Irán bombardea un hospital israelí mientras aumenta la escalada militar tras una semana de enfrentamientos
- El Ejército de Israel ha ordenado la evacuación inmediata en las zonas de Arak y Khandab, cerca de instalaciones nucleares
- Irán ha defendido que su objetivo no era el hospital, sino un centro de inteligencia israelí cercano
Israel e Irán han vuelto a intercambiar ataques cruzados en la madrugada de este jueves. Las decenas de misiles persas lanzados durante la noche han impactado en Tel Aviv y Jerusalén. Uno de los artefactos ha caído sobre el Hospital Soroka en Beersheba, al sur del Estado hebreo, aunque, hasta el momento, no se han registrado víctimas mortales, el ataque ya ha dejado 32 heridos. Según los servicios de emergencia, otros cinco israelíes se encuentran en estado grave tras varios impactos en el centro del país.
En el Hospital Soroka, sin embargo, solo se han registrado heridos leves, ya que la planta afectada por el misil había sido evacuada en los últimos días y todos los pacientes y el personal se encontraban en zonas protegidas. Según la república Islámica, el objetivo no era el centro sanitario, sino un centro de inteligencia que estaría ubicado a unos 500 metros y que, según Teherán, es usado por el Ejército israelí.
Con todo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha asegurado que su país hará pagar un "precio" a Irán por el ataque al hospital. Su ministro de Defensa, Israel Katz, ha reiterado la amenaza, y ha ordenado al Ejército intensificar los ataques contra "objetivos estratégicos" con la finalidad de eliminar la amenaza que representan para Israel y desestabilizar al régimen persa. En este contexto, Katz ha asegurado que el líder supremo iraní, Alí Jameneí, "no debería seguir existiendo".
En los últimos días, tanto Katz como Netanyahu han endurecido su retórica contra las autoridades iraníes, al tiempo que el Ejército ha intensificado sus bombardeos contra el país persa, donde cientos de personas han muerto, incluidos altos cargos militares y científicos nucleares.
Israel, por su parte, ha reivindicado ataques en el reactor nuclear inactivo de agua pesada de Arak y otro sitio que ha identificado como desarrollador de armas nucleares en el área de Natanz. Previamente, la prensa internacional había informado de que una zona cercana a la planta de Khondab había sido blanco de un ataque. Esto sucede cuando se cumplen seis días de enfrentamientos y crecen los rumores de una posible implicación de Estados Unidos en el conflicto armado.
Antes de ataque, el Ejército de Israel había ordenado la evacuación inmediata en las zonas de Arak y Khandab, mientras han tenido lugar una serie de ataques en Irán que incluyen la capital. En Natanz, que ya había sido atacada días antes, Irán construyó un complejo clave para su programa nuclear, que alberga dos plantas de enriquecimiento de uranio. Además, los reactores de agua pesada, como los atacados durante la noche, suponen un riesgo de proliferación nuclear, ya que pueden generar plutonio con relativa facilidad, un material que, al igual que el uranio enriquecido, puede emplearse para fabricar el núcleo de una bomba atómica.
Un portavoz militar israelí había dicho, además, que el Ejército había atacado la instalación nuclear de Bushehr, la única operativa en la costa del Golfo. Aunque esta información ha sido rectificada poco después por un funcionario israelí, un ataque así que podría representar una importante escalada en la guerra, ya que la central, controlada parcialmente por Rusia, devuelve el combustible gastado a Moscú para reducir el riesgo de proliferación. La embajada rusa en Irán ha declarado que Bushehr operaba con normalidad y que no había percibido ninguna amenaza para la seguridad.
Las posibles consecuencias de un ataque a la planta han sido durante mucho tiempo una preocupación en los estados del Golfo pues amenazaría la vida en Catar, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait. Estos países ubicados al otro lado del mar, cuentan con reservas naturales de agua mínimas y albergan a más de 18 millones de personas, cuyo único suministro de agua potable es el agua desalinizada extraída del Golfo.
Israel decidió lanzar el viernes una ofensiva a gran escala contra objetivos de estructuras nucleares en Irán para destruir su programa y la posibilidad de que alcancen la bomba atómica, algo que ha negado reiteradamente el régimen de Teherán.
Trump sigue generando dudas sobre su entrada en la guerra
La tensión sigue aumentando mientras Donald Trump sopesa si mete de lleno a Estados Unidos o no en la guerra contra Irán. El magnate continúa con su retórica contradictoria, generando más incertidumbre que certezas. De momento, el presidente ha subido el tono y le ha pedido a Netanyahu que siga atacando Teherán. De esta forma, mantiene la máxima presión sobre el régimen de los ayatolás, ya que, ahora, su objetivo no es una negociación, sino la rendición total de los persas.
El primer ministro israelí ha visto la oportunidad de derrocar a su enemigo en la región, pero, para ello, necesita que Estados Unidos tome un rol ofensivo en el conflicto. Netanyahu sabe que solo Washington tiene la capacidad para destruir por completo las instalaciones nucleares subterráneas en Irán. Según varios medios internacionales, Estados Unidos ya tiene preparado el plan de ataque, pero espera a dar la orden final con la esperanza de que Irán acepte renunciar por completo a su plan nuclear.
Todo lo contrario a lo que prometió Trump cuando en enero volvió a Casa Blanca y que tanto había criticado de sus antecesores. Ahora no solo es incapaz de terminar con las guerras en Ucrania y Palestina, sino que está a un paso de meterse de lleno en otra, algo que rechaza buena parte de la ciudadanía estadounidense y también genera fricciones internas en las filas republicanas.
Desde la ONU, y pese a no mencionar a Estados Unidos, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha advertido que "cualquier nueva intervención militar" tendría "enormes consecuencias" para el mundo.
La violencia discursiva también aumenta del lado iraní. Tras las amenazas de miércoles del líder supremo, el embajador de Irán en España, Reza Zabib, ha asegurado que si los estadounidenses les disparan "una sola bala", sus bases militares, Washington será un objetivo legítimo. En declaraciones a la Cadena Ser, el diplomático ha advertido que las capacidades militares de Irán "van mucho más allá de lo que puedan pensar". Además, a su juicio, la solución más fácil y factible para la paz sería detener la agresión contra Irán.
Asimismo, ha reconocido que existe la posibilidad de que Estados Unidos intervenga militarmente contra Irán, "pero cuando una nación es agredida ya no importa mucho si el agresor viene solo o con aliados", porque "cuando el pueblo es agredido, la nación se une y con toda su potencia se enfrenta al agresor".