Tres de cada cuatro ahogados sobreviven: "Mi cuerpo subió flotando como una boya, me quedé tetrapléjica"
- Los servicios de urgencia y emergencia atienden cada año a unas 2.000 personas por ahogamiento en nuestro país
- “Cualquiera puede ahogarse, aunque nadie debería", lema en el Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos
Alrededor de 400 personas mueren ahogadas en España cada año. Se trata de la tercera causa de muerte no intencional, lo que convierte este suceso en un problema de salud pública. En 2021, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 25 de julio como Día Mundial de la Prevención del Ahogamiento bajo el lema “Cualquiera puede ahogarse, a nadie debería sucederle”. ¿Pero cuántos sobreviven? ¿Qué tipo de secuelas pueden tener?
"La estimación de ahogado no mortal es que por cada ahogado que muere, hay entre tres y cinco atenciones sanitarias de urgencia", asegura Roberto Barcala, profesor, catedrático y experto en socorrismo en la Universidad de Vigo. Estamos hablando de entre 1.200 y 2.000 casos anuales.
"El término casi ahogado para hablar de las víctimas que sobreviven a un incidente acuático está obsoleto", advierte Roberto Barcala. "La denominación más correcta es la de ahogado no mortal", explica a RTVE este catedrático que compagina la docencia con la coordinación del Grupo de Socorrismo de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES).
"Debe aplicarse el término ahogamiento mortal cuando la víctima fallece a consecuencia de un ahogamiento ―inmediatamente o por complicaciones secundarias―, mientras que se define ahogamiento no mortal cuando la víctima sobrevive, con o sin secuelas", explica Barcala junto a otros expertos en la revista científica Educación Médica.
Roberto Barcala impartiendo una clase de socorrismo a los alumnos de grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. ARCHIVO PARTICULAR R.B.
“El fin fatal es la muerte por ahogamiento, pero hay muchas personas que viven con secuelas”, asegura a RTVE Javier Sánchez, Responsable del Informe Nacional de Ahogamientos (INA). Unas secuelas que pueden ser muy variadas y que dependen de diversos factores como, por ejemplo, el tiempo de inmersión, la temperatura del agua, la edad de la persona, la rapidez de la asistencia o la eficacia de las maniobras de reanimación, entre otras.
"Me quedé tetrapléjica inmediatamente"
Yolanda Ruiz es una de esas 2.000 personas que cada año han recibido atención de emergencia por ahogamiento en nuestro país. "Tenía 14 años y estaba en la playa del Puig, en Valencia. Íbamos todos los domingos y siempre nos tirábamos desde el espigón a bomba, de cabeza… No era la primera vez, conocía perfectamente el terreno", recuerda esta profesora valenciana de educación infantil.
Yolanda Ruiz sufrió una lesión medular por una zambullida y sobrevivió al ahogamiento. ARCHIVO PARTICULAR Y.R.
"Se juntó todo. No quería tirarme, no puse los brazos bien, la ola pasó y no cubría nada... Fue mi cuerpo contra la arena", explica al otro lado del teléfono dejando un silencio en el que se podría escuchar el golpe.
"Pensaban que estaba haciendo el tonto porque me quedé completamente inmóvil y mi cuerpo salió para arriba como una boya. Sentí que me estaba ahogando. Me quedé tetrapléjica inmediatamente. El 8 de julio hizo 35 años", recuerda la actual vicepresidenta de la Asociación de Personas con Lesión Medular y otras Discapacidades Físicas (ASPAYM) en Valencia.
Malas zambullidas que "te cambian la vida"
Según datos facilitados en el último balance de ingresos del Hospital Nacional de Parapléjicos, en lo que va de año, un varón ha ingresado en el centro por una mala zambullida. Además, el año pasado fueron tres ingresos por esta causa, todos varones, de 25, 46 y 55 años procedentes de Alicante, Valladolid y Madrid.
“Prevenir salva vidas, y la mejor lesión medular es la que nunca pasa“
“Estamos hablando de lesiones que cambian la vida de personas jóvenes, con secuelas funcionales muy severas, y lo más doloroso es que muchas se podrían haber evitado. Por eso, debemos actuar antes de que suceda: prevenir salva vidas, y la mejor lesión medular es la que nunca pasa”, afirma la directora del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, la doctora Mónica Alcobendas.
Yolanda Ruiz sobrevivió a un ahogamiento tras una mala zambullida. ARCHIVO PARTICULAR Y.R.
"Con 14 años estuve doce horas en quirófano para que me colocaran un halo donde me colgaban 23 kilos en el cuello con el fin de enderezar y recolocar las vértebras", recuerda Yolanda su calvario. "Estuve tres meses mirando al techo y once meses ingresada en el Hospital de La Fe".
Ruiz coincide con los expertos en que "un mal acto en un mal momento puede romperte la vida totalmente". Y eso que ella se siente una privilegiada por contar con el apoyo y la ayuda de su hermana Patricia y de toda su familia. "No es sólo la silla, es la falta de sensibilidad, la falta de control de esfínteres… la silla es casi lo que menos me preocupa", se sincera Yolanda Ruiz al otro lado del teléfono.
Desde la Federación Nacional ASPAYM, su presidenta, Mayte Gallego, señala que "los datos de este año demuestran la importancia de estas campañas de prevención y sensibilización”. Por su parte, la presidenta de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), Helena Bascuñana, subraya que “las lesiones medulares por zambullida representan una causa significativa de discapacidades permanentes que podrían prevenirse”.
“La diversión en el agua no debe hacernos bajar la guardia”, advierte el presidente de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS), Samuel Gómez. Playas, piscinas, ríos y cualquier espacio acuático son lugares de disfrute, pero también “de riesgo si no actuamos con responsabilidad”.
Un 80% de ahogamientos, en verano
En España, además de sol y buen clima, tenemos 3.551 playas, 75.000 kilómetros de cauces fluviales y 1,2 millones de piscinas registradas ―entre las públicas, las privadas comunitarias y las privadas particulares― lo que viene siendo casi una piscina por cada 35 habitantes. El riesgo de ahogamiento está presente durante todo el año pero en los meses de verano (junio, julio, agosto y septiembre) se concentran casi el 80% de los ahogamientos.
El 99,8% del trabajo de los socorristas es la prevención; el rescate solo representa el 0,1% de las acciones. SEMES
El perfil del ahogado en nuestro país sería el de un hombre (la proporción es de 70/30 con respecto a las mujeres) mayor de 55 años en una playa sin vigilancia de la costa de Andalucía, Galicia, Comunidad Valenciana o Canarias (por orden de número histórico de ahogamientos fatales).
Pero el dato más preocupante es el de los niños de hasta cuatro años, pues se ahogan frecuentemente en piscinas particulares por falta de supervisión y durante la sobremesa ―entre las 15.00 y las 18.00 horas―; mientras que los adolescentes suelen ahogarse en entornos naturales (playas, pantanos y ríos).
El silencio del ahogamiento
El coordinador del Grupo de Socorrismo de SEMES, Roberto Barcala, asegura que “el ahogamiento es prevenible”, si bien “es necesario informar a los usuarios de los riesgos y desmitificar las falsas creencias en torno a los incidentes acuáticos”.
La más importante de las falsas creencias quizá sea la de que los ahogamientos se acompañan de gritos cuando, casi siempre, se trata de un suceso silencioso. Una persona que se ahoga frecuentemente lo hace en silencio, no grita y no pide ayuda, trata de sacar la cabeza y concentra todos sus esfuerzos en respirar.
“Seguimos esperando que alguien grite socorro cuando se ahoga. Pero es un proceso rápido, silencioso y difícil de detectar,“
“Seguimos esperando que alguien grite socorro cuando se ahoga. Pero es un proceso rápido, silencioso y difícil de detectar, que en la mayoría de los casos transcurre en menos de dos minutos. Lo mismo que tardas en contestar una llamada, cepillarte los dientes o ver un par de post en redes sociales”, confirma Roberto Barcala.
Con motivo del Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos promovido por Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Grupo de Socorrismo de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) que coordina Roberto Barcala, ha difundido un video de concienciación con el objetivo de fomentar el activismo ciudadano para prevenir el ahogamiento en cualquiera de sus circunstancias.