La cumbre de la ONU cierra con un acuerdo descafeinado que no convence a la sociedad civil: "Es decepcionante"
- El 'Compromiso de Sevilla' ha sido ratificado por 192 países con la marcada ausencia de EE.UU.
- Organizaciones y plataformas lamentan que el texto no ha incluido algunas de sus demandas claves
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En el Palacio de Congresos de Sevilla estos días no se han podido mostrar pancartas, ni chapas, abanicos, o camisetas con mensajes reivindicativos. La restricción solo se ha levantado este jueves durante una estricta media hora en la que distintas organizaciones y plataformas han alzado la voz. "¡Queremos que se cancele la deuda ahora!" o "No estamos a la venta", son algunos de los mensajes que han expresado. La Conferencia sobre Financiación al Desarrollo (FFD4) llega hoy a su fin y la sociedad civil cree que el documento final, el llamado 'Compromiso de Sevilla', está lejos de ser suficiente.
El manido lema "el pueblo unido jamás será vencido" se ha oído con acentos procedentes de los cinco continentes que han reclamado un espacio que, denuncian, no han tenido en esta cumbre, donde se han sentido "marginados". "Nos han dejado solo media hora para ejercer nuestro derecho. Personas de diferentes regiones expresamos nuestro sentimiento y nuestras perspectivas hoy", ha sostenido una de las portavoces, megáfono en mano.
Durante la cumbre, los países participantes han adoptado el 'Compromiso de Sevilla' por un consenso que solo se produjo tras la retirada del acuerdo por parte de Estados Unidos, la primera economía del mundo y el gran ausente en este encuentro. De hecho, el texto, que recoge las asignaturas pendientes y busca sentar las bases de una futura reforma de la estructura financiera, se cerró antes de que arrancara la conferencia y, tal y como se esperaba, no se han realizado cambios.
Un proceso de negociación alejado de la sociedad civil
"El proceso de negociación fue muy opaco y aisló la participación de la sociedad civil", denuncia a RTVE.es el jefe de programas del Foro Nacional de ONG de Uganda, Chris Nkwatsibwe, quien asegura que en las últimas fases "se sustituyó la ambición por el lenguaje del mínimo común denominador".
El texto final, añade, "carece de transparencia sobre qué propuso quién" y refleja "el dominio de algunos países del norte global, del sector privado y del Banco Mundial", añade Nkwatsibwe.
Las organizaciones reconocen ciertos avances en un documento calificado de "éxito" por líderes como el presidente español, Pedro Sánchez, pero lo consideran insuficiente y señalan la falta de medidas concretas sobre cuestiones urgentes. Por ejemplo, la crisis de la deuda en los países del sur global, que en muchos casos destinan más dinero al pago de intereses que a partidas clave como educación o sanidad.
"Es decepcionante y desde la sociedad civil pensamos que se tenía que haber logrado mucho más", expone a RTVE.es la representante de Futuro en Común (alianza de organizaciones), Valeria Méndez de Vigo. Reconoce, eso sí, "que estamos en un momento particularmente difícil para el multilateralismo y para lograr acuerdos".
Por eso, en el momento actual, marcado por la complejidad geopolítica, la escalada bélica y los recortes en cooperación, "el hecho de que haya un acuerdo que aglutina a un gran número de países es en sí mismo un hecho positivo", reconoce Méndez de Vigo. "A partir de este compromiso quizá podamos avanzar en determinadas cuestiones", argumenta.
Varias mujeres durante la breve protesta organizada en la FFD4 M. R.
Cancelar la deuda, la batalla perdida de esta cumbre
El 'Compromiso de Sevilla' hace referencia a "los desafíos de la deuda soberana" como uno de los principales obstáculos para el desarrollo sostenible y plantea que se llevarán a cabo "medidas concretas" para hacer frente a ese reto, aunque no especifica cuáles. El documento, que insiste en su "compromiso" de los países "con el multilateralismo", menciona que se ha avanzado "algo" en la reforma de la arquitectura de la deuda soberana, pero reconoce que queda "mucho por hacer".
Unos 3.300 millones de personas —siete veces la población de la Unión Europea— viven en países que gastan más en pagar los intereses de su deuda que en sanidad o educación y la gran mayoría en el sur global. Solucionar este problema era una de las grandes demandas de organizaciones y plataformas, que abogan por una cancelación de la deuda que detenga la asfixia de esas economías.
Entre las peticiones de la sociedad civil estaba la de crear una Convención sobre deuda soberana en el marco de Naciones Unidas, así como el traslado a la ONU de cualquier ordenanza sobre arquitectura financiera global. "Es el único espacio en el que los países del sur global tienen un voto, como todos los demás, algo que no ocurre en el resto de instituciones multilaterales que deciden sobre estos asuntos", explica Méndez de Vigo, que subraya que el sur global se encuentra "en clarísima desventaja".
Sí que se han logrado avances, señala Méndez de Vigo, en la demanda sobre la creación de una Convención marco sobre fiscalidad, cuya negociación está en marcha.
"No hay ningún mecanismo vinculante de reestructuración de la deuda de la ONU ni compromisos de cancelación, sólo un 'proceso de recomendaciones'", denuncia Nkwatsibwe sobre el texto final de la cumbre. Los "planes propuestos" y el "suave lenguaje" utilizado constituyen "falsas soluciones que ocultan problemas estructurales profundos", dice, como el injusto sistema de calificación crediticia.
Denuncia que "la mayoría de los países africanos se enfrentan a tipos de interés medios del 9,8%", frente, por ejemplo, al 0,8% de Alemania".
Más impuestos a los superricos, la otra gran demanda
"El desarrollo ha descarrilado [...] La riqueza extrema alcanza cotas asombrosas mientras casi la mitad del mundo vive sumida en la pobreza", ha denunciado el director general de Oxfam Intermón, Franc Cortada, en un comunicado emitido este jueves. En esta cumbre han instado a los gobiernos a adoptar compromisos más ambiciosos, "pero los países más ricos han eludido su responsabilidad de actuar".
En la última década, añade, "no se ha logrado erradicar la pobreza, pero sí que contamos con 1202 nuevos multimillonarios en todo el mundo". Por ello, tanto desde Oxfam Intermón como desde Green Peace España celebran la propuesta presentada durante la cumbre por España y Brasil, a la que se ha sumado Sudáfrica, para trabajar en lograr que las grandes fortunas tributen más.
Bajo el título 'Imposición efectiva de impuestos a personas con altos patrimonios. Impuestos a los superricos', la iniciativa pretende, según Moncloa, impulsar "un debate internacional" para garantizar la progresividad y la eficiencia en los sistemas fiscales con el foco en la tributación de los grandes patrimonios.
"Los ultrarricos, con sus estilos de vida contaminantes, su jets y sus yates, así como la industria fósil, son los grandes culpables de la crisis climática que afecta a la inestabilidad del sur global", sostiene el coordinador de incidencia política de Green Peace España, Carlos Garcia Paret. "Hemos visto discursos sobre la falta de dinero para los desafíos de desarrollo sostenible. Y es una falsedad [...] Este dinero existe, pero hay que tener la capacidad política de hacer que que los ultra ricos paguen", señala.
Pancarta colocada por Greenpeace en Las setas de Sevilla Greenpeace
Las 9.30 en punto han marcado el fin de este oasis reivindicativo. Trabajadores de la cumbre se acercaban a los manifestantes a pedirles que escondieran sus demandas, algunas de ellas expuestas en abanicos con mensajes como "Make polluters pay (hagan que los contaminadores paguen)" o "Cancel the debt (cancelen la deuda)" que desde entonces, y hasta el final de la cumbre, deberán permanecer ocultos en sus bolsos y mochilas.
