Enlaces accesibilidad

Siria sin el clan de los Asad, un arduo y duro camino

  • Ahmed al Sharaa, líder del grupo Hayat Tahrir al Sham, formó un gobierno de transición en cuatro meses sin convocar elecciones
  • Según la ONU, nueve de cada diez personas viven en la pobreza, la guerra ha hecho retroceder cuatro décadas su progreso
En portada - La primavera Siria
EMILIA AYALA

*En Portada estrena cada miércoles —a las 22:00 h. en RTVE Play y en La 2— un documental producido por RTVE

Camina lento; lleva la nueva bandera siria al cuello. Se detiene delante de una lápida en la que se lee un nombre, Yusset Mohamed Solaiman. En ese momento se pone de rodillas y dice: "¡Abuelo! Bashar ha caído. ¿Lo sabías? Bueno, te lo digo yo. Entre todos le hemos derrocado. Yo volveré. Estaré aquí cerca". Quien habla es Solaiman Solaiman, su nombre y su apellido se escriben igual.

Antes de despedirse de su abuelo, coloca en su lápida la nueva bandera siria de la no se ha separado en los trece últimos años. Solaiman todavía no ha tomado una decisión definitiva sobre dónde continuará su vida.

Solaiman, un sirio que emigró a España

Soleiman durante la visita a la cárcel de Saidnaya

Soleiman durante la visita a la cárcel de Saidnaya. EN PORTADA

Solaiman es uno de los más de cinco millones de sirios que viven fuera de su país. El primero en salir fue su padre, en 2001; fue mucho antes de que se iniciara la guerra civil que ha durado más de 13 años; hay quienes creen que todavía las cenizas del conflicto se pueden reavivar.

Junto a su madre y a sus hermanos, Solaiman llegó a Madrid en 2004. Tenía solo 17 años y desde entonces nunca ha perdido el contacto con su país. De hecho, poco antes de estallar la guerra en 2012, su familia estaba pensando en regresar, pero se quedó solo en una ilusión. Ahora, no descarta el regreso, a pesar de que aquí han nacido sus hijos y aquí tiene sus casa y su negocio.

Solaiman nació en una provincia del norte, Idlib. Allí vive una parte de su familia que tiene negocios y medios para reconstruir sus casas bombardeadas. Su situación es privilegiada si la comparamos con los datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo sobre Siria, datos que son alarmantes.

Siria, un país en ruinas

Nueve de cada diez sirios viven en la pobreza; la guerra ha hecho retroceder cuatro décadas su progreso tanto económico, social como humano y casi el 50 por ciento de los niños —entre 6 y 15 años— no van a la escuela.

Sobre el futuro de Siria, Solaiman es optimista: “Aquí tenemos a un pueblo muy trabajador, gente que está muy preparada, con muchísimas ganas de vivir y creo que en poco tiempo va a haber un cambio para bien”.

La vida continúa tras 14 años de guerra en Yisr al-Shugur, al norte de Siria

La vida continúa tras 14 años de guerra en Yisr al-Shugur, al norte de Siria. EN PORTADA

Para que se cumpla ese deseo, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo asegura que es urgente invertir en desarrollo a largo plazo y de manera estable y añade que se debe reducir la dependencia de la ayuda externa. Unas asignaturas que a Siria le va a costar mucho aprobar. “Desde luego —asegura Solaiman— un futuro de una Siria sin Asad seguramente va a ser el mejor, o sea, peor o igual no creo; peor imposible y parecido no creo”.

El clan de los Asad

El fundador de la dinastía al-Asad, fue Hafez, que llegó al poder mediante un golpe de estado en 1971. Cuando murió en el año 2000 lo sustituyó su hijo Bashar. Entre los dos gobernaron Siria de manera autoritaria durante casi 54 años, hasta que el 8 de diciembre de 2024.

Ese día Bashar al-Asad huyó a Rusia mientras varias facciones islamistas, algunas con un pasado vinculado al terrorismo, consiguieron llegar a Damasco. Se puso fin a casi 14 años de enfrentamientos, torturas, muertes y destrucción.

El clan de los Asad se mantuvo más de 50 años en el poder

El clan de los Asad se mantuvo más de 50 años en el poder. EN PORTADA

Ahmed al Sharaa, líder del grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante), es la persona que se puso al frente de esos grupos; en cuatro meses formó un gobierno de transición sin convocar elecciones y se ha dado un plazo medio de unos cuatro años para redactar una nueva Constitución.

Al Sharaa: “tenemos un largo y arduo camino por delante”

“A fecha de hoy, creo que lo están haciendo muy bien -comentaba Solaiman a finales de febrero-. Lo que pasa es que están muy limitados. Primero han cogido un país arruinado. Segundo, el tema de las de las sanciones que no han servido más que para castigar al pueblo porque no han parado la máquina de matar del régimen anterior”.

Siria se debate entre la esperanza, la incertidumbre y el temor

Siria se debate entre la esperanza, la incertidumbre y el temor. EN PORTADA

Cuando el 29 de marzo Ahmed al Sharaa presentó a su nuevo gabinete afirmó que “tenemos un largo y arduo camino por delante”. Unas semanas antes Solaiman reflexionaba lo siguiente “¿Que el nuevo gobierno podría ser en un futuro dictatorial? no lo sé. Muy complicado. Es un pueblo que al final ha pagado con su sangre para esa libertad. Pero desde luego también ha sido un proceso de aprendizaje para toda la población siria y para saber pedir sus derechos”.

Las otras miradas de Siria

Para el 87% de los sirios su religión es el islam; los cristianos son un 10% y los drusos representan el 3% restante. Generalizando, la mayor parte de los sirios musulmanes simpatizan con el nuevo presidente, pero los seguidores de otras religiones, cuestionan al nuevo gobierno.

Lo que entienden por liberación es librarse del régimen anterior

Para Clair Mouawad, profesora de religión, “el gobierno que tenemos hoy en día es de un solo color. Está constituido solo por varones —entre los 23 ministros solo hay una mujer— y por lo tanto, un gobierno así no puede cumplir con lo que se espera de él. La verdad es que nosotros oímos que la revolución llegó para liberarnos, pero lo que vemos es que, lo que entienden por liberación, es librarse del régimen anterior”.

Bassam Dib, empresario sirio, considera que se deberían haber celebrado ya unas elecciones presidenciales en Siria porque hay suficientes partidos políticos en el país y añade que “todos los sirios prefieren que Siria fuera un país civil”.