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'Eddington': Ari Aster invade Cannes con la demencia social surgida de la pandemia

  • Joaquin Phoenix, Pedro Pascal y Emma Stone protagonizan una sátira salvaje del cineasta estadounidense
  • La francesa Hafsia Herzi retrata la emancipación de una joven musulmana lesbiana en La petite dernière
Emma Stone, Austin Butler, Ari Aster, Joaquin Phoenix y Pedro Pascal, en la presentaciónde 'Eddington'
Emma Stone, Austin Butler, Ari Aster, Joaquin Phoenix y Pedro Pascal, en la presentaciónde 'Eddington' Valery HACHE / AFP
ESTEBAN RAMÓN (Cannes)

Corría una idea previa de que la sección oficial de Cannes no tendría el nivel de 2024. Y, sin embargo, el panorama está siendo notable, con la revelación de un prodigio (The sound of falling, de la alemana Mascha Schilinski) secundado por aceptable nivel medio en general y ningún batacazo. Este viernes era el turno de una de las más esperadas: Eddington, debut en Cannes del maestro contemporáneo Ari Aster, a la que seguía la francesa Hafsia Herzi, La petite dernière.

Ari Aster rompió con Beau tiene miedo su etiqueta de nuevo maestro del terror, bien ganada con Midsommar y Hereditary, adentrándose en terrenos más cercanos al cine de autor. Y en Eddington vuelve a liberar su personal humor satírico con un western que, dice, ansiaba como debut y que reconvirtió durante el confinamiento.

Los sociológos todavía analizan cómo la combinación de fuertes medidas estatales con el auge de la desinformación en redes sociales y las teorías de la conspiración actuaron como catalizadores para la radicalización y polarización de grandes grupos de población. Ari Aster condensa todo, con un pesimismo implacable, en Eddington, título que da nombre a un pueblo ficticio de Nuevo México durante los albores de la pandemia de Covid-19, convertido en un microcosmos, salvaje, de patrones reconocibles de aquellos años.

El desganado sheriff (otra composición genial de Joaquin Phoenix) percibe exagerada la amenaza y no ve sentido a las estrictas normas de distancia social y uso de mascarillas, mientras que su depresiva mujer (Emma Stone), infectada de fake news y profetas influencers (Austin Butler), se desliza por la pendiente de asumir cualquiera teoría disparata sobre el virus y el control social.

El alcalde (Pedro Pascal) hipócritamente trata de salvar su cargo, mientras los adolescentes y jóvenes del pueblo se fustigan lanzándose a una revolución bajo el lema de blacklivesmatter, sin dejar de recordar a cada momento que no son dignos por la culpa de su origen blanco privilegiado.

Si en Civil War, Alex Garland reflejaba la polarización de manera ambigua, dejando la responsabilidad en el tejado de nadie, Ari Aster, con algo de brocha gorda, apunta a todos. Y no solo a izquierda y derecha: los políticos son para él la punta del iceberg sostenida por la aberración que habita en el cerebro de cada uno de nosotros.

La pretensión de Aster, como la de cualquier sátira, es el castigo de los personajes, pero con su particular humor y su estilo único, que bebe de la violencia del cine del terror, se lleva la sátira a su universo, aunque sea su primera película con un tono no malsano. Como ocurrió en Cannes el año pasado con La sustancia, Eddington es otro ejemplo de cine ambicioso sostenido por códigos de género.

Como coda importante, Eddington refleja el clima político de las elecciones presidenciales en las que Biden ganó a Trump. Por eso, mientras la película estaba siendo acabada, la actualidad pasó por encima de su final, con la nueva victoria de Trump que legitimó, por ejemplo, el asalto al Capitolio. Es decir, la realidad imponiéndose en una victoria prosaica.

La petite dernière: vibrante retrato una joven musulmana lesbiana

El cine francés sigue siendo mayoritariamente naturalista desde hace décadas y la vocación realista es compartida por las dos cintas galas en competición hasta ahora, tanto Dossier 137, el policiaco-denuncia de Dominik Moll, como en la más interesante La petite dernière, donde la cineasta Hafsia Herzi, de ascendencia argelina y tunecina, acierta de salida con el tema: las tribulaciones de una joven de 19 años, educada y creyente en el Islam, que lidia con reconocerse a sí misma su homosexualidad y abrirse en una sociedad occidental donde, pese a no sufrir la prohibición musulmana, también estigmatiza el lesbianismo.

La actriz Nadia Melliti (izquierda) junto a lla directora Hafsia Herzi, en la alfombra roja de 'La Petite dernière'.

La actriz Nadia Melliti (izquierda) junto a lla directora Hafsia Herzi, en la alfombra roja de 'La Petite dernière'. MEDINA / AFP

La debutante Nadia Melliti brilla como protagonista apoyada por una historia que va más allá de los tópicos: la joven Fátima vive, como cualquiera, desengaños amorosos y se siente arropada por amigos y amantes que va encontrando por su determinación a emanciparse de los valores con los que ha crecido. Sin ser para nada pacata, Herzi muestra su iniciación sexual con más pudor que La vida de Adèle, ganadora de la Palma de Oro en 2012, porque su objetivo está más centrado en mostrar, de manera vibrante, que aunque no se puede escapar de todo, el esfuerzo merece el aplauso.