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Los derechos humanos, una barrera a la expansión del mercado emiratí en el deporte

  • Emiratos Árabes Unidos acoge desde este viernes la Final Four de la Euroliga de baloncesto
  • Las ONG denuncian que el traslado de la competición obvia las violaciones de derechos humanos en el país

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Imagen de la rueda de prensa de apertura de la Final Four de la Euroliga en Abu Dabi 2025
Imagen de la rueda de prensa de apertura de la Final Four de la Euroliga en Abu Dabi 2025 Francois Nel / Getty

Las relaciones comerciales entre el deporte occidental y los países del Golfo están en auge. Este fin de semana la Euroliga de baloncesto aterriza en Emiratos Árabes Unidos (EAU) con su evento más importante, la Final Four.

Abu Dabi será la ciudad sede que albergará este espectáculo baloncestístico tras el acuerdo con la competición de 25 millones de dólares como tasa de canon, 20 más de lo que desembolsó Berlín, sede del año pasado.

La emergencia del mercado emiratí en la Euroliga va más allá de operar como un mero escaparate. La competición estudiará ampliar el acuerdo con Abu Dabi los dos próximos años en función de los resultados económicos que genere la Final Four 2025. Además, la oferta de EAU abarca la futura inclusión del equipo Dubai BC en la competición, que de momento compite en la Liga Adriática y está clasificado para jugar la semifinal contra el histórico Partizan de Belgrado.

Los países del Golfo: músculo económico del deporte

Esta búsqueda de nuevos mercados va en consonancia con las pérdidas anuales que genera la competición. Pese a que en los últimos años "el crecimiento ha sido estratosférico", según el fundador de The Connect Rayde Luis Baez, "el talento es caro" y "se requiere mucha inversión para competir al máximo nivel".

En la lucha por la supervivencia económica de la competición, la apertura a los países del Golfo "es una tendencia global dentro los deportes", explica Baez. Circuitos de Fórmula 1, la Supercopa de España y de Italia, eventos de lucha libre o algunos partidos de la NBA ya se han celebrado en estos países.

Las ONG denuncian la violación de derechos humanos en el país

Más allá de los negocios, las ONG como Amnistía Internacional o Human Rights Watch denuncian que el traslado de esta competición occidental por motivos económicos obvia la violación de derechos humanos en el país. "Los EAU han conseguido encubrir su atroz historial en materia de derechos humanos con una gran inversión en eventos deportivos y celebridades de alto perfil para desviar la atención de la realidad sobre el terreno", señala la investigadora de Arabia Saudía y EAU de Human Rights Watch, Joey Shea.

El especialista en deporte en los Estados del Golfo Raphaël Le Magoariec explica a RTVE.es que "la población vive bajo un régimen autoritario". En los Emiratos Árabes impera un sistema de redistribución del dinero derivado de la explotación del petróleo y la meta del Gobierno es "dejar la política a los príncipes mientras que los ciudadanos van de compras en los lujosos centros comerciales, quedan en los cafés y no se pronuncian sobre el Gobierno", relata.

De hecho, en la actualidad "es muy difícil hablar de política", resalta el investigador, en relación con la pugna de las autoridades contra la disidencia. Pero no ha sido así siempre. Le Magoariec recuerda los años 50, durante la Guerra Fría, cuando gracias al panarabismo y a la inmigración procedente de Egipto, Siria o Líbano "había una oposición contra los príncipes". Sin embargo, para contrarrestar este movimiento, "se creó este sistema de la redistribución del petróleo", lamenta.

Emiratos Árabes es uno de los países "con uno de los peores historiales de derechos humanos del mundo", refleja la investigadora de Human Rights Watch. Precisamente, señala que el país "tiene un marco jurídico muy abusivo para los trabajadores migrantes que no ha tenido muchas reformas en los últimos años" pese a las denuncias de su organización. Sobre el turismo, recalca la concepción que tiene la gente de Dubái como "una ciudad guay", en vez de pensar en "el abuso de derechos que existe".

"Tolerancia cero" contra los opositores

Desde el punto de vista geopolítico, "los EAU aprovechan sus relaciones económicas y de seguridad con aliados clave como Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido". La experta explica que estas alianzas "disfrutan de los beneficios económicos de su relación con el Gobierno emiratí y, al mismo tiempo, se ven aterrorizados ante la realidad de la crisis de derechos". La disidencia ante la autoridad es una de las cuestiones controversiales del país. La realidad, según Shea, es que sobre el terreno la policía actúa con una "política de tolerancia cero" hacia aquellos que se oponen al Gobierno.

Uno de los casos más sonados a nivel internacional es el juicio masivo que se celebró en el país en 2013, cuando 94 defensores de los derechos humanos fueron juzgados en un proceso en el que "no pudieron presentar una defensa justa". "Los abogados no tuvieron acceso al material del caso", cuenta Shea, que incide en que "muchos de ellos fueron abogados de oficio, que no son independientes y posiblemente trabajan más para las autoridades de los EAU que para su cliente". La investigadora denuncia, además, que muchos de los acusados fueron recluidos en "régimen de aislamiento prolongado, lo que consideramos equivalente a tortura".

La última voz de la oposición fue Ahmed Mansoor, cuyo caso denunció en numerosas ocasiones Amnistía Internacional. En marzo de 2018 fue condenado a diez años por denunciar las actividades del Gobierno. Vive recluido en régimen de aislamiento desde que fue detenido. Human Rights Watch ha trabajado en la liberación de Mansoor, pero sin resultados. "El pasado marzo, supimos que se le añadió una nueva sentencia de 15 años mientras cumplía la anterior. Es una situación muy triste", lamenta la experta.

'Kafala' o ley de patrocinio

Otro de los debates en los Emiratos es la 'Kafala', el término árabe para patrocinio. Bajo este precepto, la 'Kafala' ampara una serie de códigos legales que otorga al empresario la figura de patrocinador y al migrante (que supone el 88% de la población emiratí) de patrocinado. Este sistema "supone enormes restricciones a los derechos de los trabajadores, como no poder cambiar de trabajo sin permiso de su empleador. Tampoco pueden abandonar su trabajo sin ese permiso", explica el coordinador de Derechos Humanos de la organización Fair Square, Alex Carlen.

Human Rights Watch también ha documentado un sinfín de violaciones de los derechos humanos relacionadas con el sistema de 'Kafala'. "Comisiones de contratación exorbitantes, retrasos en el pago o impago de los salarios, imposibilidad de los trabajadores de cambiar de empleo con facilidad, así como una serie de problemas de salud y seguridad relacionados con el calor extremo", explica Shea.

Bajo este sistema, los migrantes no gozan de muchas condiciones: "No hay salario mínimo. Si estás acusado de un acto injusto, no tienes ningún recurso a la justicia", detalla Carlen a RTVE.es. Su organización documenta cómo los trabajadores son forzados a trabajar en condiciones de calor extremo sin las protecciones adecuadas: "Hay trabajadores sufriendo de condiciones crónicas a causa de ser expuestos a niveles extremos de calor mientras trabajan".

El suelo estaba tan caliente que no podía tocarlo y se estaba quemando la piel y, como resultado, acabó teniendo insuficiencia renal

Precisamente, recuerda el caso de un trabajador nepalí cuya jornada se extendía durante 12 horas en una piscina, bajo el sofocante sol que alumbra los países del Golfo: "Recuerdo que contó cómo el suelo estaba tan caliente que no podía tocarlo y se estaba quemando la piel y, como resultado, acabó teniendo insuficiencia renal".

Desde este viernes, griegos, turcos y franceses se dan cita en Abu Dabi para la máxima competición del baloncesto europeo. Mientras unos disfrutan de la fiesta del baloncesto, más allá de las fronteras del Etihad Arena, el 88% de la población de los Emiratos Árabes Unidos sigue trabajando bajo un sistema de condiciones abusivas con la necesidad de llevar dinero a sus países de origen.

*Alejandro Picó es alumno del máster de Reporterismo Internacional de la UAH con el Instituto de RTVE. Este artículo ha sido supervisado por la redactora jefa de internacional, Paloma de Salas.