Un país entero incomunicado hasta que haya papa
- El Vaticano se toma al pie de la letra que el cónclave es secreto: corta la señal y retira los móviles de los cardenales
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Que el cónclave es secreto se lo toma el Vaticano al pie de la letra. Desde este miércoles a las 15:00 horas, inicio de la elección del nuevo papa, el país más pequeño del mundo corta las señales de telecomunicaciones en el interior de sus fronteras.
El corte, que afecta a un territorio de apenas 0,4 kilómetros cuadrados, busca evitar que los 133 cardenales encerrados en la Capilla Sixtina para elegir al próximo pontífice puedan comunicarse con el exterior y así recibir presiones.
Acabará cuando desde el balcón principal de la fachada de la basílica de San Pedro se escuche el famoso "Habemus papam". Sin embargo, la Santa Sede no ha aclarado si ha tomado alguna medida para bloquear la señal de las torres de comunicación de Roma, fuera de su jurisdicción al ser otro país. Por el momento, los comercios que rodean el Vaticano no han tenido problema con internet ni con la cobertura, explican a este medio.
Pausa para los cardenales tuiteros
Para garantizar que no haya interferencias, a los cardenales se les ha quitado también el teléfono móvil. Hasta hace apenas unas horas algunos de ellos habían estado compartiendo detalles de su estancia en Roma en las redes sociales.
Ahora, todo lo que ocurra entre las paredes pintadas por Miguel Ángel es secreto —salvo que el papa indique otra cosa—. Los cardenales han jurado solemnemente guardar "el secreto" sobre "todo lo que ocurre en el lugar de la elección concerniente directa o indirectamente al escrutinio", así como "a cumplir la misión encomendada por Jesús al apóstol Pedro".
Hay excepciones, claro. El que salga pontífice puede contar cuanto se antoje, y de hecho Francisco relató con todo lujo de detalles su elección en su autobiografía Esperanza. Allí detalla incluso el número de votos que recibió en cada ronda.
Cocineros, floristas y ascensoristas juran confidencialidad
Dentro del Vaticano, no preocupa solo la estancia pintada por Miguel Ángel, donde ya se instalaron hace días inhibidores y se retiraron cámaras, sino el resto del territorio del país. Los cardenales duermen y comen en la Casa de Santa Marta, un edificio preparado específicamente para acogerlos —y donde vivió Francisco—, mientras que cada día se trasladan cuatro veces a la capilla.
Las autoridades de la Santa Sede quieren evitar cualquier interferencia en el trayecto entre un lugar y el otro y también dentro de la Casa de Santa Marta, donde trabajan equipos de cocina, comedor y limpieza, entre otros. Todos ellos han prometido no contar nada de lo que puedan ver durante toda su vida bajo pena de excomunión. Ceremonieros, ascensoristas o floristas han prometido mantener en secreto todo lo que puedan ver u oír.
El personal que asistirá al cónclave presta el juramento para guardar el secreto EFE/Estado Vaticano/Simone Risoluti
Se abstienen de usar "cualquier instrumento de grabación, audición o visión" de cuanto ocurre en la Ciudad del Vaticano y especialmente en la elección papal. El juramento, que también incluye a los servicios técnicos, así como a un coronel y un mayor de la Guardia Suiza destinados a la vigilancia de la capilla, lo juraron en una ceremonia solemne el lunes.
Ese día pronunciaron y firmaron personalmente la fórmula prescrita ante el camarlengo, Kevin Joseph Farrell. "Prometo y juro observar absoluto secreto con cualquiera que no forme parte del colegio de cardenales electores, y esto a perpetuidad a no ser que reciba permiso especial expresamente dado por el nuevo pontífice elegido o por sus sucesores, sobre todo lo que directa o indirectamente se refiere a la votación y al escrutinio para la elección del sumo pontífice", reza el juramento.
En 2013, la primera elección papal con Twitter y Facebook, el Vaticano ya anunció que aplicaría la pena de excomunión a todos aquellos cardenales que tuitearan, según uno de los últimos edictos papales de Benedicto XVI.
Inhibidores de frecuencia y ventanas tapadas anti-drones
Mientras, sobre el suelo original de la Capilla Sixtina se ha instalado una tarima que salva el desnivel del altar con el resto del espacio. Debajo de ella hay cables y sistemas de sonido, pero también, supuestamente, inhibidores de frecuencia.
Supuestamente, porque los funcionarios del Vaticano se han contradicho en sus declaraciones a la prensa. Según algunos, estos dispositivos están cerca de las altas ventanas de la capilla, que tiene una altura de unos 20 metros. Incluso los detalles de cómo se mantiene el secreto son secretos.
Sí que se conoce que se han bloqueado las ventanas para impedir que se grabe desde fuera con cámaras o drones, y se han instalado baldosas especiales para bloquear la señal de teléfono, aunque estos ya están prohibidos.
Una "ruta protegida" desde Santa Marta hasta la Sixtina
Ha sido sellada la puerta al Palacio Apostólico, dentro del cual está la Capilla Sixtina, pero además, también hay una "ruta protegida" entre este lugar y la Casa Santa Marta, aseguró el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni.
Habrá un bus que los trasladará ida y vuelta para las votaciones de mañana y tarde, pero también podrán ir a pie si así lo desean, señaló Bruni. Pero además, si eligen "caminar por los jardines o fumar afuera, nadie se podrá acercar a ellos", señaló a Reuters una persona conocedora de la seguridad del Vaticano.
Sellado de las puertas del Palacio Apostólico, donde se encuentra la Capilla Sixtina SALA STAMPA VATICANO
La privacidad de la misma Santa Marta también está garantizada. Sus 130 habitaciones fueron desalojadas de sus huéspedes habituales la semana pasada para permitir registrar electrónicamente todo el espacio. La puerta principal ha sido cerrada, y hay una señal en la puerta de la izquierda que indica a los cardenales que usen una entrada lateral, según declaraba a Reuters un huésped reciente bajo la condición de anonimato.