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Entrevista RNE

Monseñor Bertomeu, enviado personal del papa: "Francisco entendió que la Iglesia tiene que estar en la modernidad"

  • Jordi Bertomeu encabezó varias misiones sobre abusos sexuales a menores en la Iglesia latinoamericana
  • Hombre de confianza del papa Francisco, describe al santo padre como un hombre "enamorado de la humanidad"
Imagen de archivo del sacerdote español Jordi Bertomeu, enviado especial del papa Francisco
Imagen de archivo del sacerdote español Jordi Bertomeu, enviado especial del papa Francisco EFE / Alberto Peña
RTVE.es
Jordi Bertomeu: "El papa Francisco era uno de los grandes políticos que tenía el mundo"

Monseñor Jordi Bertomeu, enviado personal del papa Francisco para misiones especiales y oficial de la Doctrina de la Fe, ha lamentado la muerte del santo padre y le ha descrito como un pontífice quien comprendió que "la Iglesia tiene que estar en la modernidad, convivir con muchas otras creencias y buscar aquello que nos une y no lo que nos separa".

El sacerdote catalán llegó al Vaticano un año antes de la llegada del papa Francisco. En 2018, su santidad envió a Bertomeu a Chile para resolver la crisis que allí había estallado sobre abusos sexuales a menores cometidos en el seno de la Iglesia. A partir de ese momento, monseñor y Francisco practicaron un contacto "casi semanal", lo que para Bertomeu ha sido todo un "privilegio", según ha confesado ante los micrófonos de RNE.

"Persona de gobierno, hombre de Dios"

Lo "tentador" de Francisco, advierte quien fuera uno de sus hombres más cercanos, era verlo como "un gran gobernante". "Sería uno de los grandes políticos que tenía el mundo", ha sostenido al respecto. Sin embargo, Bertomeu describe otra faceta del pontífice la cual fue descubriendo con el paso de los años. Un "hombre de Dios" al que Bertomeu le brinda el sobrenombre de "jesuita de toda la vida".

Un papa a quien dibuja como una persona "enamorada de la humanidad, que deja que cualquiera se acerca a él sin pedirle en qué confesión estás, a qué partido perteneces o cuál es tú idea de la vida". Por ello, cualquiera que decidiera aproximarse a él, prosigue, "tenía las puertas abiertas de su corazón".

Un papa "outsider" que "cambia de mentalidad"

Bertomeu ha encomiado los orígenes de Francisco y su propósito en el Vaticano. "Outsider" ha sido el calificativo empleado por el sacerdote catalán para explicar las pretensiones del pontífice. "Es el papa de la periferia a quien sitúan en el centro. Para él, era la ocasión de unir estos dos polos", confiesa el sacerdote catalán.

Con todo, Francisco recorrió un camino personal que también le hace cambiar de parecer en algunas cuestiones, asegura su enviado especial. En un principio, el santo padre atribuía una "gran capacidad de resiliencia" a las víctimas de abusos sexuales. Creía que, el paso del tiempo, curaba las heridas de los niños que habían padecido tal calamidad en los márgenes de la institución que Francisco acudía a regentar. Pero el tiempo, relata Bertomeu, así como el hecho de rodearse personalmente con ellos, le hizo comprender que algunos de ellos se encontraban "tan dañados" como el primer día. "Hay que hacer algo con decisión", pensó entonces el su santidad, según cuenta Bertomeu.

Aquel papa de 83 años que Bertomeu conoció en 2018 es un hombre que "cambia de mentalidad", quien razona que "la persona siempre está por encima de la institución" y se decide de una forma "muy valiente" a cambiar la legislación de la Iglesia "para que la víctima pase a estar en el centro". Este elemento, apunta el sacerdote catalán, le convierte en una figura "interesantísima" en la historia del Vaticano. "En el fondo es un jesuita quien lo suyo es el discernimiento", remata.

El hombre que se postuló como un puente entre todos

En su testamento, el papa Francisco ha compartido su deseo de ser sepultado en la basílica de Santa María la Mayor. El texto detalla que el sepulcro deberá estar en el suelo, ser sobrio y contar una única inscripción: Franciscus. A juicio de Bertomeu, es el legado que deja el papa que ha conocido, un pontífice que "vino al mundo pobre y que se va pobre".

En lo personal, Bertomeu ha confesado que Francisco "le enseñó a rezar". Una vez llegó a Chile, el santo padre expresaba su voluntad de que su enviado especial le informase semanalmente sobre sus avances. En una ocasión, Francisco decidió mandarle a practicar ejercicios ignacianos (espirituales). Tras aquel mes -que Bertomeu aceptó con reticencias- el sacerdote confiesa que aprendió a cómo "tomar decisiones que son tan graves que pueden tener muchas dimensiones, ya no solo eclesiales sino también políticas".

Al hilo de esta anécdota, el enviado especial del santo padre ha recordado ese lado "espiritual" del papa, quien "encarnaba el Evangelio y se llevó el Concilio Vaticano II a su ADN". Un hombre que "escuchaba", quien entendió su papel de pontífice como aquel que "tiende puentes" entre mucha gente para "entre todos, encontrar la solución".

Tras la experiencia en Chile, Francisco llegó a una conclusión. "Tenemos un problema, Jordi: una Iglesia sorda hacia la gente que sufre. Esto no puede continuar". De allí salió un hecho sin precedentes: la convocatoria en 2019 de la Cumbre Mundial sobre Protección de Menores, en Roma, para que todos los presidentes de las conferencias episcopales del mundo analizasen el problema de los abusos sexuales en la Iglesia. Convicciones a las que llegaba y que "convertía en política", concluye Bertomeu.