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'La guerra de Audrey' (Hepburn): Cuando la actriz pudo morir de hambre durante la ocupación nazi

  • Salva Rubio y Loreto Aroca narran la infancia de la popular actriz en los Países Bajos ocupados
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Niña en tutú blanco sobre fondo blanco con escombros.  Contrastes visuales impactantes: delicadeza y destrucción.
Detalle de la portada de 'La guerra de Audrey' (Planeta Cómic)

Audrey Hepburn es una de las mayores estrellas de Hollywood de todos los tiempos y nunca olvidaremos sus interpretaciones en Vacaciones en Roma (por la que recibió el Oscar), Desayuno con diamantes, Sabrina, Charada... Además, es una de las pocas personas que ha ganado el Óscar, el Emmy, el Grammy y el Tony. Sin olvidar su labor humanitaria como embajadora de UNICEF. Pero cuando era pequeña, soñaba con ser bailarina, algo que quizá habría conseguido si no hubiera sido por las penurias y el hambre que pasó durante cinco años, cuando los nazis invadieron los Países Bajos donde su familia se había refugiado. Una infancia que el guionista Salva Rubio (El Fotógrafo de Mauthausen, Monet, Nómada de la Luz, Django Mano de Fuego) y la dibujante Loreto Aroca (La Bibliotecaria de Auschwitz), narran en el apasionante cómic La guerra de Audrey (Planeta Cómic).

Y empezamos preguntando a Salva por qué ha querido centrarse en la infancia de Audrey. "Como saben mis lectores no hago biografías al uso, sino que suelo centrarme en la etapa de la vida de una persona que fue crucial para transformarse en el artista que conocimos más adelante. En el caso de Audrey Hepburn, sin los cinco largos años que pasó casi confinada en casa soñando con una vida más allá de Velp, el pueblo ocupado en que vivía, no habría sido la gran actriz en que se convirtió después".

"Creo -añade el guionista-, que esta experiencia le marcó para el resto de su vida, tanto en lo artístico, ya que empieza a imaginarse sobre un escenario (aunque como bailarina), como en lo humanitario, ya que fue muy consciente del impacto de hambre y sufrimiento que las guerras tienen sobre los niños".

Una historia que fascinó a la dibujante Loreto Aroca: "El proyecto me interesó desde el momento que supe que la protagonista era Audrey Hepburn. Me llamó mucho la atención esta faceta de su vida, totalmente desconocida para mí hasta ese momento, se trataba de una gran oportunidad para dar a conocer su infancia durante la segunda guerra mundial. Su historia me pareció apasionante y conmovedora. Audrey, siendo solo una niña, tuvo que enfrentarse a muchísimas dificultades y momentos terribles, y siguió adelante con determinación. Considero que es todo un ejemplo de resiliencia y valentía".

Mujer maquillándose y luego sentada ante un tocador con varios objetos.  Bocadillo con preguntas sobre Ana Frank, insinuando una preparación para un papel.

Página de 'La guerra de Audrey' (Planeta Cómic)

El padre de Ana Frank quería que la interpretase

El cómic tiene un arranque muy interesante, porque parte del momento en el que Audrey Hepburn, ya convertida en una estrella de Hollywood, recibió la oferta del padre de Ana Frank para que la interpretase en la película El diario de Ana Frank (George Stevens, 1959) (que finalmente acabaría protagonizando Millie Perkins y que ganó 3 Oscar de los 8 a los que fue nomianda). Y es que ambas tenían muchas cosa en común, como su afición por el ballet.

"Me pareció un arranque oportuno -nos explica Salva-, ya que ayuda al lector a preguntarse qué relación hay entre ambas. Si bien en la vida real la diferencia de sus destinos fue abismal, también había suficientes puntos en común entre ambas para que Otto Frank, padre de Anne, considerase que Audrey tenía la sensibilidad y experiencia para interpretar a su hija. En cuanto al por qué se negó, me reservo el spoiler y lo dejaremos descubrir a los lectores de la novela gráfica.

Viñetas de cómic: una joven cuenta su pasado en Amsterdam y Londres; luego, mayor, conversa con una pareja en un restaurante donde una camarera la reconoce.

Viñetas de 'La guerra de Audrey'

Se enamoró del ballet

Tras esa proposición el cómic nos lleva a 1939 cuando Audrey se trasladó con su madre y sus dos medio hermanos maternos a la casa de su abuelo en Arnhem, Países Bajos, donde pensaban que estarían a salvo de la guerra. Hepburn acudió al conservatorio de Arnhem entre 1939 y 1945, donde estudió piano y ballet clásico, que compaginaba con sus estudios escolares.

"Audrey descubre el ballet durante el recital que dio la mítica compañía británica Sadlers Wells (la de Margot Fonteyn) en la ciudad de Arnhem, horas antes de la invasión alemana de Países Bajos -nos explica Salva-.

Fue entonces cuando decidió estudiar ballet, como nos comenta el guionista: "Su profesora de ballet se hacía llamar Winja Marova y tenía una academia en la zona. Tuvo sus reparos para tomar como alumna a la joven muchacha, porque era mayor y más alta de lo habitual para iniciarse en esta disciplina, pero suponemos que intuyó que podía ser una actividad beneficiosa para la futura actriz".

Loreto, que ha retrata maravillosamente a esa pequeña que quiere ser bailarina, nos comenta: "Audrey es una niña que físicamente puede parecer frágil y delicada, pero alberga una enorme fortaleza interior. Es un personaje sensible que, a pesar de estar marcada por la guerra, lucha por alcanzar sus sueños: la libertad para poder bailar y volver a ser dueña de su vida".

Conversación familiar en un cómic: Audrey duda sobre interpretar un papel en una película basada en su exitoso libro, mientras su madre la apoya.

Página de 'La guerra de Audrey'

Bailó para la resistencia en actuaciones clandestinas

En esos años, Audrey solo quería ser bailarina y su madre aprovechó esa pasión para engañarla y que actuase para los nazis: "En efecto -nos explica Salva-, de alguna forma engañada por su madre (una notoria nazi) Audrey ofreció dos tipos de recitales durante la ocupación: por un lado, bailó para los capitostes alemanes de la localidad, algo que le repugnó y por lo que decidió abandonar temporalmente su pasión. Por otro, esa misma madre que jugaba a dos bandas al estar en contacto con la Resistencia le consiguió algunos rituales clandestinos, las llamadas “tardes negras”, que se hacían para aliviar el tedio, la soledad y el miedo de aquellos que se habían pasado a la clandestinidad".

"Sobre la supuesta “colaboración con la resistencia” de Audrey -añade el guionista-, se ha escrito mucho sobre el tema, dando por ciertas historias (por ejemplo, que trasladaba mensajes secretos en bicicleta) que no son más que meras conjeturas, ya que no existen fuentes fiables sobre ello. Sí que ayudó, por otra parte, en un hospital cuidando enfermos y limpiando".

Tensión entre madre e hija en viñetas de cómic. La madre insiste en que la hija acepte un papel, mientras ella recuerda su pasado con dudas.

Página de 'La guerra de Audrey'

Estuvo a punto de morir de hambre

Conforme pasaba el tiempo, las penurias y el hambre fueron cada vez peores. Hasta que llegó la famosa hambruna del invierno de 1944-1945, cerca del final de la Segunda Guerra. "El “hongerwinter” o “invierno del hambre” es uno de los grandes traumas dela población neerlandesa durante la segunda guerra mundial, provocada por la falta de alimentos resultante tras una huelga de transporte contra los alemanes, que cortó parte de sus suministros dejando a la población en una situación precaria durante meses".

"Entre 18.000 y 22.000 personas perecieron de hambre en este invierno, y Audrey sufrió igualmente las consecuencias de la hambruna, desarrollando diversas enfermedades fruto de la desnutrición y arrastrando las secuelas el resto de su vida", añade el guionista.

Niña huye en avión durante la guerra; viñetas muestran su miedo, el viaje bajo sobre el mar, llegada a Ámsterdam y emotivo reencuentro con su madre.

Página de 'La guerra de Audrey'

"Quería capturar esa combinación de fragilidad y fuerza"

Destacar el arte de Loreto Aroca, sobre todo su retrato de Audrey Hepburn y como nos muestra su evolución de niña a mujer durante esos cinco años. "Todo diseño de personaje viene acompañado de un amplio estudio, sobre todo si estoy retratando un personaje real. Consulté multitud de fotografías que me sirvieran como estudio de su rostro. Mi objetivo no era solo capturar su parecido físico sino también su esencia, esa combinación de fragilidad y fuerza, de ternura y determinación. Durante el cómic, a medida que va creciendo, trataba de conservar una coherencia visual en su aspecto pero, sobre todo, quise priorizar su expresividad, su carácter. Aún así, al tratarse de un personaje ampliamente conocido sí que existía esa presión por lograr que el público la reconociera en mis dibujos y debo decir que en algunos momentos peleé bastante para lograr el parecido".

Destacar también la plasticidad con la que dibuja las escenas de ballet, que no suelen ser muy habituales en el cómic. "No tenía apenas conocimientos sobre el ballet -nos confiesa Loreto-, pero siempre me ha parecido una disciplina con una fuerza y elegancia admirables. Tuve que documentarme bastante para poder plasmar lo mejor posible la sensibilidad y expresividad que caracteriza al ballet. Consulté muchos vídeos e imágenes para estudiar ciertas poses y movimientos concretos que me permitieran ser fiel y coherente al trasladarlo al papel, a un formato estático. Lo más complicado era encontrar la pose adecuada para aquellas páginas dedicadas al baile, tenía que probar combinaciones de poses distintas para encontrar aquellas que favorecieran la composición y narrativa de la página".

Niña bailarina con tutú blanco en escenario destruido; bandera nazi parcialmente oculta; título

Portada de 'La guerra de Audrey'

Una excelente documentación

Ya estamos acostumbrados a la meticulosidad con la que se documenta Salva Rubio, gracias a cómics como La resurrección de Notre Dame, El fotógrafo de Mauthausen, Django: Mano de fuego y muchos más. "La documentación ha sido trabajosa, ya que como de costumbre he recopilado y estudiado todos los libros que he podido encontrar sobre ella y sobre la guerra en los Países Bajos", nos confiesa.

Y para Loreto tampoco ha sido fácil recrear esos Países Bajos durante la II Guerra Mundial. "Es complicado -asegura la dibujante-, porque hay detrás un laborioso trabajo de búsqueda. No hay tanta documentación gráfica como cabría esperar, en concreto del pueblo donde Audrey vivió la ocupación. Tuve que investigar mucho para encontrar imágenes y videos sobre cómo eran las calles, qué tipo de casas habitaban, todo con el fin de ser lo más respetuosa posible y lograr la máxima verosimilitud. Con la ropa fue más sencillo, existe una amplia variedad de recursos gráficos sobre la moda de la época pero sí que tuve que adaptarla a las circunstancias de la guerra, ya que esta se iba deteriorando debido a la escasez de recursos".

30 años sin Audrey Hepburn, el legado de una leyenda del cine

En cuanto a lo que más le ha impactado de esta faceta más desconocida de Audrey, Salva nos comenta: "Lo más impactante, quizá, haya sido comprobar que cuando la guerra y la ocupación comienzan Audrey tiene 10 años de edad y cuando acaba tiene 15, por lo que toda su pubertad y la mayor parte de su adolescencia las pasó aislada, sin futuro y con unas perspectivas deplorables. Invito al lector a imaginarse en una situación similar a la del COVID extendida durante un lustro y solo entonces podremos imaginar uno de los temas principales del libro: la experiencia de los civiles en guerra".

"Ahora veo a Audrey Hepburn de otra forma -añade Loreto-. Ya no solo veo al icono de moda, la estrella de Hollywood, también veo a la niña que se enfrentó a tantos horrores, al miedo y al hambre. A pesar de vivir todo aquello, es una persona que nunca dejó de brillar y de luchar, creo que eso queda patente en su recorrido personal, tanto en su carrera como actriz como en su posterior labor humanitaria".

Sin duda, uno de los grandes cómics de este 2025. Por cierto, también os recomendamos otro excelente tebeo de Salva y Loreto ambientado en la misma época: La bibliotecaria de Auschwitz (Planeta Cómic) que adapta la novela de Antonio Iturbe, también basada en hechos reales. Aquí rescatamos la entrevista que nos concedieron en su momento.