, el gran amor de su vida, con el que nunca se casó.
En los años sesenta reside varias temporadas en Estados Unidos. Trabaja como profesora visitante en la Universidad de Indiana durante el curso académico 1965/66 y más tarde es lectora en la Universidad de Oklahoma.
Viaja a la URSS invitada por la Biblioteca Estatal de Literatura Extranjera.
La escritora establece su residencia en la localidad barcelonesa de Sitges.
Con Los soldados lloran de noche, segunda entrega de su trilogía Los Mercaderes, publicada en 1964, consigue el Premio Fastenrath.
La Universidad de Boston crea la Ana María Matute Collection, una colección de originales y manuscritos, algunos con dibujos de la autora, desde 1931 a 1964. Pertenece a Sigma Delta Pi y es miembro honorario de la American Association Teachers of Spanish and Portuguese.
Se suma a las protestas de intelectuales contra el franquismo y sufre represalias. No puede ir a Dinamarca a recibir una mención honorífica del jurado del Premio Hans Cristian Andersen.
Publica La torre vigía, el primer volumen de su trilogía medieval.
El régimen franquista prohíbe a Ana María Matute salir al extranjero. Impiden que suba a un avión en Barcelona con destino a Niza donde iba a recibir un premio en el Congreso internacional de literatura infantil. La escritora presenta un escrito en la Guardia Civil dirigido al ministro de la Gobernación para intentar anular la orden.
Es propuesta como candidata al Premio Nobel de Literatura.
Es reconocida con el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por Sólo un pie descalzo.
La Editorial Torremozas convoca por primera vez el Premio Ana María Matute de Narrativa de Mujeres, que ya ha llegado a su XXVI edición.
Reaparece en el mundo editorial con La virgen de Antioquía y otros relatos.
Su pareja, Julio Brocard, muere de un aneurisma el 26 de julio, justo el día de su 65 cumpleaños. Su hijo, que trabajaba de piloto en EE.UU. vuelve a España para vivir con ella hasta el final.
Ana María Matute gana el Premio Antonio Machado de narración breve con De ninguna parte. En la imagen, con Camilo José Cela, que le dio cobijo en su casa de Mallorca, tras su separación.
La autora revisa y recupera Luciérnagas con su redacción y título originales con Ediciones Destino.
Es elegida miembro de la Real Academia Española y ocupa el sillón K mayúscula de Carmen Conde. Es la tercera mujer en ingresar en la RAE en 300 años de historia, tras la mencionada poeta y Elena Quiroga.
Espasa edita su gran obra Olvidado Rey Gudú, el libro favorito de la autora, que tardó 25 años en escribir desde la idea inicial y el segundo volumen de su trilogía medieval. La historia fantástica transcurre en el siglo X y abarca cinco generaciones del reino de Olar.
Obtiene el Premio Ciudad de Barcelona de Literatura castellana por El verdadero final de la Bella Durmiente.
Concluye su trilogía medieval con Aranmanoth. Los otros libros de la saga son La torre vigía y Olvidado Rey Gudú.
Es condecorada con la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo que conlleva el tratamiento de excelencia.
La Feria del Libro de Madrid, en su edición número 64, homenajea a la escritora para celebrar su octogésimo cumpleaños. Veinte años después, en la edición número 84, la feria recuerda a Ana María Matute en el centenario de su nacimiento.
Recibe el Premio Nacional de las Letras Españolas por el conjunto de su obra literaria.
Destino publica la colección de cuentos La puerta de la Luna. Un título que evoca un recuerdo de su niñez: un risco detrás de la casa de sus abuelos, con una cueva y un saledizo donde se refugiaba a leer, pero seguía oyendo las voces de las mujeres del pueblo.
Consigue el Premio Cervantes, es la tercera mujer que lo logra. En su discurso confiesa que la Literatura "ha sido el faro salvador de muchas de mis tormentas".
El 26 de junio Ana María Matute muere en Barcelona, a los 88 años de edad, tras varios días con problemas cardiorrespiratorios por un infarto de miocardio. Está enterrada en el cementerio de Montjuic.
La muerte interrumpió la escritura de su última novela Demonios familiares, que la editorial Destino publicó inconclusa en septiembre de 2014. Una narración en la que el lector debe completar la historia, pero cuyo final ya estaba escrito. Un párrafo en el que cita a su tata Anastasia, a la que llama Mada, la persona que le abrió la puerta de la imaginación leyéndole cada noche cuentos terroríficos.
Esta novela también ha sido llevada al cine, la directora Ángeles Gónzalez-Sinde rodó en 2015 el cortometraje del mismo título Demonios Familiares.
Coincidiendo con el centenario de su nacimiento, el Instituto Cervantes le ha dedicado una exposición, que hasta el 11 de enero de 2026 se puede ver en la Biblioteca Fuster de Barcelona y Destino ha publicado la edición íntegra de Los niños tontos, con 23 relatos.
Dentro de cuatro años, en 2029, está previsto que se abra el legado de la escritora depositado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes. Ana María Matute fue la primera mujer escritora a la que se le concedió este honor.