Los audios de la UCO y la caída de Cerdán: la implosión en el PSOE que dejó noqueado a Sánchez
- Las medidas anunciadas el jueves por el presidente del Gobierno parecen insuficientes ante el terremoto político
- Voces críticas en el PSOE piden un adelanto electoral para no pagar los platos rotos en municipales y autonómicas


Miércoles, ocho y veinte de la mañana. Como cada día que acude a la sesión de control, el presidente Sánchez es el primer miembro de su Gobierno en llegar al Congreso. Le vemos con gesto relajado, no parecía que supiera de la bomba que se le venía encima.
Minutos después, sobre las ocho y media, con los periodistas ya en el pasillo del hemiciclo, vemos entrar a Santos Cerdán en la zona de Gobierno. No nos sorprende, lo hace con frecuencia.
Cuentan en el entorno de Pedro Sánchez que los dos charlaron sobre el 'runrún' que ponía al secretario de organización del PSOE en la lista de la corrupción, en la de los comisionistas del que todavía se llamaba caso Koldo. Que Cerdán siguió negando su implicación y Sánchez mantenía su confianza en su número 3. Su hombre para todo desde las primarias.
Solo quedaban 24 horas para la detonación que dejó al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE noqueado ante las evidencias del informe de la UCO. Cese inmediato de Cerdán y abandono de su escaño. Por cierto, en el momento de escribir este artículo, todavía no lo ha hecho.
¿Medidas suficientes?
La pregunta ahora es si es suficiente con pedir perdón, como hizo Sánchez, ocho veces, el jueves. Si es suficiente con remodelar la Ejecutiva en un Comité Federal en julio, nada más y nada menos que en julio, como si no les corriera prisa. Y, conforme pasan las horas y los días, parece que no, que no es suficiente.
En voz alta, solo el siempre crítico Emiliano García Page y el también opositor a Sánchez Felipe González han pedido adelantar las elecciones generales. El debate está abierto: si los comicios municipales y autonómicos se hacen antes que las generales, alcaldes y presidentes de las autonomías podrían recibir en sus caras la bofetada que, creen, tal vez correspondería a Moncloa y Ferraz, como creen que ocurrió en 2023.
Decisión firme... por ahora
¿Cederá el líder de los socialistas a esa reflexión? De momento se mantiene: generales en 2027. Su decisión parece firme, pero ¿y si siguen escuchándose voces en alto que piden adelanto?
El debate también se ha abierto con los socios de Gobierno, Sumar, y entre los socios de investidura: ERC, PNV, Junts —siempre los más díscolos—, Podemos, BNG...
Todos piden más explicaciones y más medidas a Pedro Sánchez, directamente a él. Al presidente del Gobierno que no las vio venir. A quien, parece mentira, nadie alertó de por dónde iban las conclusiones de la UCO. Que se quedó en shock, como todo el entorno de Santos Cerdán. Un golpe mayor, mucho mayor, que el que supuso la imputación de Ábalos.
Pero estar en shock no justifica la inacción. Se puede comprender que el dolor personal y político te puede paralizar unas horas, tal vez un par de días. Vale, el fin de semana. Pero si el PSOE quiere levantar cabeza, tiene que actuar, no solo decir, con contundencia. Sacar a Cerdán no es suficiente, eso era lo mínimo. La reunión de la Ejecutiva del PSOE del lunes igual es la ocasión.
Ferraz, Pedro Sánchez, no debe olvidar que el voto de izquierda es un voto crítico que no tolera la corrupción. Y que ahí siguen los casos del hermano y la mujer del presidente sin aclarar. Sean verdad o no, ya solo el ruido por estos asuntos les es muy dañino. Y el voto de izquierda es un voto que antes se queda en casa que echar la papeleta de un partido en el que no confía. Que viene el coco, que vienen PP-VOX, igual ya no es suficiente.
Así que al PSOE no le queda más que remangarse, trabajar, salir del shock. Y deprisa. No sería la primera resurrección de Pedro Sánchez. Pero ya van tarde.