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Un año de la carta a la ciudadanía de Sánchez: los cinco días de reflexión que mantuvieron en vilo a un país

  • La apertura de diligencias a su mujer tras la denuncia de Manos Limpias desencadenó la crisis
  • A raíz de ello impulsó el Plan de Acción por la Democracia, por ahora se han aplicado siete de las 31 medidas anunciadas

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Se cumple un año de la carta a la ciudadanía de Sánchez que dio paso a sus cinco días de reflexión

Pasadas poco más de las siete de la tarde del 24 de abril de 2024, el presidente del Gobierno sorprendió a un país. Pedro Sánchez acababa de publicar en redes sociales una carta a la ciudadanía de algo de más de tres folios que incluía una situación insólita: tomarse cinco días de reflexión para ver si seguía, o no, al frente del Ejecutivo. Hacía pocos días el juez Peinado había abierto diligencias contra su mujer, Begoña Gómez, por presunto tráfico de influencias tras una denuncia del sindicato de extrema derecha Manos Limpias.

"Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política", reflexionaba Sánchez en su texto en el que decía que necesitaba "parar y reflexionar" para saber "qué camino tomar". "No me causa rubor decirlo, soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día sí y día también", añadía Sánchez en la carta. Se abrieron así cinco días de incertidumbre total que impactaron a la ciudadanía llegaron hasta el seno del Gobierno. Nadie sabía qué iba a pasar.

Durante esas cinco mañanas y cinco noches, la militancia de su partido se movilizó. Actos, mensajes de "Pedro, quédate", concentraciones en la sede del partido en la calle Ferraz en Madrid, e incluso una manifestación con miles de personas que culminó ante el Congreso de los Diputados. Y para ellos un culpable de la situación: los "bulos" y el "fango" creado por la "derecha y ultraderecha".

Desde Ferraz, la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, alentó a los manifestantes, puño en alto, al grito de "vamos Pedro", en aquellos días. También la entonces vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, bailó al ritmo de "Quédate" de Quevedo ("Quédate / Que las noches sin ti duelen") o el "Pedro" de Raffaella Carrà ("Pedro, Pedro, Pedro, ¡Pe! El mejor de toda Santa Fe..."). A esos bailes y arengas le siguieron los gritos de "merece la pena" o "no pasarán" de los manifestantes en unas escenas propias de los grandes fenómenos fans de masas y las estrellas del rock.

"Hay que apoyarle", "no está fácil", "le han tocado en su punto débil", decía el ministro de Transportes, Óscar Puente durante esos cinco días. "Tomará la mejor decisión", opinaba el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Mientras tanto, la oposición observaba atónita lo que ocurría. El PP le enseñaba la puerta de salida, pero no se fiaba de su decisión y le acusaba de "abandonar sus obligaciones" al cancelar su agenda durante los cinco días y le tachaban de "frivolidad inaceptable" la decisión.

"Se toma cinco días para pensar en sí mismo y lleva cinco años haciendo lo mismo. Basta ya, ningún español puede abandonar sus obligaciones por su propio interés, su conveniencia puntual o por eludir sus responsabilidades. Mucho menos puede hacerlo el que ostenta la presidencia del Gobierno", criticó entonces el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Mientras, Vox criticaba su "victimismo".

Y tras cinco días de suspense, llegó la decisión final. Sin filtración alguna, adelantando el veredicto final por sorpresa una hora y rodeado de la más absoluta incertidumbre, dio una comparecencia sin preguntas en las escaleras de la Moncloa.

"He decidido seguir, con más fuerzas si cabe", avisó en un mensaje breve y conciso en el que prometió luchar contra "el fango" y las "prácticas tóxicas" que le habían llevado a tomar esta decisión. "Esto no supone un punto y seguido, es un punto y aparte. Se lo garantizo", dijo firme ante la cámara.

"Aquellos pseudomedios de comunicación ligados a la extrema derecha suponen un problema muy serio que abordar", continuó para acto seguido proponerse como la persona que debía "liderar esta estrategia y proteger la democracia".

Un año después el caso Begoña continúa

Esa promesa se tradujo en el llamado Plan de Acción por la Democracia que presentó en julio de 2024 en el Congreso de los Diputados. En él recogía 31 medidas para luchar contra "la desinformación y los bulos" y mejorar la transparencia de los medios de comunicación, entre otras cosas. Se aprobó en septiembre, por ahora el 80% de las medidas no se han aplicado y solo siete puntos del plan se han puesto en marcha.

El PSOE también ha registrado en este tiempo una propuesta de ley para limitar la acusación popular y ampliar los supuestos en los que se pueden recusar a jueces e impedir abrir procesos judiciales basándose en informaciones reflejadas en la prensa.

Pero paralelamente, durante este año, el caso Begoña Gómez ha seguido su curso. El juez Peinado, el instructor del caso, sigue sin hallar pruebas concluyentes en lo que el PSOE ha calificado como una "causa general" contra el presidente y su entorno. Peinado ha llegado incluso a llamar en estos 365 días a declarar al propio Sánchez y acudió presencialmente a Moncloa a tomarle declaración en el verano pasado. Hace una semana repitió la operación, pero en esta ocasión con el ministro de Presidencia, Félix Bolaños.

Además, la investigación sobre figuras de su entorno no ha cesado y otro juzgado investiga una posible contratación irregular de su hermano en la Diputación de Badajoz. Junto a ello, el caso Koldo no deja de escalar y la figura del que fuera su número dos hasta 2021, el exministro de Transportes José Luis Ábalos, está más en entredicho que nunca tras estar investigado formalmente por el Tribunal Supremo por su presunto papel en la trama.

Un año después, el clima y las situaciones judiciales no han ido a menos y la tensión política, lejos de rebajarse, sigue en máximos. Nada, o prácticamente nada, parece que haya cambiado en el tablero político desde la "reflexión" de cinco días de Sánchez en abril de 2024 respecto al de 2025. En todo caso, que las portadas de los diarios del país las abren ahora la muerte de un papa que en abril del año pasado animaba en estas mismas fechas a contrarrestar la "incivilidad del enfrentamiento".