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Entrevista

Paula Barrachina (ACNUR): "Hay un incremento en las narrativas negativas hacia las personas refugiadas"

  • El número de refugiados en el mundo alcanza cifras récord, según ACNUR: el doble que hace diez años
  • Un tercio de las personas desplazadas provienen de cuatro países: Siria, Sudán, Afganistán y Ucrania
La ACNUR advierte que el número de refugiados mundiales aumenta pese a que la falta de inversión en su ayuda
VÍCTOR GARCÍA GUERRERO (@victorgguerrero)

Nunca hubo en el mundo tantos refugiados y desplazados forzosos. Son 122 millones de personas obligadas a huir de sus hogares por guerras, conflictos y desastres naturales. En su mayoría, buscan asilo en países vecinos, no en las naciones más ricas. Analizamos los datos con la portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en España, Paula Barrachina.

PREGUNTA: ¿Por qué está aumentando el número de desplazados forzosos?

RESPUESTA: En los últimos diez años ha sido un aumento continuado que sigue creciendo. La causa principal del desplazamiento sigue siendo la guerra, el conflicto y la violencia. Y eso es porque hay una multiplicidad de conflictos en todo el mundo. Lo vemos en Sudán, en la República Democrática del Congo, en Ucrania, en Afganistán, en Siria. Hemos visto que a lo largo de esta última década los conflictos han ido aumentando y las soluciones políticas no llegan. Si no hay solución política a un conflicto, es muy difícil que las personas que se desplazan puedan regresar a un país de forma segura, digna y duradera. Al final, lo que se necesita realmente son soluciones políticas a los conflictos.

P: ¿Qué regiones o países concentran a un mayor número de desplazados?

R: Un tercio de las personas desplazadas en todo el mundo, de los 122 millones de personas, provienen de cuatro países: Sudán, Siria, Afganistán y Ucrania. Sudán enfrenta la mayor crisis humanitaria del momento, con 14,3 millones de personas desplazadas tanto dentro del país como en los países vecinos, seguido de Siria, donde a pesar de los últimos acontecimientos, a raíz de la caída del régimen de Al Asad y con el retorno de casi dos millones de personas, sigue habiendo 13 millones de personas desplazadas de nacionalidad siria.

P: ¿A dónde van los desplazados forzosos que salen de su país?

R: Los que salen de su país, el 67% del total, se quedan en los países vecinos. Por dos motivos. Uno, porque prefieren estar cerca de casa. Al final, una persona que huye de su país, que huye casi siempre sin nada, tiene la esperanza de regresar al país de origen. Hace poco hicimos un sondeo entre los refugiados sirios en los países vecinos y el 80% nos dijo que ellos quieren volver a Siria cuando puedan, cuando sea el momento, pero que su deseo es regresar. Y el segundo motivo es que no tienen recursos para seguir el camino. Es un camino difícil y los desplazamientos nunca se dan de golpe. Siempre empiezan por el barrio vecino, luego más allá en la ciudad. Si ven que no hay seguridad cruzan la frontera, pero intentan quedarse cerca porque al final la vida no es una decisión inmediata, sino que van viendo con la posibilidad y el anhelo de volver a casa.

P: ¿ACNUR detecta alguna tendencia o dato positivo?

R: Vemos un dato positivo y que nos da esperanza: es que 9,8 millones de personas lograron regresar a sus países de origen, o a sus regiones de origen en caso de personas desplazadas internamente. Casi dos millones de sirios han regresado al país en los últimos meses por voluntad propia. Sin embargo, también vemos que se han dado retornos que no eran voluntarios, por ejemplo de nacionales afganos desde Irán y Pakistán. Así que, a pesar de que estamos contentos y es un dato muy positivo que los retornos hayan aumentado con la cifra más alta de la última década, sí que vemos que algunos de los retornos se han dado en condiciones políticas y de seguridad complejas y adversas, entonces ahí también tenemos que hacer un llamamiento porque los retornos deben ser siempre duraderos, voluntarios y dignos.

La sociedad sigue siendo muy solidaria con los refugiados

P: En Occidente existe la percepción de que la mayoría de los desplazados busca refugio en Europa y Estados Unidos. ¿Notáis un aumento del rechazo a los refugiados en países ricos?

R: Es una percepción errónea porque los datos hablan por sí solos. En realidad, como te digo, el 67% de las personas que sí cruzan la frontera se quedan en los países vecinos, y el 73% están en países de medianos y pocos recursos. Los datos no nos dicen que todo el mundo quiera llegar a Europa. Sí que vemos un incremento en las narrativas negativas hacia las personas refugiadas, pero también vemos mucha solidaridad en los países que acogen refugiados. España es uno de ellos. La sociedad sigue siendo muy solidaria y en los países vecinos a los países en conflicto, por ejemplo, los países vecinos a Sudán, las familias acogen a las personas refugiadas y comparten lo poco que tienen.

Entonces, por mucho que sí que veamos que hay una tendencia de narrativa negativa o discursos de odio que aumentan, también vemos que la solidaridad y la humanidad de las personas sigue estando muy presente y esperemos que continúe, porque al final somos humanos y empatizamos con el dolor de personas que lo han tenido que dejar todo porque no han podido hacer otra cosa.

Estamos viviendo un momento de mucho desplazamiento y menos recursos

P: ¿Están afectando de alguna manera los recortes del Gobierno de Estados Unidos de Donald Trump a las políticas de ayuda a los refugiados?

R: Están afectando muchísimo. Estamos viviendo un momento de mucho desplazamiento y menos recursos. Un ejemplo: hace diez años, el número de personas desplazadas era la mitad, 64 millones de personas; ahora estamos en 122 y el presupuesto de ACNUR es prácticamente el mismo. Estamos viendo que hay muchas más personas desplazadas y los recursos se han quedado bajos comparados con las necesidades. ¿Eso qué significa? Que hemos tenido que recortar programas en todo el mundo, priorizar realmente la ayuda vital y esencial, y aun así no llegamos a proporcionar ayuda a todas las personas que lo necesitan. Y por eso seguimos haciendo un llamamiento a los donantes tradicionales, también a la sociedad de los distintos países, para que sigan apoyando a las personas refugiadas. Porque los recursos también estabilizan poblaciones: al final cuando una persona huye de su país y recibe ayuda humanitaria, se estabiliza, así se evita que sigan emprendiendo caminos muy peligrosos y que terminen, por ejemplo, arriesgando su vida cruzando el Mediterráneo. Con estos recortes en la financiación se van a perder vidas.