Apoyo "total y unánime" de los obispos españoles al proceso para la resignificación del Valle de los Caídos
- La Iglesia defiende el mantenimiento del culto, la comunidad monástica y la cruz
- El Gobierno deberá abordar también la redignificación de las víctimas que piden sus familiares


La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha mostrado su respaldo "total y unánime, sin ninguna voz discrepante" al proceso de diálogo mantenido con el Gobierno para resignificar el Valle de los Caídos, actualmente renombrado como Valle de Cuelgamuros. Así lo ha anunciado este viernes el secretario general y portavoz de la CEE, Francisco César García Magán, durante la rueda de prensa posterior a la 127ª Asamblea Plenaria del episcopado.
Según ha subrayado García Magán ha habido "plena comunicación con la Santa Sede" y el refrendo también ha sido absoluto a la acción desempeñada por el presidente de la CEE, Luis Argüello; su vicepresidente, el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo; y el nuncio apostólico.
El portavoz ha asegurado que en este proceso también han participado los monjes y que el cardenal Cobo "se ha entrevistado varias veces y con cierta frecuencia" con ellos. El cardenal fue el elegido como interlocutor para el diálogo entre la Iglesia y el Gobierno, que ha resultado en un acuerdo para que se mantenga el culto en la basílica, la comunidad benedictina y la cruz.
Claves del acuerdo
Entre los puntos clave que la Iglesia ha defendido en el proceso de resignificación, García Magán ha destacado tres elementos fundamentales: la conservación de la basílica como espacio de culto católico, la permanencia de una comunidad monástica y la preservación de la cruz monumental, puesto que es "una expresión (...) de la entrega, del perdón por parte de Jesucristo".
Ha precisado además que existen ya "unas notas intercambiadas" entre la Iglesia y el Gobierno sobre estos puntos, aunque ha matizado que el acuerdo definitivo aún no está cerrado. "Ha sido el Gobierno quien ha filtrado este proceso de diálogo", ha añadido. También ha puntualizado que todavía quedan cuestiones por sustanciar en el acuerdo y falta conocer "los extremos de esta resignificación y los plazos de tiempo y lugar".
El debate en torno a qué hacer con el Valle de Cuelgamuros como símbolo de la memoria histórica está presente en la política española desde hace ya varios años, con argumentos dispares. Mientras algunos estudiosos proponen dejarlo tal y como está o incluso abandonarlo para que la naturaleza lo ocupe, el Gobierno y otros expertos defienden fijarse en otros referentes internacionales de memoriales como el Monumento al Holocausto en Berlín; el Monumento por la Paz y la Justicia en Montgomery, Alabama; el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, en Bogotá; el Memorial a las víctimas de la violencia en Chapultepec, Ciudad de México; y el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en Santiago de Chile.
Críticas al diálogo entre Gobierno e Iglesia
La ONG Europa Laica acusa al Gobierno de "subordinación" a la Iglesia católica por las condiciones del acuerdo. En un comunicado, la organización ha reprochado que imponga "sus símbolos, cultos y 'guardianes' en Cuelgamuros (Valle de los Caídos), un mausoleo ideado por la dictadura franquista para enaltecer su ideología fascista y religiosa". Considera "un esperpento" que el centro del complejo de "memoria histórica" sea la basílica sacralizada para el culto y señala que "el catolicismo fue impuesto de manera violenta tras derrocar los golpistas a la II República".
Se dirige específicamente al PSOE y UGT, a los que afea que negocien la gestión de Cuelgamuros con el Vaticano, pues entienden que "avergonzaría a los militantes que dieron su vida por la República".
Las víctimas que aún yacen en el Valle
La gestión del antes llamado Valle de los Caídos encuentra otro obstáculo en el tratamiento de las aproximadas 33.833 víctimas de ambos bandos que yacen en las criptas de la abadía de la Santa Cruz. Algo más de un tercio de ellas no están identificadas y, al contrario de lo que se piensa, no todas las que no están reconocidas pertenecían al bando republicano.
El traslado de las víctimas se inició en 1959 y terminó siete años después de morir Franco, en el año 1983, cuando se trasladó al alcalde de Vilafranca del Penedès (Barcelona), Juan Álvarez, por expreso deseo de la familia. Se practicaron casi medio millar de traslados y no todos contaron con la autorización de sus allegados. El más importante tuvo lugar en 1959, con 11.329 cuerpos.
Según los datos oficiales, un total de 500 fosas se abrieron para reubicar a las víctimas al Valle, donde yacen restos procedentes de todo el territorio español, a excepción de A Coruña, Ourense y Santa Cruz de Tenerife. El 12 de junio de 2023, comenzaron las exhumaciones en la Capilla del Santo Sepulcro y casi un mes después se anunció el hallazgo de restos provenientes de dos fosas comunes de civiles republicanos asesinados por falangistas durante el "terror caliente" de agosto de 1936. Más tarde, se pudo identificar genéticamente aparte de los cuerpos encontrados.
Los familiares piden desde hace décadas la dignificación de quienes quedan allí y sus reclamaciones son otra de las cuestiones clave en el proceso de resignificación de Cuelgamuros.