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Análisis

La semana de altibajos del presidente: de la negociación con la OTAN al "no" al PSOE de Felipe González

  • Con su enfrentamiento con Trump, Sánchez ha conseguido recoser el apoyo de sus socios
  • El expresidente González anunció que no votará el PSOE por el aval a la amnistía
La semana de altibajos del presidente Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno comparece tras el Consejo Europeo del pasado 26 de junio. John Thys / AFP

Por casualidad, la agenda estaba cerrada con mucha antelación: el foco internacional daba a Pedro Sánchez el oxígeno del que tan necesitado estaba. Con su enfrentamiento a cara de perro con Trump a cuenta del 5% del PIB para la OTAN, el presidente del Gobierno ha conseguido recoser el apoyo de sus socios resquebrajado por el caso Koldo-Ábalos-Cerdán.

Ha vuelto a tener el apoyo de la izquierda, siempre, en España, reticente con la Alianza Atlántica. Pero no solo. El viento seguía a su favor con el aval del Tribunal Constitucional a la ley de amnistía. Un pronunciamiento que el líder del PP calificó de ilegal. Poniendo así en cuestión el Estado de derecho, en opinión de la izquierda, los independentistas y algunos juristas.

Y en esto llegó Felipe González anunciando que no volvería a votar al PSOE de Pedro Sánchez. Que, en su opinión, la amnistía fue un acto de corrupción. Y saltaron chispas y muchas voces le recordaron al expresidente González la Historia. Le recordaron que él, que Felipe González, indultó a golpistas del 23F que, pistola en mano, secuestraron el Congreso de los Diputados. Que él, el presidente González, acompañó a la cárcel a su ministro de Interior, a Barrionuevo, condenado por los GAL, lo que algunos consideran terrorismo de Estado.

Así que, la baraka de Sánchez, consiguió que sus socios volvieran a cerrar filas, al menos, de momento, contra el expresidente. Se podría decir, en el momento de escribir esta crónica, que la semana no le ha ido mal al presidente Sánchez de cara a los suyos. Le ha servido, dice su entorno, para recomponerse del aldabonazo por el llamado "triángulo tóxico", de la presunta corrupción de sus dos secretarios de organización y del asesor de Ábalos.

De los maitines en la Moncloa al Tribunal Supremo

El todopoderoso secretario de organización del PSOE iba a la Moncloa a los llamados “maitines” que el presidente convocaba los lunes. Ahí se junta el "núcleo duro" de Pedro Sánchez.

Es una reunión en la que se diseña la estrategia del partido y del Gobierno. El número 3 de los socialistas lo sabía todo, estaba en todo. Pero mañana, el azar ha querido que sea lunes también, Cerdán tendrá otro destino: el Tribunal Supremo. De la Moncloa al Alto Tribunal: esa ha terminado siendo la trayectoria del político navarro.

Llega contra viento y marea defendiendo su inocencia. Pero ya no le creen. Su ya expartido sigue entre dolido e indignado. Sabe el PSOE, sabe su líder, que la entrada en el Alto Tribunal de sus dos secretarios de organización es un daño difícil de reparar, muy difícil de reparar.

El equipo de Pedro Sánchez cuenta que él, en un primer momento, "valoró todas las posibilidades" para hacer frente al escándalo. Y después optó por escuchar a los cuadros del PSOE y también a miembros del Gobierno. Lo sigue haciendo cuando la agenda se lo permite. Toma nota de lo que le dicen y no da ni una pista. Objetivo: el Comité Federal del sábado que viene. Por cierto, un Comité Federal al que, según los Estatutos del PSOE, Felipe González, en su calidad de exsecretario general del PSOE, podría asistir.

Y podría decirle a su partido a la cara sus críticas y sus propuestas.