El próximo papa también cotiza: los mercados de predicción entran en el cónclave
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¿Quién será el próximo papa? Esa es la pregunta que mantiene en vilo no solo a los millones de fieles que esperan la fumata blanca, sino también a un creciente grupo de apostadores que operan en los llamados mercados de predicción.
Distintas plataformas digitales han convertido la sucesión pontificia en un negocio especulativo global donde los papables cotizan como si fueran acciones en bolsa.
Los papables que cotizan en los mercados
Estos mercados funcionan de manera similar a los mercados bursátiles. Sin embargo, en lugar de invertir en acciones de empresas, los participantes comercian con los resultados de eventos futuros.
De esta forma, los precios en estas plataformas reflejan la probabilidad percibida de que un acontecimiento suceda. Si la predicción resulta correcta, el usuario gana un dólar por acción; si no, pierde su inversión.
Por ejemplo, en Polymarket, uno de los mercados de predicción más populares, los favoritos a ocupar la silla de San Pedro son los cardenales Pietro Parolin y Luis Antonio Tagle. Actualmente las acciones a favor de estos dos candidatos oscilan entre los 0,19 0,4 dólares.
Estas cifras indican el porcentaje de posibilidades que les otorgan los usuarios para convertirse en el nuevo líder de la Iglesia católica.
Una sucesión que mueve millones
El interés por la sucesión papal se refleja en el gran volumen de apuestas en torno a este tema, que ya supera los 35 millones de dólares en solo tres plataformas de predicción. Aunque se espera que esta cifra siga aumentando a medida que avanza el cónclave.
Pero no todo gira en torno a los nombres; también se compran y venden acciones relacionadas con el continente del que provendrá el próximo papa, el número de rondas necesarias para elegirlo, o incluso si el nuevo pontífice llegará antes de julio. Algunas predicciones, como la posibilidad de que Donald Trump ocupe la silla de San Pedro, rozan el absurdo, pero cotizan ya cientos de miles de dólares.
¿Mayor fiabilidad que las encuestas?
Aunque estos mercados son realmente juegos de apuestas, quienes los defienden argumentan que son más precisos que las encuestas a la hora de determinar eventos futuros. Aseguran que, al haber dinero real en juego, no tiene sentido mentir, al contrario de lo que ocurre en los sondeos tradicionales.
Por otro lado, los precios fluctúan en tiempo real según los movimientos del mercado y se alimentan de datos, análisis y modelos estadísticos que los usuarios consultan constantemente.
Las elecciones estadounidenses como ejemplo
Durante la campaña presidencial en Estados Unidos, estas plataformas demostraron su agilidad: tras un debate desastroso de Joe Biden, las encuestas tardaron días en reaccionar a la pregunta de si debía abandonar su candidatura a la reelección.
En cambio, en uno de los mercados de predicción, las acciones que apostaban por su retirada pasaron de valer 0,21 a 0,6 dólares en solo una semana, anticipando su posterior renuncia. En otro momento clave, predijeron la victoria de Donald Trump cuando los sondeos prácticamente lo empataban con Kamala Harris.
A pesar de sus aciertos, estos mercados no son infalibles. Están sujetos a sesgos como el comportamiento de rebaño o la sobreconfianza. Además, en eventos como el cónclave papal, la falta de información fiable lo complica todo.
Las decisiones se toman a puerta cerrada, sin campañas públicas ni debates, y el Vaticano ha impuesto incluso un apagón digital. Así, predecir quién saldrá al balcón de San Pedro se vuelve casi un acto de especulación con dinero de por medio.