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'Die, my love': Jennifer Lawrence arrebata en Cannes con la madre de todas las depresiones posparto

  • Lynne Ramsay compite a la Palma de Oro con la irregular pero apabullante cinta con Jennifer Lawrence y Robert Pattinson
  • Kristen Stewart arriesga en su debut en la dirección con las memorias de la escritora Lidia Yuknavitch
Jennifer Lawrence y Robert Pattinson, en la presentación en Cannes de 'Die, my love'
Jennifer Lawrence y Robert Pattinson, en la presentación en Cannes de 'Die, my love'- REUTERS/Benoit Tessier
ESTEBAN RAMÓN (Cannes)
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Los traumas y la autodestrucción se han asomado en el Festival de Cannes en dos películas que apuestan por el exceso para transmitir el desorden mental de dos mujeres. En la sección paralela Una cierta mirada, Kristen Stewart mostraba su potente debut como cineasta en The chronology of water, sobre las memorias de la escritora Lidia Yuknavitch, abusada sexualmente por su padre. Y, en concurso por la Palma de Oro, Lynne Ramsay coloca a Jennifer Lawrence en una depresión posparto salvaje en Die, my love, una conmoción bien recibida especialmente por la interpretación de la actriz.

En Die, my love, Lynne Ramsay adapta Matate, amor, la novela de la escritora argentina afincada en Francia Ariana Harwicz, transportando la trama de la campiña francesa a los bosques y prados de Montana. Y aunque la sensorial cineasta escocesa de apabullante estilo aprovecha la luz y naturaleza del medio oeste americano, el fondo es tan universal como el aislamiento, exterior e interior, de su protagonista.

Jennifer Lawrence arrastra cuerpo y alma como que se muda a una casa familiar junto a su pareja (Robert Pattison) para parir y criar a su primer hijo mientras trabaja en una novela. Pronto la efervescencia sexual y emocional que disfrutaban se ensombrece con la caída en un pozo de tristeza y furia incomprensible para ella misma y su entorno.

Ramsay describe a su personaje, literalmente, como una leona que quiere disfrutar de la naturaleza y su familia, pero cuya caída, consecuente con su fuerte personalidad, será explosiva. Ramsay especializada en los límites de las enfermedades mentales (Tenemos que hablar de Kevin; En realidad, nunca estuviste aquí) narra desde la ira, a ritmo de rock, en un grito constante de quién no pude entenderse que sacude la pantalla con imágenes poderosas.

"Tener hijos cambia todo, cambia toda tu vida, es brutal e increíble", ha dicho la actriz estadounidense en rueda de prensa de una película que rodó entre su primer y segundo parto. A su lado, Ramsay justificó así la violencia de su propuesta: "No hay nada como la depresión posparto, te aísla increíblemente".

Kristen Stewart y la salvación artística

Para su debut en la dirección la actriz Kristen Stewart se ha sumergido La cronología del agua, el libro autobiográfico de la estadounidense Lidia Yuknavitch donde confiesa los abusos sexuales de su padre que le arrebataron su infancia y aniquilaron su personalidad que poco a poco trató de recomponer con su vocación de escritora.

Stewart apuesta fuerte con un montaje extremo que es un auténtico chute visual, mal viaje en ocasiones, pero siempre valiente: su inclusión en Cannes estaba plenamente justificada como autora. Yuknavitch (interpretada por Imogen Poots en la película) padeció un duro proceso en su socialización tras escapar del yugo casero, incapaz de encontrar una sexualidad y una afectividad sana.

Imogen Poots y Kristen Stewart, en el Festival de Cannes.

Imogen Poots y Kristen Stewart, en el Festival de Cannes. Imogen Poots y Kristen Stewart, en el Festival de Cannes.

El mecánico acto de nadar en una piscina y su encuentro con el escritor Ken Kesey, autor de Alguien voló sobre el nido del cuco (para el que Stewart ha rescatado a James Belushi) impulsan la estabilidad de su protagonista, pero el asidero de salvación es su pulsión, literaria, decididamente poética a la que Stewart corresponde con un tratamiento de la imagen cercano a la vanguardia experimental estadounidense de los años 60.