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Análisis | EE.UU.

La pelea Musk-Trump: choque de egos y autopsia a la democracia

  • Musk puede dañar a Trump con sus millones, su red X y su tecnología, lo mismo puede hacer Trump con su poder presidencial
  • La pelea deja al descubierto el poder del dinero sobre la política en los Estados Unidos
Musk y Trump: choque de egos en la Casa Blanca
Donald Trump y Elon Musk conversan en el Despacho Oval de la Casa Blanca en marzo. AFP / ROBERTO SCHMIDT
ANNA BOSCH

Quienes hemos bailado mucha salsa recordamos un éxito de los años 80, No hay cama pa' tanta gente del Gran Combo de Puerto Rico, y su grito ¡Pa' fuera! ¡Pa'la calle! Es lo primero que me vino a la cabeza cuando cuando el jueves estalló el esperado choque entre Elon Musk y Donald Trump: no hay cama pa' tanto ego.

La segunda toma de posesión de Donald Trump en enero fue una escenificación del matrimonio entre el poder político y el poder económico y tecnológico. Matrimonio de conveniencia. Ahí estaba jurando el cargo el presidente de los Estados Unidos y, a su alrededor, invitados de honor junto a la familia: Jeff Bezos, el dueño de Amazon y la agencia espacial Blue Origin; Mark Zuckerberg, el mandamás de Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp, Messenger); Sundar Pichai, de Google; y, por encima de todos, él, Elon Musk (Tesla, SpaceX, X), la persona más rica del mundo, nombrado ya en campaña principal asesor para desmantelar la Administración pública federal en aras del ahorro. Una selección de invitados con más millones que talento. Y han demostrado tener un talento extraordinario. Todos ellos poseen también unos egos a la altura de sus fortunas y su talento, una categoría en la que de nuevo destaca, y mucho, Elon Musk.

El ego, el narcisismo, y la megalomanía de Musk pueden rivalizar solo con Donald Trump. Era cuestión de tiempo que esos egos chocaran, pero aún intuyendo que eso ocurriría, el enfrentamiento se ha producido antes de lo imaginado.

Duelo de titanes: el más rico contra el más poderoso

Todas las clasificaciones coinciden en que Elon Musk es la persona más rica del mundo, con un patrimonio que Forbes este viernes calculó en 388.000 millones de dólares. Donald Trump al ser presidente de los Estados Unidos, la aún primera potencia mundial, pasa por ser la persona con mayor poder político de la Tierra. Dos titanes para quienes el espacio de la política estadounidense ha resultado demasiado pequeño.

El duelo tiene lugar en público y, como si de un western se tratara, cada uno lleva cargada su propia arma comunicativa y la desenfunda para disparar al otro. Musk desenfunda su X (antiguo twitter) y Trump, su Truth Social. Ambos se reprochan mutuamente ingratitud y amenazan con hundir la carrera del otro. Elon Musk cuenta con más de 220 millones de "seguidores" en X, Donald Trump, menos de la mitad, 105 millones, y en Truth Social algo menos de 10 millones.

“A veces ves a dos críos peleando como locos en un parque, se odian. Tú intentas separarlos, pero ellos se resisten. A veces es mejor dejarlos que se peleen un rato, esperar a separarlos". El presidente Trump elaboró este pensamiento el jueves en el Despacho Oval en referencia a la guerra entre Rusia y Ucrania, entre Vladímir Putin y Volodímir Zelenski, pero lo mismo podría aplicarse a la bronca que acababa de estallar entre él y Musk.

Son múltiples las metáforas aplicables a este enfrentamiento con una audiencia planetaria: choque de trenes, duelo, pelea de gallos, de prima donnas... ¿Qué es más potente la chequera de Elon Musk o la popularidad y las potestades del presidente Trump? La pregunta es quién puede salir más perjudicado y quién más airoso.

En esa línea, el periódico The New York Times (NYT) ha elaborado una lista de ocho formas, cuatro por cabeza, con las que se pueden dañar.

Las tensiones entre Trump y Musk siguen aumentando

¿Cómo puede dañar el presidente Trump a su exasesor y brazo ejecutor?

El interés principal de Elon Musk, no lo olvidemos, son sus negocios, sus empresas. Es eso lo que le ha dado el poder que tiene a escala mundial, ahí radican algunos de los conflictos de interés que podía haber entre su intervención, con motosierra, en la Administración pública. Puede haber obrado velando por sus intereses particulares.

El de los negocios es uno de los flancos que el presidente puede atacar rescindiendo contratos públicos con empresas del magnate tecnológico, como Tesla o SpaceX. Para hacernos una idea, y según datos del NYT, a esas empresas se les adjudicaron 3.000 millones de dólares por un centenar de contratos con 17 organismos federales.

La situación legal de Elon Musk también lo hace vulnerable. Musk nació en Sudáfrica y hay dudas sobre cómo regularizó su situación en los Estados Unidos, donde se naturalizó como ciudadano. Steve Bannon, el gran ideólogo de la extrema derecha y de la primera campaña y presidencia de Donald Trump, lo propuso el jueves en cuanto estalló la bronca: "Estoy convencido de que es un inmigrante ilegal al que hay que deportar inmediatamente". Bannon no soporta a Musk y no lo ha ocultado en ningún momento, hasta aparecer incluso como un amante despechado por el romance entre Trump y Musk.

En la lista de represalias, el New York Times incluye también retirarle el visto bueno de los servicios de seguridad, lo cual, de nuevo, impactaría negativamente en sus negocios porque le impediría seguir trabajando con el Gobierno. Y claro, otro arma que tiene el presidente es usar sus decretos para ir contra Musk o pedir que lo investiguen por algunas de sus actividades.

¿Cómo puede dañar Elon Musk a Donald Trump?

Una de las pullas que el milmillonario ha lanzado contra Trump es que este nunca habría sido presidente por segunda vez sin su ayuda, una ayuda de más de 250 millones de dólares para la campaña electoral. Un récord absoluto. Más, si le sumamos los millones que Musk gastó, o invirtió, en candidatos afines a Donald Trump. Dinero y política. Una vez elegidos, trascendió que Musk presionó a algunos congresistas para que votaran a favor de algún proyecto de ley, los amenazó con hacer fracasar su reelección apoyando al candidato rival en las próximas elecciones.

Estados Unidos es un país en campaña electoral permanente y estas son una industria multimillonaria. Ahí radica la mayor influencia de Elon Musk y su capacidad para debilitar al presidente: puede dejar de invertir millones de dólares en Trump y sus candidatos, y, peor aún, dárselos a sus contrincantes. El año que viene vuelve a haber elecciones en los Estados unidos, las llamadas midterm, las legislativas a la mitad del mandato presidencial. En noviembre del 2026 se renovará toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. ¿Cómo jugará políticamente Elon Musk con sus millones?

X, un arma de doble filo. Cuando Musk compró Twitter en 2022, transformó esa red social en una plataforma para propagar el ideario de Donald Trump, dar rienda suelta a la desinformación y silenciar o vilipendiar las voces progresistas. Musk puso X al servicio del trumpismo y ahora puede ponerlo en su contra, ya empezó este jueves. No sólo despotricando sobre Trump y su presupuesto, sino proponiendo la creación de un partido alternativo.

Hoy te halago, mañana te criminalizo. Musk en público no es más pudoroso con la verdad que Trump. Durante su mandato al frente del Departamento para recortar la Administración, ha acusado a diestro y siniestro de casos de corrupción sin aportar pruebas y ha hecho afirmaciones que luego se han demostrado erróneas. Igual que ha ido contra los empleados públicos, puede ir contra el presidente. De hecho, lo hizo ya este jueves de la discordia anunciando que Donald Trump aparecía en los informes sobre el pederasta Jeffrey Epstein, insinuando que aparecía de forma delictiva, pero eso lo desconocemos. ¿Qué impide a Musk usar contra Trump las mismas tácticas que usó el año pasado contra el presidente Joe Biden y la vicepresidenta y candidata Kamala Harris, llegando a crear imágenes falsas? Ya se sabe que, verdad o mentira, de la calumnia siempre permanece algo, como con esos pegamentos de etiquetas ultra resistentes.

La colaboración tecnológica. Lo mismo que el presidente puede rescindir contratos del Gobierno federal con las empresas de Elon Musk, Musk puede retirar él la colaboración. Ha amagado ya con hacerlo con el trasbordador espacial que lleva y trae astronautas de la NASA a la Estación Espacial.

Trump y Musk, una guerra sin cuartel

¿Nos puede afectar?

Como he dicho más arriba, los Estados Unidos siguen siendo la primera potencia del mundo, sobre todo del Occidente al que pertenecemos. Si hay un terremoto económico o tecnológico en los Estados Unidos a consecuencia de esta confrontación, es posible que nos alcance. Pero, más allá de lo material, hay algo que sí nos concierne como sociedad.

Este pulso entre Trump y Musk es personal, dos egos descomunales que chocan, pero también es una autopsia, una disección, a la vista de todo el mundo sobre el poder del dinero en nuestras democracias. ¿Hasta qué punto el dinero puede comprar campañas electorales y hacer ganadora una candidatura? ¿Hasta dónde los intereses económicos mandan sobre el bien general? También por el hecho de que ambos se valen de sus redes sociales como armas, sin hacerle ascos a la mentira, la desinformación y los engaños de la inteligencia artificial. ¿Hasta qué punto somos todos manipulables por estas nuevas formas de comunicarnos e "informarnos"? ¿Somos acaso meros figurantes en un espectáculo de divas?