El papa Francisco aparece en San Pedro para la bendición 'urbi et orbi': "Buena Pascua, hermanos y hermanas"
- El santo padre ha aparecido en silla de ruedas y sin cánulas nasales, señal de su mejoría
- En su discurso ha apelado al fin de los conflictos y a la resolución de las crisis humanitarias
El papa Francisco ha aparecido durante la Santa Misa del Domingo de Resurrección para dar la bendición Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo), que habitualmente ofrece durante la celebración de la misa. El santo padre, que sigue convaleciente tras sufrir una grave infección respiratoria, ha acudido sin cánulas nasales—símbolo de su mejoría— y en silla de ruedas al balcón de la basílica. "Queridos hermanos y hermanas, buena Pascua", ha proclamado entre vivas del público.
Previamente, la oficina de prensa de la Santa Sede había indicado que estaba dispuesto a dar la bendición, pero que dependería de la salud del pontífice y del clima. Pese a su asistencia, debido a sus condiciones, aún débil y con dificultades para hablar, ha delegado la lectura de su texto, en la que se han abordado los conflictos mundiales, las crisis humanitarias y la necesidad de acabar con la carrera armamentística entre países.
Hasta la plaza de San Pedro del Vaticano se han desplazado miles de fieles de distintas nacionalidades para seguir la liturgia, que conmemora el regreso a la vida de Jesús tras su crucifixión. Hasta el lugar se han desplazado miles Entre las oraciones previas a la eucaristía, llevada a cabo por el cardenal Angelo Comastri, han estado presentes los bautizados, la paz, los que sufren y los difuntos, con intervenciones leídas en español, árabe, portugués y chino.
El papa pide por el fin de los conflictos mundiales
En el discurso, se han recordado los conflictos en Gaza , Ucrania, República Democrática del Congo, Sudán y Sudán del Sur; así como las crisis entre Armenia y Azerbaiyán y los Balcanes Occidentales. "Apelo a las partes beligerantes [en Israel y Gaza] a que cese el fuego, se liberen a los rehenes y se atienda a las personas que pasan hambre y aspiran a un futuro de paz", ha demandado.
La semana pasada, Hamás rechazó una propuesta israelí de una tregua temporal, exigiendo en su lugar un acuerdo para poner fin a la guerra a cambio de la liberación de los rehenes. Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró el sábado que había dado instrucciones a su Ejército israelí para intensificar la presión sobre la Franja.
"Es preocupante el creciente clima de antisemitismo que se está difundiendo por todo el mundo", ha reflexionado, además de pedir por las comunidades cristianas de Oriente: "Exhorto a toda la Iglesia a acompañar con atención y oración a los cristianos del amado Oriente Medio".
"Pidamos también por la martirizada Ucrania, para que anime a todos los actores implicados a proseguir los esfuerzos para lograr una paz justa y duradera", ha afirmado. A su vez, ha exigido por el fin de la carrera armamentística y ha trasladado su solidaridad con el pueblo birmano, que recientemente padeció un seísmo que provocó más de 2.000 muertos.
"Las armas de la paz son las que construyen el futuro en lugar de provocar muerte", ha concluido su discurso.
Los fieles celebran la presencia del santo padre
"Claro que esperamos ver al Papa, pero si sigue enfermo, iremos a ver a su representante", ha declarado a la agencia AFP Marie Manda, una asistente a la homilía de origen camerunés. Como ella, muchos fieles deseaban poder presenciar la bendición papal como cada domingo de Pascua. Tras su aparición, han sido varios los asistentes que han vitoreado su asistencia, entre aplausos y gritos de júbilo.
Posteriormente, y subido en el papamóvil, el pontífice ha recibido un baño de masas en la Plaza de San Pedro. Francisco se ha sentado en una silla elevada en la parte trasera del vehículo, mientras gente se alineaba en los pasillos de la plaza, muchos ondeando banderas nacionales y gritando "¡Viva el Papa!".
Los fieles saludan al papa Francisco a su paso en el papamóvil tras dar su bendición 'Urbi et Orbi' en la Plaza de San Pedro GUGLIELMO MANGIAPANE
El papamóvil se ha detenido brevemente en varios puntos de la plaza, decorada con flores de colores para la Pascua, mientras los asistentes acercaban bebés para que Francisco los bendijera. El Papa ha hecho un gesto con las manos, pero solo las ha levantado ligeramente.
La presencia del papa ha sido reducida en las celebraciones de Semana Santa. Francisco no estuvo presente en la Vigilia Pascual que se celebró el sábado en el Vaticano, aunque sí acudió previamente a rezar a la Basílica de San Pedro y envió un mensaje en la homilía en el que pidió a los creyentes "germinar la esperanza de la Pascua en nuestra vida y en el mundo". La misa fue presidida en sustitución del santo padre por el cardenal italiano, Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio.
En su único compromiso público de esta semana, Jorge Bergoglio visitó el jueves una prisión en el centro de Roma, donde se reunió con unos 70 reclusos, como suele hacer cada año. Cuando le preguntaron cómo estaba viviendo las festividades este año, Francisco respondió con voz entrecortada: "La estoy viviendo lo mejor que puedo".
De manera inusual, los cristianos de todo el mundo celebran la Pascua el mismo día este año, que también es Jubileo Romano, debido a la concordancia del calendario gregoriano, seguido por los católicos y protestantes, y el calendario juliano, seguido por los ortodoxos.
Francisco recibe brevemente al vicepresidente de EE.UU.
Aunque convaleciente, el papa Francisco ha recibido en su residencia de Casa Santa Marta al vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, en un breve encuentro marcado por un intercambio de saludos pascuales. La reunión, de apenas unos minutos, se produjo a las 11:30 hora local, mientras en la plaza de San Pedro tenía lugar la misa del Domingo de Resurrección.
El vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, durante un encuentro con el papa Francisco en El Vaticano SERVICIO DE PRENSA VATICANO
La visita de Vance al Papa se enmarca en su gira oficial por Italia, durante la cual también se reunió el viernes con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el sábado con el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin. En ese encuentro, ambas partes discutieron la situación internacional, especialmente los conflictos armados, las crisis humanitarias, y la protección de migrantes, refugiados y presos.
Sin embargo, la visita de Vance no ha estado exenta de tensiones. El vicepresidente ha sido crítico con varias posturas del papa Francisco, especialmente respecto a la acogida de migrantes. Estas diferencias se intensificaron el pasado 11 de febrero, cuando el pontífice envió una carta a los obispos de EE.UU. criticando duramente las políticas migratorias del presidente estadounidense, Donald Trump. En ella, Francisco denunciaba que las deportaciones "herían la dignidad" de quienes las sufrían.
El vicepresidente estadounidense, converso al catolicismo desde 2019, ha asistido a la ceremonia religiosa acompañado por su esposa Usha y sus tres hijos. Todos ellos se han sentado en primera fila ante el altar papal.